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El rubio miro con sorpresa el dibujo sobre su banca, una vez más volvió al salón antes que los demás encontrándose con el detalle de aquel día.
Miro un hermoso dibujo de el mismo, con color y todo. Le pareció increíble. No sabía que dibujabas así de bien.
»"Debo admitir que no esperaba esa confesión de tu parte Kaminari, heriste mis sentimientos pero realmente no me importa, voy a terminar este treinta días.
¡Quieras o no!.
Te doy este dibujito que hice ayer, es el más bonito, la mayoría eran dibujos de ti siendo atropellado por Bakugou mientras esté se ríe. Aunque en algunos era yo, igualmente me reía así que no hay mucha diferencia.
Ayer soñé contigo, estábamos en un hermoso bosque a media noche, entonces yo te pateaba haciendo que cayeras de un barranco, mientras que Monoma bailaba al rededor de una hoguera cantando "Viva la vida loca".
Creo que seguía enojada cuando me fui a dormir.
Da igual, que tengas un buen día, ojalá no te caigas en las escaleras, buenas tardes."«
El rubio trago en seco, no sabía que pensar.
Y el tenía la culpa de que estuvieras enojada.
Al menos no habías hecho nada estúpido aún y eso era ganancia.
— ¡¿Quieres pelear, maldita perra?! —escucho los gritos de Bakugou, pero era normal.
— ¡Dame el primer golpe, te voy a dejar hecho mierda! —luego escucho tus gritos y suspiro.
Lo había arruinado en grande. Tomo un pedazo de hoja y escribió para dárselo a Shouto en esa ocasión, Katsumi de seguro querría matarlo.
Pero el bicolor igualmente estaba enojado con el, al igual que Izuku, Mina, Kirishima e incluso Monoma.
El rubio de la clase B y tú se habían hecho buenos amigos gracias a Katsumi.
»"Creo que fui muy malo contigo, ni siquiera tenías la culpa de nada. Estaba enojado. Soy un idiota, no tengo excusa. Me gustas."«
Leíste la carta en voz alta, tus consejeros reales estaban en círculo, todos sentados en el suelo de tu habitación.
— Por favor no vas a caer en esas idioteces —se quejo Shouto.
— ¡Cállate Invierano! —regaño Katsumi.
— Hacer llorar a una chica no es de hombres, no creo que debas perdonarlo —hablo Kirishima.
— ¡No lo hagas [____]! —intervino Izuku.
— Hazlo —optó Monoma—, si lo quieres, lucha por el.
— ¿Quien mierda eres tu y que carajo le hiciste a mi novio? —Katsumi arrugó la nariz.
— Me pongo romántico y se pone mamones.
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