Veinte días con cupido©

"Te presento a cupido"

Estaba algo asustada, pero según la app y los pasos que seguí, mi cupido llegaría en cualquier momento.

Aún recuerdo el día cuando instalé esa aplicación. Mi yo interior y la poca dignidad que aún me quedaba me decían que era una mala idea. Pero, ¿qué clase de chica contrata a un "cupido" para encontrar a su verdadero amor o un intento de ello? Ah, esa soy yo.

Pero en mi defensa, necesito un novio en veinte días para poder asistir a la boda de mi hermana. Siento un dolor de cabeza cada vez que recuerdo aquello, pero yo misma me mandé a este momento. Todos deseamos cumplir promesas, pero era solo una niña cuando prometí algo que no debía. Aunque mi hermana dice que no estoy obligada a hacerlo, lo haré. Yo siempre cumplo lo que digo, y esta promesa no sería la excepción.

La única recomendación, o bueno, la existencia de esta app, me la dio mi tía. Por cierto, logró conseguir un galanazo en pocos días. Eso fue lo que me confesó cuando le conté mi problema. Incluso me dio el nombre de su "salvadora", si mal no recuerdo era 'Daria'.

Sí, un extraño nombre para un "cupido" mujer, consiguió la persona perfecta que ahora está con ella. Al verlos juntos, se nota que están hechos el uno para el otro. Después de lo que me había dicho, llegué incluso a hacer teorías de que creaban un robot a tu gusto, porque claro, también rellené un formulario sobre la clase de novio que estoy buscando, incluyendo desde características físicas hasta principios y valores.

Así que tuve fe y también quise intentarlo. Ya que mis "ex" son poco convincentes y gasté mi tiempo en ellos, cuando pude haber aprovechado en hacer esto desde el inicio. Aunque, por ahora, deba hablar en plural.

Según la app, me enviarían un cupido varón, pero eso era lo que más me confundía. ¿Cómo podría un chico saber sobre lo que me interesaba o cuáles eran mis rasgos masculinos favoritos? Según mi tía, tú decidías el género, pero eso jamás lo puse. Yo suponía que sería una chica.

¿La razón? Entre chicas hay más confianza. Decía eso para tapar que nunca tuve un amigo varón. Sí, así de pésima estaba mi vida social. ¿Será gay?

La orientación sexual de aquella persona no me incomodaba en absoluto, así que si lo es, estaré bien con eso. Siempre y cuando nos enfoquemos en arreglar mi situación, la situación que me atormentaba.

El toque de mi puerta hizo que me levantara de inmediato de aquel sillón donde yo me encontraba, pensando y comiendo algunas galletas mientras una serie se reproducía en mi televisor.

Me sacudí la ropa; debía dar una buena imagen, aunque eso no definía en cómo él me viera. Había esperado varios días para su llegada, demasiados. Los encargados de esa compañía detrás de la aplicación me habían dicho que sería lo antes posible, un punto a favor ya que tomaron en cuenta mis insistencias.

Abrí la puerta con un poco de temor.

—Hola, yo soy Derek, ¡Tu cupido personal y desde hoy estoy a tus servicios... ehh—sacó un papel y leyó —¿Juliet? —preguntó mirándome y asentí al escuchar mi nombre—Bueno, yo haré que encuentres el amor de tu vida en solo veinte días. ¡Eso es maravilloso! Y recuerda que no hay reembolso si no logro hacerlo —guiñó un ojo. Su cara tenía algo que me llamaba la atención. Decidí omitir esa corazonada y enfocarme en lo que tenía que solucionar.

Además, estaba alegre; el chico frente a mí era jodidamente guapo. ¿Me habían enviado a un cupido o al verdadero amor de mi vida? Porque, si fuera así, no había problema alguno.

—¿Puedo ingresar? —preguntó señalando el interior de mi casa. Había olvidado que en el contrato decía que tenía que convivir con Cupido los días que encontraría a mi "novio". Y en mi caso serían veinte. Tenía un 99% de fe y 1% de probabilidad de lograrlo.