Capítulo 61

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Yaneth y su forma de amar

Amaneció, Yaneth no se quería levantar. Escucho golpes en la puerta, el timbre.

Se levantó y se dirigió a la puerta. Era Cecilia y Ángela

-Hola vieja como amaneciste, porque no contestas las llamadas-

-Bien vieja, me van a tumbar la puerta.

-Alístate, no vas a trabajar hoy.

Las amigas entraron. Hicieron tinto. Vieja como sigues.

-Bien chicas, voy a organizar todo invado a mi pueblo.

-Me parece bien y Mío Cid que va pasar con él.

-Él se fue para la finca. Va estar allí mientras estoy de permiso, para ti es Santiago. No te atrevas a pasar límites. Dijo Yaneth a Estefanía.

Ella ya la conocía, estuvo tratando de enamorar a Carlos cuando creyó que Ángela no le gustaba, Yaneth la siguió y se dio cuenta que asedia a Carlos Daniel, lo esperaba afuera de la universidad, se ofreció a ayudar a conquistar a Ángela, pero Estefanía aprovechaba cualquier oportunidad para abrazarlo, Yaneth los observo desde lejos y vio como Carlos se despidió de Estefanía, este le iba a dar un beso en la mejilla y ella ovo la cabeza y le dio un beso en la boca. Carlos Daniel retiro a Estefanía y le dijo:

-Estefanía yo creo que confundiste las cosas, ama me gusta mucho es Ángela. Qué pena contigo, si hice algo que te indicara lo contrario me disculpo.

Yaneth la espero y la tomo del brazo y le dejo claro que no la quería ver más cerca de Carlos Daniel.

Estuvo detrás de Sergio antes de que se hiciera novio de Cecilia. Yaneth la vio cerca de la oficina de Sergio, vio cómo se subió en la moto de Sergio, los sigue y los enfrento.

-Hola Sergio como vas, Estefanía como vas amiga.

-Sergio aquí somos cinco amigas, todas muy unidas, pero esto no es un aren, si te decides por Cecilia, no me opongo, si lo haces por Estefanía tampoco. Pero solo una tú no vas a separar.

-Yaneth estas equivocada, solo traje a Estefanía hasta aquí, yo solo quiero ser su amigo, porque tanta desconfianza.

-Qué bueno, te creo, bienvenido el amigo, no te quiero cortejando a ninguna de las dos.

-Eso si no me lo puede prohibir, a mí me gusta Cecilia.

-Bueno, entonces Estefanía ya sabes, te haces a un lado.

Estefanía por naturaleza era coqueta, le seducía el peligro, el saberse deseada. No conocía límites, le gustaba invadir terrenos ajenos, ahora que estaba con Gerardo, se sentía completa y estaba en calma.

Yaneth fue a la oficina tenía una conversación con Sergio inaplazable,

-Hola Jefe.

-Hola Yaneth. Solo organiza los turnos de los veinte días, en la tarde cite a una reunión para que hables con los empleados, creo que mañana ya puedes partir. Sergio hablaba y no miraba a Cecilia a la cara se sentía culpable.

-Bueno Jefe.

-Yaneth ciento mucho lo que pasó con mi tío, yo quise advertírtelo, pero tú no me dejaste.

-No te preocupes, ese era una deuda que yo tenía con la vida y tenía que saldarla.

-Yaneth en la vida he conocido personas como tú, tan honestas, tan sinceras, tan buena amiga eres un tesoro para el que llega hacer tu amiga.

Yaneth lo pensó mucho, fue a su pueblo. Visito a sus antiguos amigos. En las noches lloro como cualquier adolecente, en el día se la pasaba ayudando a sus amigos en la huerta, pero se le notaba que llevaba una pena muy honda.

-Yaneth, que te paso te veo muy triste.

-La vida se cobró lo malo que hice en mi juventud.

-No te dejes achicopalar. Lucha por lo que quieras. Ay amores que se vuelven resistente a los daños, cuando ves que todo se acabó, vuelven y se arraigan y terminas más enamorada, no sé si es amor o como dice mi viejo es encelamiento jajjajj.

Yaneth se pasó quince días sola repitiendo todos los días las mismas cosas. Ella mañana fue a la huerta los niños dijeron.

-MOANA te necesitan,

Yaneth sintió como se desborono el piso donde estaba, dejo el azadón (pala de metal ancha insertada en un palo de madera) en el piso y miro sin mirar hacia los chicos, vio un caballo, seguido subiendo su mirada y se topó con los ojos de Santiago. Se puso de todos los colores, Santiago lo noto, saludo a todas la gente que estaba con ella de mano presentándose.

-Mohína, como te luce la labor del campo, te ves hermosa.

La tomo por la cintura y le dio un beso, Yaneth no supo en que momento lo estaba besando. No podías ser como se atrevía a presentarse así tan bello, a robarle el aliento duro quince días sin salir de su cabeza, a veces lo odio, otras la amo, pero solo pensó en él, de día lo odiaba, pero de noche cerraba los ojos y solo lo veía a él.

Lo abrazo, se sintió tan frágil, tan descubierta, tan expuesta que respiro profundo se tomó unos segundos para recuperase y decir.

-¿Qué haces aquí?

-¿Prefieres la respuesta larga o la corta?

-La corta

-Vine por ti.

-Yo te voy a dar la respuesta larga.

-No puedes presentarte así, yo no puedo, no quiero, no debo tener nada contigo.

-Ay que mentira le dijo Gisela, no le crea, eso lo dice de dientes para afuera.

-Que buena amiga le objeto Yaneth

-La mejor, tú lo amas también, solo arreglen sus diferencias y vallasen. Par de polluelos.

Yaneth decidió irse con Santiago, esa pelea ella la había perdido hace tiempo, decidió disponer sus armas e irse con él.

Encí Silva

Cinco mujeres y el amorWhere stories live. Discover now