Before Us | MTC Libro #1 | [EN EDICIÓN]

Capítulo 36

“I don’t understand it any more than you do, but one thing I’ve learned is that you don’t have to understand things for them to be.”

⇝ A Wrinkle in Time, Madeleine L’Engle.

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Di tres golpecitos sobre la puerta antes de que Thomas me indicara que podía ingresar.

—¿Qué opinas? — fueron las palabras que me recibieron al adentrarme en la recámara.

El chico extendió sus brazos a los lados, dejándome apreciar mejor su vestimenta.

Unos pantalones ajustados de color negro, acompañados de una camisa sencilla blanca de botones, cuyas mangas habían sido dobladas hasta un poco más abajo de sus codos.

—Te ves bien. — sonreí.

—¿Estás segura? — se dió la vuelta para enfrentar el espejo de cuerpo completo, revisando cada detalle desde su cabello, hasta sus zapatos formales marrón oscuro.

Me posicioné detrás de él, observando con diversión como era tan meticuloso con su aspecto. Lo tomé de los hombros y lo obligué a encararme.

—Estoy segura de que a Charlie le encantará. — desabotoné el primer botón de su camisa, dejando ver un poco de su pecho y así darle un toque menos formal al atuendo. Sonreí con dulzura al ver lo nervioso que se ponía con tan solo mencionar el nombre de la pelirroja.

—Gracias, enana. — me devolvió la sonrisa y no pasó mucho tiempo más antes de que extendiera mi regalo en su dirección.

—Feliz cumpleaños, Tom. — hablé con suavidad.

Él tomó el obsequio entre sus manos y se deshizo de su envoltura rápidamente para revelar el retrato que había enmarcado. Las comisuras de sus labios se alzaron en una sonrisa de nostalgia, para luego observárme con ojos dóciles.

De un momento a otro, me encontraba rodeada por sus brazos, envolviéndome en un cálido abrazo al cual correspondí.

—Gracias. — susurró.

Al separarnos, Thomas se quedó unos segundos más observando con detalle el dibujo.

—No has perdido el toque. — habló, cuál padre orgulloso mientras la sonrisa no dejaba mi rostro — Recuerdo este día. — musitó.

—Eras adorable pero no sé que te pasó. — arrugué la nariz.

—¡Hey! — protestó — Al menos crecí unos cuantos centímetros durante estos años y no me quedé con la misma estatura que tenía a los once.

—¡Eso no es justo! ¡Sí he crecido! — refunfuñé.

—Lo que digas, enana. — él revolvió mi cabello, divertido.

—Como sea. — rodé los ojos — ¿Listo para tu fiesta?

—Sí. — sonrió.

—Andando.

Ligeras arrugas aparecieron en su frente, mostrando su descontento — ¿Vas a ir así?

Desvié la mirada hasta mi vestido negro ajustado que se ceñía a la perfección sobre mi cuerpo, abrazando cada una de mis curvas, el cual quedaba unos cuantos centímetros por encima de la rodilla y contaba con una pronunciada abertura en el lado izquierdo, dejando ver gran parte de la piel de mi muslo del mismo lado, un escote en "v" moderado completaba a la perfección el detalle de las tiras caídas que rodeaban y envolvían la parte baja de mis hombros. Había decidido complementar el atuendo con unos tacones punta fina del mis color que el vestido, una fina capa de maquillaje y mi cabello suelto en unas suaves ondas.