Capitulo Tres

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Kate iba tarde a la escuela, había estado escribiendo lo sucedido en su diario.

Cuando cumplió quince años se sorprendió cuando su Hermana Mayor, Lottie, le había entregado un diario como regalo.

Y no cualquier diario, lo había comprado su mamá para ella y había escrito desde el día que nació, y cada uno de los días que había cumplido años. Su corazón sintió una magnífica alegría, y ahora leía esas palabras escritas ahí cuando se sentía mal. Lottie le había explicado que había hecho eso con todas sus hijas. Lastimosamente para Kate solo había llegado al cumpleaños número catorce.

Tenía guardado el de sus otras dos hermanas, y se los daría cuando cumplieran quince años. Era triste que para ella había escrito poco, más para Emma que era un bebe cuando su madre murió.

De todas formas, ahora ella escribía en el cuando ocurrían cosas fuera de lo común e importantes, cómo el que en la noche le habían vuelto las pesadillas. Y no las tenías desde...

Las pesadillas y los ataques de pánico desaparecieron desde el momento que Carlos empezó a dormir con ella tiempo atrás.

Hannah iba tarde también, así que pasó por ella y fueron directo a la escuela.

—Que resaca tengo-dijo poniéndose unas gafas de sol.

—¿Te acuerdas lo que pasó a noche?

—Si me preguntas si me acuerdo de cómo me gritó Carlos Fernández, sí. ¿Qué te pasó ayer? No contestaste mis mensajes.

—Nate me intentó besar a la fuerza.

La cara de Hannah se convirtió en ira.

—Los hombres son un asco.  ¿Tú estás bien amiga?

Kate no sabía que responder, no quería preocuparla.

—Solo reviví aquel suceso otra vez, eso es todo.

—Lo siento tanto, tu primera salida y mira como terminó. Te lo recompensaré, y te buscaré un nuevo Crush, lo prometo.

Cuando llegaron a la escuela asistieron a clase normalmente, al finalizar, no tenia en que irse a casa, si auto estaba en el taller todavía y ni Cassie ni Josh podían llevarla a casa, le preguntara a Hannah.

—Mi auto está en el taller, ¿podrías llevarme a casa?

—Tengo cita en el médico, a menos que me quieras acompañar, puedo llevarte después.

A Kate no le gustaban los hospitales.

—Tranquila, tomaré un Uber.

—Está bien amiga, supiste que Nate fue echado del equipo de lacrosse, ¿verdad?

Kate se paralizó

—Y yo que pensaba que a Carlos le dabas igual, porque creo que esto viene de lo de ayer ¿o estoy mal?

—No lo sé... —Musitó Kate

A penas se despidieron, un mensaje de Louis había llegado a su teléfono, le indicaba que tenía que volver con Carlos.

Kate resopló, no sabía si él quería llevarla.

—¡Oye! - le gritó Kate mientas corría hacia él.

—¿Qué quieres? - él podía ser muy grosero.

—Llévame a casa, mi auto está en el taller.

—No puedo, tengo que ir al centro comercial.

Kate sintió que su sangre hervía ¿tendría una cita?

—No importa, voy contigo—sin dejar que el contestara, se subió al jeep y se puso el cinturón de seguridad.

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