4

101 15 8
                                    

El pálido decía que podíamos ser parte de un secuestro, no entendí el porqué pero le di la contra. Con tantos lujos, ¿Para qué nos secuestrarían?. Mis padres no permitirían eso. Aún así, las charlas son más largas, tres diálogos cada uno, vamos progresando.

Los desayunos, almuerzos y cenas, ahora son compartidos. Ya no estaba solo en esas horas del día pero en la media tarde, no se me tenía que cruzar por la cabeza despertarlo. Si lo despertaba, el golpe me duraba un día entero y prefiero no pasar por esos problemas de nuevo.

Observaba mis alrededores y sorpresa me llevé cuando el azabache se sentó enfrente, dejando que viera cada detalle de su rostro. Piel perfecta, pecas casi visibles, unos lunares en lugares que no imaginaba y un tatuaje extraño en su cuello que no se ve a simple vista por ser demasiado pequeño.

Aprendí que con una sola mirada, se puede observar completamente a una persona, solo si sos detallista. En caso de que no lo veas, vas a perder mucho tiempo y ese tiempo perdido, es cuando la magia no dura para siempre y lo que tenías enfrente, se esfuma.

—Oye, fantasma. Me dirías... ¿Por qué sacas esas conclusiones?

—No entiendes nada, ¿Cierto? —Se acerca peligrosamente y retrocedo—. Deberías seguirme el juego. —Susurra para no ser oído.

—No entiendo, ¿Podrías decirme con palabras? —Dije con la voz temblorosa.

—Claro, pero más que todo con acciones. —Su cercanía es cada vez más pesada. Pues estaba dispuesto a arrinconarme contra la heladera.

—Esto es peligroso, ¿Sabes?. —Trataba de posar mis manos en su pecho para alejarlo.

—Lo peligroso es la tentación. Después de estar encerrados en este lugar dos semanas, mis deseos son más fuertes. Tu eres mi tentación Jimin. —Dijo mientras sus manos yacían a mi alrededor.

—Debes estar loco, me odias, ¿Por qué haces esto? —Su rostro está a centímetros del mío.

—No dije que te odio, dije que me caes mal y que no soporto tu presencia cerca. —Sus susurros daban la necesidad de que mi cuerpo se tensara—. Quien me odia, eres tú.

—No te odio, es un sentimiento muy fuerte. —Cerré mis ojos al sentir como se atrevía a sujetar mi delgado cuerpo acercándolo más hacia él.

—Cuando se hace un pacto con el diablo, el pacto debe ser cumplido. —Sus labios rozaban con los míos y tenía el impulso de que me besara de una vez—. Sin importar lo que haga o suceda, ¿Confiarías en él?

En ese momento estaba cegado, por el placer de tenerlo cerca y sobre todo, su manera de persuadirme. Seré inocente en muchas cosas pero hay cercanos que han hecho lo mismo en mi cara. Aún así, no puedo negarme a aquello que él dice. Si la Biblia dice que el diablo es el malo, entonces voy a pecar aunque los religiosos no estén de acuerdo. La aventura comienza con peligros... Y este es el momento de que elija uno.

—No dudaría en confiar. —Roza por última vez nuestros labios para alejarse triunfante. Él ganó.

—No deberías confiar tan fácil enano. Muchas veces, en los que confías, son las personas que más te pueden lastimar.

Necesito una ducha fría. Es urgente. ¿Cómo puede hacer tal escena sin pena?. Corrí hacia algún lado de la casa sin mirar. Ya quisiera ser un sin vergüenza como él. Eres un idiota por dejarte llevar, Park Jimin.

Who are you? - YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora