CAPÍTULO L: REUNIÓN FAMILIAR

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Quince días después

Sigyn continuó con su trabajo y su rutina normalmente, con excepción de que Loki la visitaba cada dos días por las noches en las que ambos se actualizaban las noticias tanto del Teseracto como de Other. Sigyn había logrado dominar a la perfección el vuelo de un helicóptero, además de que volaba continuamente el Quinjet para no perder práctica.

Selvig había tomado un vuelo especial junto a los otros cuando estuvieron a 100 km de su destino. Una vez que ellos se fueron, el helicarrier regresaba a Washington D.C, más exactamente al Triskelion.

El último día en el helicarrier, Sigyn descubrió algo en sus investigaciones que la enfureció totalmente. La persona que estaba de intermediario en Irak era Jake Hiddink, el socio de negocios de Loki, y estaba contactando a su jefe por un número.

Sigyn temió conocer la respuesta, pero lo rastreo, salió un número que ella conocía muy bien, era el número de Loki. Se enojó aún más, no porque el vendiera armas a Irak, sino porque él se lo ocultó. Cualquiera que fueran sus razones ella era su esposa, no lo iba a juzgar.

Luego pensó que, si Loki era encerrado ahora, jamás conseguirían el Teseracto, y no sólo ellos estarían en serios problemas sino también lo estaría ese mundo. Desvío la investigación, y puso a Jake a cargo de las armas, desapareció a Loki del radar y todo recayó en Jake Hiddink.

Pensó que lo mejor era no decirle nada a Loki sobre las armas, no mientras estuviera Frigga allí, pero sabía que Loki tendría que darle una muy buena explicación. Guardo toda la información en un USB y se dirigió a Coulson que estaba en el centro del helitransporte.

—Coulson —llamó ella, Coulson la miró—. Aquí está todo del caso de Irak.

Sigyn le entregó el USB, Coulson la miró y asintió mientras lo guardaba en su chaqueta—. Cámbiese su ropa a una más informal y recoja sus cosas, incluya sus uniformes, estamos a punto de llegar —ordenó Coulson—. En cuanto terminé venga aquí ¿entendió?

—Si señor.

Sigyn se dirigió a su habitación, se cambió a unos pantalones jeans, una blusa blanca y unas botas marrones. Recogió todo de nuevo, dejándola tal y como la encontró al llegar, luego de que cerrará la puerta se dirigió al centro de comunicaciones donde Coulson la esperaba.

Bajaron del helicarrier por una puerta posterior y llegaron a un gran almacén, luego Coulson y ella tomaron el ascensor. —Vestidores —dijo Coulson.

—Confirmado.

El ascensor comenzó a subir rápidamente, cuando llegaron Coulson le dijo a Sigyn que pasará su credencial por la puerta, esta se abrió después de un sonido de confirmación.

—Guarde sus armas y sus uniformes aquí —explicó Coulson—. Su casillero tiene su nombre, no se olvide de llevar la llave, vendrá cuando le soliciten que lleve ropa de misiones.

Sigyn asintió, tardó en encontrar su casillero pues se encontraba de entre los finales. Lo abrió, tenía varios colgadores y comenzó a guardar los tres uniformes que tenía, añadiendo las armas y unas dagas junto con otros gadgets que le habían dado en el Helicarrier.

Luego se dirigió hacia Coulson, la puerta se cerró y ambos regresaron al ascensor. —Puerta principal.

—Confirmado.

—¿Tiene auto? —preguntó Coulson de pronto.

—Si señor, no lo traje porque consideré que lo primero era mi entrenamiento.

—Pues su entrenamiento esta casi concluido —contestó Coulson—. Tiene tres días de licencia para que vea a su familia, cuando regrese, hágalo en su auto, esa credencial le servirá para entrar.

Amor en nueva OrleansWhere stories live. Discover now