♡Dia 3♡

2.2K 285 31
                                    

—¿Qué se supone que hacemos en un bar?— pregunté, mirando con algo de asco el lugar. No me gustaba frecuentar bares y este parecía uno de mala muerte; viendo la simple fachada, pude notarlo.

—Ayer descubrí qué era lo que tenían en común todos tus ex— habló mientras le daba una rápida mirada al sitio. El día anterior, llegué a las ocho de la noche, muy temprano para mi gusto, había planeado otra cosa.

Mi crush, el chico más guapo, llevó a su novia para que nos ayude. Pues nada, gracias a la señorita, por venir de ofrecida a ayudar, pero lo que en realidad creí que pasó y la conclusión que saqué al ver todo el teatrito que armó es quizá y solo quizá ¡Nadia es una tóxica! Sí, así como lo escuchan, ¿qué le pudo haber visto Hans a la peliteñida esa? ¡Ni siquiera era inteligente! Yo tampoco me consideraba Einstein, pero me defendía en algunas materias.

Llegando al punto en su relación, pude notar que él la quería y, aunque me duela, tenía que aceptarlo. Tan pronto sentí mucho silencio.

—¿Y qué descubriste?— pregunté con interés, evitando algunas miradas dirigidas hacia mí y enfocándome en Dereck.

—Aparte de ser feos y sentirme como el ser más hermoso a su lado, ellos tienen cara de borrachos y no tuve una mejor idea que venir acá—señaló el sitio con algo de inferioridad y gracia.

Negué. ¡Tenía que ser una broma! ¡Y una de muy mal gusto!

—¿Cómo puedes saber eso? Además, ni siquiera tomaban. Te recuerdo que yo fui la que estuvo con ellos, así que, si ese es el caso...— hice una pausa para encontrar las palabras correctas—¿crees que yo hubiese venido a un sitio como este para encontrar a alguien que me interese de manera romántica? Memorizo muchas veces las salidas de cada uno y era tan extraño que mi Cupido saque conclusiones tan apresuradas y sin fundamento. Sin duda, era un novato en todo esto.

—Eres tonta y es obvio que necesitabas mi ayuda, pero no hay problema de nada— dijo el muy fresco como si hubiese tenido la más brillante idea y la estuviese poniendo en acción.

—¡Claro que no soy tonta!— reclamé. Habíamos llegado a un punto de confianza en solo dos días. Esto había avanzado un poco rápido, pero me gustaba y lo que empezaba a sentir creaba conflicto en mí.

Estaba segura cuando decía que ninguno de mis "novios" era borracho. Lo estaba porque jamás me dieron esa faceta de ellos. Cuando los llegué a conocer, eran algo amables.

—¿Ese no es Alejandro?— escuchar su solo nombre hizo que algo dentro de mí se removiese. Había algo que omití en cuanto a él. Alejandro, sí, fue mi ex.

—¡Donde!—exclamé algo asustada. Mi relación con él no acabó de buena manera. Ni siquiera podría llamar "relación" a lo que sea que tuvimos.

—¡Ves!, te das cuenta de que, a pesar de que tus novios no lo eran, desconfiabas de ellos al punto de pensar en que están acá— me miró de manera cautelosa.

No, claro que no, Dereck. Tú no lo entenderías y yo tampoco te lo contaría.

Este pendejo, en vez de ser Cupido, debió haber sido psicólogo. Y mis pensamientos solo se desviaron al nombre antes mencionado.

—Está bien, ya no diré nada— hice un puchero, teniendo en cuenta que parecía y me veía algo infantil.

—Aww, cosita, no hagas eso— me jaló los cachetes, pero lo sentí demasiado cerca de mí. ¿Me besaría otra vez? ¿Está bien, soy la que quiere que eso pase?

Mi mente no estaba bien. Tenía solo poco tiempo con Dereck. No puedo sentir algo en tan poco tiempo, aunque vagos recuerdos sientan que ya lo he visto antes y no precisamente detrás de una App.

—Busquemos a tu futuro novio— se separó de golpe, y pareció ponerse más serio. Nuestra cercanía también lo había puesto incómodo.

—Claro—seguí el plan inicial. Él estaba acá solo por contrato, para hacer que yo tenga un novio, solo eso.

Me dejó sola unos minutos mientras iba por algo para tomar o eso me dijo cuando lo vi dirigirse a la barra y me dio una sonrisa rápida para luego voltear dejándome con un pequeño cosquilleo en el estómago.

—¿Qué hace tan sola una chica como tú?— escuché una voz cerca mío. Me tensé de inmediato. No era de las chicas asustadizas, pero no estaba en un lugar seguro tampoco.

Volteé de inmediato. No es que yo sintiera miedo; es solo que no era agradable sentir su aliento a alcohol cerca de mi cuello y cara.

—No creo que eso sea de tu interés...— traté de no tartamudear, mientras veía a donde se había ido Dereck o si ya estaba volviendo. Me sentía vulnerable sin él y no entendía el motivo, pero lo quería ahora y a mi lado.

—Yo podría hacerte algo de compañía— sentí su mano pasar a mi muslo de manera nada disimulada.

'Yo tenía la culpa de ponerme una falda corta' eso es lo que los estereotipos machistas hubiesen dicho, pero en realidad, esa falda me había gustado y él no tenía ninguna clase de derecho sobre mi cuerpo.

—Gracias, pero no—hice una pausa mirando reiteradas veces a los lados, separándome poco a poco de ese tipo — estoy esperando a alguien. Esta vez sí tartamudeé.

Solo no tardes mucho, Dereck.

—Pues aún no veo a nadie...— susurró a mi lado. Su mano aún estaba en mi pierna, y sentía un tipo de shock al no poder hacer nada para moverlo su mano. Me sentía impotente y algo vulnerable.

—Pues, ya estoy acá, así que suéltala— escuché murmurar entre dientes a Dereck. ¡Al fin, el Cupido fallado volvió!

Retiró su mano de mi muslo, pero esta vez para pasarla a mis hombros.

—¿Qué hay si no quiero?—el sujeto de mi lado sonó desafiante.

Quería poder hacer algo, como tirarle una botella en la cabeza o algo parecido, pero en esos momentos no sentí mi cuerpo conectado al cerebro.

—Solo suéltala, ella viene conmigo y yo no quiero problemas— pareció querer calmarse y se acercaba poco a poco.

—No quiero— ese hombre era terco. Si no estuviese borracho, quizá hubiésemos sido amigos.

Me recuerda a mí, pero ese no era el momento. Me tenía algo así como "amenazada."

—Te lo advertí. —

Lo demás lo puedo resumir en una ceja partida, labio partido y una restricción para no volver a ingresar a ese local, como si yo quisiese volver a un lugar como ese.

—Pensé que eras Cupido, no un peleador de lucha libre—bromeé mientras pasaba un algodón en los lugares afectados de mi Cupido fallado.

—En primer lugar, te estuve cuidando. Me fui por un rato y pensé que quizá era el momento para que entables una charla con alguien, pero en cuanto sentí que estabas incómoda, tuve que regresar. Me hubiese sentido culpable si te pasaba algo.—

Me quedé intacta con mi mano posando en su ceja. Me miraba de una manera muy linda.

Sus ojos estaban conectados con los míos, e incluso pude sentir su respiración cerca de la mía.

—Gracias— susurré con una sonrisa en mi rostro.

—Sabes que es mi deber. Tu futuro novio me pegaría si te hubiese pasado algo, ¿no crees?— se separó algo nervioso y de golpe cogiendo el algodón.

—Tienes razón, descansa—salí de su cuarto, para pasar al mío, con algo de decepción. Esas palabras no eran las que quería escuchar en esos momentos.

Aunque era su deber recordarme que solo estaba acá conmigo por un contrato.

Hoy el día tres fue también un intento fallido, pero descubrí que mi Cupido no solo estaba para buscar a mi novio, sino parecía portarse como uno y eso me confundía, solo un poco.

Veinte días con cupido©Where stories live. Discover now