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Como es de esperarse, las palabras de esos textos se hacen realidad. En este caso, la ropa nos faltaba. Nunca he visto a otro ser humano aparte de mí desnudo. Yoongi, es un poco... O bueno, demasiado desvergonzado. No le importa en lo absoluto y él se reía de mis expresiones cada vez que lo veía.

Me tapaba e intentaba no verlo, ya que, la mayoría del tiempo se la pasaba caminando enfrente mío. Parecía una vida de casados dentro de una ratonera imposible de atravesar. Vivimos mintiendo, dejando que aquello que nos observa, no lo note. Que no note que lo estamos siguiendo por más que no sepamos de qué se trate todo esto.

Yoongi la mayoría del tiempo tenía fuertes dolores de cabeza. Yo me asomaba a su habitación cada vez que sentía un ruido extraño o gritos. Rompía cosas de valor o tendía a arrancarse sus propios cabellos con mucha fuerza. Corría hacia su lado para asegurarme de que estuviera bien, para que no se hiciera más daño del que ya se estaba haciendo. Esto pasaba unas dos o tres veces al día, luego de eso no recordaba nada, ya que, se sumergía en el profundo sueño al calmarse.

Verlo sonreír y después sufrir, eso es terrible siendo que al principio no sabía de sus facetas. Sus gritos son como si le arrancaran la piel pero nada de eso sucede. Todo está en su cabeza. Ni siquiera sé que hacía antes de esta prueba para sobrevivir. No entiendo el porqué de todo esto. Al ver a Yoongi dormir, disimuladamente registro cada lado de su cuarto.

Miro extraño una tela tirada en el piso. Al levantarlo, es de esa chaqueta negra la cual usaba la primera vez que lo traté como acosador y que se alejara de mí. Sonreí, no podía lograr poner todas las piezas en un solo rompecabezas. Él es una pieza que no tiene forma, no se moldea de ninguna manera y eso lo hace extraño. No confío plenamente en él. Pero lo que sí sé, es que su meta en estos momentos, es salir de aquí y lo vamos a lograr juntos. 

— Yoongi, eres un loquillo. —Siento unos brazos envolverme y una presión en mi hombro hace que salga de todos los pensamientos. Él apoya su mentón como si fuera una almohada cómoda.

—Siempre fui un loquillo. —Suelta una suave risa—. Es un placer que comiences a conocerme cuando a la vez soy un desconocido que puede mentirte.

—Me mientes y te tiro al suelo de un golpe, fantasmita. —Lo fulminé con la mirada y él ríe mas alto.

—Mira Jiminie... —Me sonrojo y trato de apartarlo pero él es más fuerte, me inmoviliza y no deja que me separe—. Confías en el diablo y tú lo único que dices es... ¿Qué vas a tirarme al suelo?. Eres un caso perdido pero astuto para otras cosas. —Dice susurrando y deja un beso en mi cuello haciéndome caer al suelo.

—Maldito, Yoongi. No juegues con las reacciones del cuerpo humano. —Lo señalo sentenciando que se lo devolvería.

—Ahora... ¿Quién está en el suelo?. Te volví a ganar.

Con más carcajadas de su parte, salí de su habitación. ¿Así me paga después de cuidar de él?. Bueno, es de esperarlo de una persona como Yoongi. Puede ser lo más serio y astuto del mundo pero sus chistes y venganzas son bastantes molestas. También, cuando sabe lo que voy a hacer antes de que cometa alguna locura en contra suya... Todo siempre va en contra mía.

Es hora de la cena, así que, me tocaba cocinar. Nos repartíamos quien tenía que hacer ciertas cosas en las distintas horas del día. Así hay por lo menos una organización entre ambos. Solo convivía con mis padres, eso sucedió hace unas semanas, creo que esta es la segunda según lo que marcaba el calendario que tachábamos. No sabía que era una carga para ellos, se supone que ellos me salvarían pero... Mis esperanzas se desvanecían. Capaz fue buena idea el desaparecer de sus vidas.

De algún modo, esto pasaría. Cuando cumpliera mi mayoría de edad, ya no sería una carga con los chequeos que hacían cada semana, para cuidar mi salud. Mi hermano siempre estuvo a mi lado diciendo consejos de lo cual debía hacer o no. Hablaba con él pero siempre estaba castigado. Siendo que él es un niño prodigio de notas elevadas hablando del lado académico. Aún así, sus palabras quedan guardadas.

Un mensaje nuevo, vaya importe para la tranquilidad del dulce hogar.

Es divertido jugar con ustedes. Puedo reirme también, ¿No?.
Su desgracia es mejor que una película de comedia. Veremos el giro de drama que podemos darle a esta historia. Disfruta de ser el protagonista principal, Jimin.


El celular de Yoongi no se oyó, eso fue raro. Capaz que existía el modo de callar los mensajes. Una alarma se escuchó lejos pero se pronunciaron los números "5741 y 5742". Esto es raro. El pálido apareció rápidamente en la sala mirándome como si me preguntará si pude oírlo. Asentí y apagamos las luces para que todo estuviera en plena oscuridad.

Decidimos hacer como si nada pasara. Si alguno de nuestros movimientos se anticipaba, estamos destruidos.

Calendario: Semana dos, dia siete. Ya terminamos otra semana y nada ha cambiado. Por lo menos somos más cercanos y es con el único ser viviente que puedo entablar una conversación. La app es una desgraciada por hacernos bromas de mal gusto, quisiera quemar el celular.

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Who are you? - YoonMinWhere stories live. Discover now