Capítulo 15

741 141 52
                                    




—Chicos, sea lo que sea por lo que me están mirando así, yo no he sido —dije automáticamente cuando entré en casa el sábado por la tarde y mis padres levantaron la mirada de su silenciosa conversación con los rostros serios.

Mis padres me miraron con recelo.

—Conoces el toque de queda de la ciudad, ¿cierto? —preguntó mamá.

Miré el reloj y fruncí el ceño.

—A menos que se hubiera adelantado cinco horas, creo que llego bien.

—No necesitamos tu sarcasmo, Jung HoSeok.

Mamá sólo usaba mi nombre completo cuando realmente se enojaba. Intenté recordar las últimas horas. No había hecho nada que creyera digno de ser pillado.

—Bueno, ¿por qué están enojados conmigo? No es culpa mía que algún sicópata quiera agarrarme y apuñalarme en cada centímetro cuadrado de mi cuerpo.

El rostro de mamá palideció.

—¡HoSeok, por favor!

—No estamos enojados contigo —dijo papá, suspirando—. Sólo estamos preocupados. Vamos a cancelar nuestro viaje.

Bueno, no me extraña que estés de mal humor.

—¡No! ¡Ni de coña! No van a cancelar su vigésimo aniversario por mí.

—No es por ti —apuntó papá. La expresión de su cara no decía lo mismo—. De acuerdo, no es sólo por ti. También es por tu hermano.

—Oh, sí, porque el Acuchillador de los Sábados por la Noche ha estado yendo detrás de tantos rubios.

—¡HoSeok!

—¿Qué? ¡Estoy harto de que todos hagan un drama de esto! No va a encontrarme. Asalta a drogadictos y fugitivos. Acosa en clubes nocturnos y calles oscuras en el centro de la ciudad. Esta noche voy a estar sentado en casa de los Kang con las puertas cerradas, comiendo pizza congelada y viendo alguna película poco convincente de acción. ¡No va a pasar nada malo!

Fui a mi habitación dando pisotones fuertes, pero todavía pude oír el final de la conversación de mis padres a través del conducto de ventilación. A estas alturas habían decidido no cancelar nada, pero todavía seguían bastante preocupados. Esperaba que sólo lo superaran. Es decir, sí, es un poco perturbador saber que hay alguien ahí afuera, en mi ciudad, asesinando a chicos que se parecen a mí, pero cuanto más paranoica se ponía mi familia por eso, más creía yo que era estúpido darle tanto bombo.

Para cuando a las siete bajé la calle hacia la casa de los Kang, el sol comenzaba a ponerse, y yo ni siquiera me sentía intimidado. No mucho. Y tenía razón, hasta ahora no había pasado nada malo. La noche estuvo yendo exactamente tal y como dije que iría hasta la malísima película de acción. Por supuesto, este pedazo de tormenta veraniega golpeaba, así que el viento era fuerte y los truenos resonaban. Además me había topado con Kiss The Girls antes de encontrar Delta Force, así que cuando el timbre de la puerta de la casa de los Kang sonó sobre unos quince minutos después de haber puesto a dormir a Daniel, admití que sentí un matiz de miedo.

Sin encender ninguna luz en la habitación principal, caminé de puntillas a la puerta principal y miré por la mirilla. Parado allí, bañado por la fuerte luz del porche delantero, se encontraba mi extremadamente ardiente vecino, empapado de pies a cabeza. Mi corazón y mi cabeza gritaban a la vez.

Decididamente no debería contestar.

Abrí la puerta.

Increíblemente, fui recibido con una sonrisa tan seria como la que antes habían tenido mis padres.

Bloody Summer. | vhope.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora