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Llegaste arrastrándo te al salón de clases mientras intentabas obtener aire pero era difícil cuando te estabas ahogando con una paleta. Monoma había pasado a tu lado y te había empujado con la clara intención de molestar, pero lo que el rubio egocéntrico no se dió cuenta fue que traías una paleta en la boca que se te fue a la garganta cuando lo hizo.
Bakugou, Kaminari y Mina quienes estaban en el pasillo te miraron llegar pero antes de poder decirte algo señalaste desesperadamente tu garganta, algo que solo el rubio cenizo entendió. Mina y Denki iban a jugar a adivinar la película pero antes de poder decir cualquier cosa Bakugou corrió para levantarte y hacer presión sobre tu estómago haciéndote escupir la paleta a la fuerza.
— ¡Por una mierda, te he dicho que si te vas a tragar la paleta la mastiques primero! —regaño el cenizo con irritación.
En serio los quería pero a veces lograban sacarlo de quicio y terminaba explotando.
— ¡No fue mi culpa, Monoma me empujó en el pasillo y la paleta se me fue a la garganta! —te defendiste una vez recuperaste el aire—, Eso fue un intento de homicidio, Katsuki, matalo.
— Wow, ¿Desde cuándo lo llamas por su nombre? —interrumpio el rubio eléctrico algo celoso aunque nadie lo noto.
Te encogiste de hombros levemente, ni siquiera Bakugou protesto.
— Ya casi llega Aizawa-sensei, mejor vayamos adentro —sugirió Mina notando la incomodidad del rubio eléctrico.
Los cuatro entraron y tomaron sus asientos correspondientes esperando por su clase.
Una vez la hora del almuerzo llegó todos escaparon rápidamente del salón y tú te separaste de los chicos con la excusa de que debías ir a ver a tu primo a su clase por asuntos de la familia. Bakugou no creyó ni una de las palabras que le dijiste pero no pregunto nada, primeramente porque no quería demostrar que alguno de ustedes le importará aunque lo hacían y segundo, eras pésima para ocultar cosas y tarde o temprano terminarias diciéndole la verdad.
Justo como cuando le contestaste sin querer que te gustaba Kaminari cuando caminaban de regreso a casa, todo por culpa de la insistencia de Kirishima.
Corriste sigilosamente por los pasillos teniendo cuidado de no encontrarte con alguien pero nuevamente fallaste de manera épica al no notar a Izuku nuevamente quien se dirigía al salón solo unos pasos detrás de ti.
Ingresaste al salón y te dirigirse a la tu mochila para sacar un pequeño regaló envuelto en papel china y la carta de ese día. Los acomodas te sobre el pupitre del rubio y sonreiste satisfecha al pensar en la reacción de Kaminari al recibirlo.
— ¡Sabía que eras tú! —Izuku bramó de felicidad saliendo del salón con rapidez.
— ¡Deku no! —corriste detrás del peli verde y aprovechaste su corta estatura para alcanzarlo rápidamente, lanzando te sobre el.
