Primera impresión

9.5K 1.2K 814
                                    

Lo primero que Killua hizo al finalmente conocer a su alma gemela fue lanzarse hacia él...

Para ahorcarlo.

Gon predijo que haría eso pero no se movió. Solo puso sus manos sobre las delicadas manos del albino que ahora lo tenían agarrado del cuello. En realidad no ejercía demasiada presión, fue solo un acto de reflejo por el enojo acumulado.

—¡O-oye! —Intentó zafarse. El chico lo soltó pero aún seguía mirandolo con cólera.

—¡Te golpeare! ¡Te golpeare y te torturare para que pagues! —Alzó su puño al aire. Gon ni se inmutó.

—Bueno... Si quieres también sufrir de ese dolor, adelante hazlo.

La expresión de Killua cambió drásticamente a una nerviosa y avergonzada.

—¡N-no! ¡Esa historia es mentira! No existe tal cosa como "almas gemelas"

—¡Claro que existen! ¡Existimos!

—¡Callate! —Hirviendo de coraje, recogió sus cosas del suelo, dispuesto a marcharse.

—Si dices que no crees... ¿entonces porque me atacaste? —Gon también empezó a recoger sus cosas, dispuesto a seguir al chico.

—P-porque... porque... ¡qué te importa! —Ya con su mochila colgando de su hombro, se dio la vuelta. Gon lo siguió, con la caja en sus brazos.

—Dejaré esto en el armario y te llevaré a la enfermería. —Observó preocupado el corte que ya había dejado de sangrar—. Lo lamento, es mi culpa...

—¡Si! —lo interrumpió—¡Esto es tu culpa! —Señaló el corte—¡Esto también es tu culpa! —Esta vez fue el moreton— ¡Tooodo es tu culpa!

Gon sonrió levemente, ya que el chico nuevamente estaba aceptando sin darse cuenta, que eran almas gemelas.

—Ya te dije que lo siento. Te llevaré a la enfermería para que...

—¡No! —de nuevo interrumpió—. ¡No iré a ningún lado contigo!

—Ay ya, deja el drama. Es solo la enfermería... Por cierto, soy Gon.

—No te pregunté.

Gon fruncio el ceño e infló levemente sus cachetes.

-No, pero yo si te pregunto a tí ¿tu nombre?

Killua se mantuvo en silencio por algunos segundos, mirando al frente y con sus labios formando un puchero que le pareció muy tierno a Gon.

—Killua... —susurró sin mirarlo.

—¡Bien! Encantado de conocerte Killua. Ahora te llevaré a la enfermería.

—¡Idiota ya te dije que no iré a ningún lado contigo!

A pesar de los reclamos, Gon finalmente convenció a Killua de ir a la enfermería, con la excusa de que así tendrían la manera de justificar su tardanza con los maestros. El moreno intentó entablar una conversación pero el otro solo daba respuestas cortas, señal de que no quería hablar con él, así que se rindió.

La enfermera no pudo evitar soltar una sutil sonrisa dulce al darse cuenta del asunto que atrapaba a ambos chicos. Aplicó pomada en los moretones y un parche en los cortes. Luego se dirigieron a sus salones.

Gon observaba disimuladamente a Killua, quien tenía un leve rubor cubriendo sus mejillas y su mirada clavada en el suelo.

—Oye... —nuevamente intentó hablarle.

—¿Qué?

—¿Aún no crees que podemos ser almas gemelas?

—¡Y-ya te dije que no! —Killua desvió la mirada, cruzándose de brazos.

—Mmh... —Gon rápidamente agarró el brazo de Killua y subió la manga del uniforme. Antes de que el albino pudiera protestar, le pellizco.

—¡Oye! —Rapidamente apartó su brazo, sobando la zona donde se había formado una pequeña mancha rojiza. El moreno alzó la manga de su camisa, donde la misma marca se había formado, exactamente en el mismo lugar.

Killua quiso volver a replicar y a intentar poner una excusa, pero ya no tenía argumentos para debatir.

—Desde la primera vez que escuché esa historia, quise vivir algo así. —Gon volvió a tomar el pálido brazo y acarició delicadamente con su pulgar la marca hecha recientemente—. Y ahora apareciste tú...

—A-ah... y-yo... —Kill apartó su brazo e intentó enfocarse en otra cosa que no sean los ojos de Gon.

—Escucha, tienes razón soy un idiota... soy un tonto impulsivo y por eso siempre me lastimo. Lamento si te cause problemas.

—N-no... d-digo sí, p-pero...

—Y bueno, como me dijo alguien alguna vez; el destino está algo juguetón, y por alguna razón nos eligió para estar juntos.

Killua intentó poner más excusas pero de su boca solo salían balbuceos incoherentes. Se sentía tan avergonzado con las tonterías que decía ese chico, sus mejillas ardían y su corazón latía tan rápido que en algún momento se le saldría del pecho.

—Así que... ¿me das una oportunidad —Gon lo miró directo a los ojos, estando sus cuerpos a escasos centímetros del otro.

La mente de Killua quedó en blanco. No tenía problema con salir con un chico pero ¡acababan de conocerse! Oh bueno, quizá en algún momento se vieron en los pasillos del colegio pero jamás prestaron la atención suficiente. Aun así, en el fondo le daba algo de ternura la emoción con la que se estaba tomando todo.

—I-idiota n-nos acabamos de conocer... -dijo en apenas un susurro.

Gon lo miro durante unos segundos y luego sonrió nervioso.

—Es verdad, lo siento... ¡pero sigo creyendo en la historia! así que... ¿y si empezamos como amigos?

—¿Amigos? —Esta vez Killua pareció más interesado.

—¡Si! Intentemoslo... veamos que pasa después. —En un acto inconsciente, Gon lo agarró de las manos. Killua entró en pánico al sentir aquel tacto tan cálido y suave.

—¡E-esta bien, esta bien! —Rápidamente soltó sus manos—. Empecemos como amigos...

—¡Bien! —Gon no pudo ocultar su sonrisa emocionada. Killua también sonrió, de forma sutil. Ambos mirando los ojos de otro y con el corazón desbocado. Se quedaron así por breves segundos, hasta que el albino rompió la burbuja que habían creado.

—T-tenemos que ir al salón...

—¡Oh, cierto!

Primera impresión: no del todo fallida.

Moretones | GonKilluGonWhere stories live. Discover now