One Shot's ~InoAoi~

Si acepto

Tenía aproximadamente unos 3 meses de relación con Inosuke. Íbamos muy bien. El me enseñó a que no debía de acobardarme al intentarlo luchar y bueno yo le enseñé a ser un poco mas modesto y no gritar por cualquier cosa.

Todo iba bien, incluso por mi, el a veces se ponía el uniforme de cazador que yo misma le hice.

Toda una ternura.

Pero había algo que ni yo podía controlar o adiestrar en el.

Su lujuria.

La primera vez que nos dimos un beso, fue a unas semanas de que comenzamos a ser novios.

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-Oye enana, tu haces que me sienta estúpidamente satisfecho así que quiero que seas la que me cocine y coma conmigo por siempre - dijo con esa máscara de jabali tan peculiar

-...

-...

-Disculpe no entendí, ¿quieres que me encargue de tu finca, Inosuke-sama? - pregunté al nuevo Pilar de la Bestia

-No, no. Quiero que estés a mi lado siempre - dijo sacándose la máscara, dejando ver esos orbes verde tan hermosos

A veces olvidaba lo hermosos que era ese hombre sin esa máscara.

-¿Me esta proponiendo matrimonio Inosuke-sama?

-Solo quiero que estés a mi lado siempre, osea tu siempre has sanado mis heridas en batalla y el rey de la montaña quiere a una mujer que esté siempre apoyándolo - dijo con leve carmín en sus mejillas

-Ya veo... Pero si gusta casarse conmigo primero debemos comenzar a salir, no quisiera casarme con alguien a quien no amo

-¿Amo? ¿Hablas de amor verdad? - preguntó

-Así es, primero hay que ver si podríamos funcionar como pareja. Si todo resulta bien, puede tomar mi mano como su esposa - dije algo nerviosa

-Esta bien, ¿pero que debo hacer exactamente? - preguntó bien inocente

-Pues debemos salir a citas y pasar tiempo juntos - respondí jugando con mis dedos por el nerviosismo

-Esta bien, estaré por acá entrenando con Monitsu, cuando termines tus cosas, vendré por ti - dijo con una pequeña sonrisa

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Pasaron unas 3 semanas desde que comenzamos a salir y pues estar con Inosuke era sumamente divertido. Verlo comer tan feliz la comida que yo cocinaba, me hacía feliz también. También al momento de entrenar, era increíble toda esa destreza que tenía con esas katanas.

Por lo general, los sábados siempre venía por mi y íbamos a algún lugar en el pueblo a cenar. Al caminar el solía hablar de su difunta madre y lo mucho que el se parecía a ella.

Yo solo escuchaban puesto que sus historias eran muy entretenidas. A veces me preguntaba donde quedó ese Inosuke tan gritón y atrevido que conocí, pero luego recordaba que era muy amigo de Tanjiro, el Pilar de fuego y de Kanao, la nueva Pilar de las flores y entendía su gran cambio.

Un día regresando de ir a comprar vegetales juntos, fue cuando me di cuenta que ya estaba enamorada del Pilar de la Bestia y que ha no podía estar lejos de él mucho tiempo. Sabía que el cuidaría de mi y yo de él, así que el momento de despedirnos le di un corto beso en los labios, algo que parece que el no esperó, porque se quedó petrificado.

-¿Que hiciste? - preguntó

-Fue un beso de despedida - dije ocultando mi sonrojo

-Se sintió bien... ¿Me darías otro?

-Ehhhh, no no. Solo se da uno - dije con ganas de salir corriendo

-Ya veo, entonces esperare uno mañana - se despidió

-Nos vemos - dije alzando la mano

Luego de eso, mientras comíamos en el bosque, me atreví a besarlo. Pero esta vez fue un beso largo, algo que ni el ni yo esperamos.

Asi que cuando me separé de él, solo me abrazó y dijo que jamás iba a dejarme sola.

Cosa que me dolió, porque recordé que creció y vivió solo toda su vida.

Luego un día cenando en su finca, nos pusimos a mirar las estrellas, cosa divertida porque el decía que en la montaña donde el vivía las estrellas brillaban mas y aseguraba que algunas formaban un jabalí.

Ese día en particular fue especial, porque al hacerme tarde tuve que quedarme a dormir con el. Armó 2 futones juntos para acostarnos ambos.

A pesar de ser como era, el era muy inocente.

Luego de algunas palabras antes de dormir, el se dirigió a mi para darme lo que es el beso de buenas noches.

Algo que yo misma mal intérprete porque me arrojé a sus brazos.

...

Al despertar lo encontré observandome, era imposible no quedarme paralizada ante tremendos ojos de color jade.

-Buenos días

Quise gritar y salir corriendo, pero luego al recordar todo lo que pasó, sabía que era iba a ser muy descortés de mi parte, peor aún si yo fui quien lo incitó.

-Buenos días - dije abrazando su torso desnudo

-No quise despertarte, pareces un pequeño gato cuando duermes

-No digas esas cosas - dije ocultando mi rostro

Luego de eso se nos hizo costumbre luego de salir a algún lugar ir a su finca y entregarnos a los deseos carnales.

Pero ahí estaba el problema, Inosuke no tenía control.

A veces cuando tenía misiones un poco largas, solía venir y sacarme de la finca mariposa hacia la suya.

Otras veces  que iba a dejarle comida cuando entrenaba, solia sacarme la ropa y atacarme cual animal salvaje.

No me molestaba en lo absoluto, pero a veces necesitaba descanso, algo que en su diccionario no existía.

Pero luego de tantas noches largas y de muchas promesas por parte de ambos, estoy aquí parada frente a él a solo unas palabras de unirme a su vida para siempre.

~Si acepto~ dije para besarlo a quien ahora era mi esposo.

Nos leemos en la próxima.