Capitulo Siete

1K 113 1
                                    

El mes siguiente fue una locura, literalmente.

Carlos les había contado toda la verdad a sus hermanas, contactaron a su padre y se reunieron nuevamente después de tantos años. Los Fernández no podían estar más felices.

A Kate también le alegraba, por supuesto, había disfrutado ver cómo le mostraban álbumes para ver si recuperaba la memoria, pero al parecer era irreversible, además, después de investigar a fondo, hubo un error en la autopsia y habían confundido el cuerpo con otro.

Había sido lindo ver como se reunían, como Carlos había salido de la clínica y como se respiraba un ambiente paz en su casa.

Pero Kate estaba deshecha por dentro, se había propuesto olvidar a Carlos, pero hasta el momento no había tenido éxito al respecto, y sabía el porqué. Es que antes era tolerable que la ignorara porque ella pensaba que la odiaba, pero  ahora que sabía porque la evitaba y todo lo que sentía por ella, le dolía aún más esta situación. Estaban enredados y era difícil dar vuelta atrás.

Hannah y Josh estaban en su cuarto, al fin podía caminar sin muletas, pero aún no podía bailar por un tiempo.

—Me alegra mucho que estas contando- expresó Kate a su amigo.

—Sé que no es mucho, pero que sus amigos más cercanos sepan, es un gran paso— le respondió Josh.

Su novio se había sincerado con parte de sus amigos y había confesado su orientación sexual.

—Espero que no se demore en contarle a los demás y deje de estar escondiéndote.

Josh volteó los ojos

—Dale un tiempo Hannah, su padre en un Lord, su familia es muy conservadora.

—No sabía que Lord era sinónimo de estúpido.

—Odio tu actitud a veces.

—Cambiando de tema, hay que celebrar que ya puedes caminar Kate, y tengo el Plan perfecto.

—No quiero una de tus ideas locas- A Kate la ponían nerviosa.

—Lo siento amiga, pero ya lo concreté. Tu y yo tendremos una doble cita en el restaurante vegano que te encanta

—No Hannah, no quiero citas, y lo sabes muy bien.

Tocaron la puerta del cuarto suavemente.

—Chicos, la cena está lista, bajen por favor- dijo la ama de llaves de la casa.

—Gracias Anne.

Bajaron hacia el comedor discutiendo la dichosa cita.

—Por favor, tienes que ir, ya confirmé con ellos Kate- dijo Hannah mientras se sentaba en la mesa con el resto de la familia.

—¿De que hablan? —preguntó Sofía

—Kate y yo tenemos una cita doble- respondió Hannah.

Louis Fitzgerald frunció el seño

—¿Una cita?, ¿Cuándo, dónde y con quién? —preguntó el mayor de los Fitzgerald.

—No le presten atención a Louis, a mí me parece perfecto.

—Igual para que esté tranquilo señor Fitzgerald, es mañana a las cinco de la tarde en el restaurante favorito de Kate, puede estar tranquilo que yo la cuidaré.

Carlos Fernández tosió recordando la fiesta de hace unos meses donde la había dejado sola.

—No confiaría en eso-Expresó Carlos Fernández mirando a Kate.
—Se me quitó el hambre—dijo levantándose de la mesa.

Kate no sabía cómo se había dejado convencer de su mejor amiga, ahora estaban sentadas frente a dos chicos que Kate ni recordaba sus nombres.

Hannah lo estaba disfrutando así que decidió aguantarse hasta el final.

—A nosotras nos encanta bailar, así nos conocimos en realidad—contaba   Hannah, de un momento a otro quedó en silencio mirando a la entrada del restaurante. —¿Qué hace él aquí? —Le susurró a Kate.

Ella puso su atención en cómo Carlos se acercaba a su mesa.

—Que casualidad, no sabía que hoy era el día que salían— Hannah le dio una sonrisa falsa.

Kate todavía estaba sin aliento, ¿qué hacía aquí?

—¿Puedes Rodarte Hannah? - se sentó sin permiso a la mesa.

—Yo te conozco, juegas lacrosse, nosotros vamos a Wellington- dijo uno de los chicos.

—Oh, de ahí de graduó una de mis hermanas.

Siguieron hablando los tres, Kate y Hannah solo se miraban, habían quedado en segundo plano y apenas podían opinar.

—¿Cómo fue que nuestra cita terminó así? - expresó con indignación Hannah mientras veían como sus citas jugaban play station con Carlos.

Kate no sabía ni que pensar, ¿habría ido a su cita para sabotearla?, seguramente, pero no tenía sentido. Habían decidido dejar que cada uno tomara su rumbo, Carlos se estaba comportado como un inmaduro.

—Bueno chicos, ya me voy- musitó Hannah para ver si salían de su transe de videojuegos y sorpresivamente así fue.

—Nosotros te llevamos— se levantaron del sofá, seguidamente se despidieron y dejaron a Kate y Carlos solos.

Kate cerró la puerta, se giró y Carlos estaba detrás de ella mirándola, se quedaron así por unos segundos, hasta que ella decidió seguir su camino a su cuarto.

—¿No me vas a decir nada? ¿No me vas a reclamar por sabotearte tu cita?

—¿Qué sentido tendría? La cita era absurda, y en cuanto a ti, ya dejé de tratar de comprenderte, eres confuso y estoy cansada de eso.

—Lo siento- expresó el latino. —Creo que no sabes la magnitud de cómo me siento. Un cobarde por no luchar por nosotros, lo que creería que era lo correcto me está consumiendo por dentro, ya te probé y no creo que pueda seguir ignorando esto que me pasa contigo.

—No, por favor, no me digas eso si mañana vas a cambiar de opinión.

—No- tomó su delicada mano. —Te amo, Kate y no quiero alejarte más, aunque se me caiga el mundo encima- besó su frente.

Kate sonrió y besó sus labios lentamente, así duraron un par de minutos hasta que escucharon un ruido y se separaron rápidamente

—¿Qué hacen ahí de pie?, ustedes son muy raros- Rose y Phoebe rieron mientras llegaban de afuera.

Carlos rosó la mano de Kate por detrás con delicadeza haciéndola sonreír.

Había nacido un secreto.

Aún más enredados Kde žijí příběhy. Začni objevovat