Capítulo 16

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A la mañana siguiente, cuando bajaba las escaleras para dirigirse a la planta baja, Lauren se encontró con Yvonne, una de las criadas, que estaba frente a la habitación de los niños con un montón de ropa recién planchada en los brazos. Al verla, inclinó la cabeza y sonrió.

―Presumo que la señora está holgazaneando de nuevo esta mañana.

Yvonne negó con la cabeza.

―No, señora, ya se ha levantado, pero aún no está preparada para que le arreglen la cama.

Puesto que la puerta estaba entreabierta, Lauren no creyó que Camila se estuviese vistiendo.Curiosa, asomó la cabeza por la puerta y vio a Dinah en el centro de la habitación, con las piernas ligeramente separadas y las manos en la cintura. Al ver a Lauren en la entrada, la saludó con la cabeza.

―Está buscando algo entre las sábanas de nuevo. ―Se encogió de hombros para mostrar su desconcierto―. Hace lo mismo todas las mañanas sin falta. Se está convirtiendo en un ritual.

Lauren entró a la habitación.

―¿Le has preguntado qué está buscando?

―¿Que si se lo he preguntado? ―Dinah negó con la cabeza―. No, no lo he hecho. Nunca se me ocurrió pensar que podría responder.

Contenta de tener una excusa, cualquiera que fuese, para quedarse, Lauren dirigió su mirada hacia Camila, que estaba registrando con todo cuidado la arrugada ropa de cama. Como ya lo había notado antes, su camisón, si bien de corte recatado, era de tela muy delgada, y estaba tan gastado que se había vuelto casi transparente.

Tomó nota con el pensamiento de que era preciso añadir ropa de dormir a la lista de cosas que quería mandarle hacer. No es que tuviese nada en contra de los camisones de tela muy fina.Todo lo contrario. Pero...

Estaba sonriendo con satisfacción cuando se acercó a Camila. Ella se sobresaltó al verla y dejóde dar palmaditas en las mantas.

Lauren señaló la cama.

―¿Qué estás buscando, Camila? A lo mejor Dinah y yo podemos ayudarte.

Ella frunció el ceño, a todas luces inquieta, no sólo por la pregunta, sino también por el hecho de que Lauren estuviera esperando una respuesta. Lauren dejó escapar un suspiro. La paciencia nunca había sido una de sus virtudes, pero desde que se casó con Camila estaba empezando a entender que éste era un atributo que tenía que adquirir. La habían obligado durante 16 años a obedecer reglas muy estrictas y le habían prohibido emitir sonido alguno o intentar comunicarse.

Sinceramente, Lauren no podía esperar que ella cambiara de la noche a la mañana.

―Camila, responde la pregunta lo mejor que puedas. Nadie te va a castigar, te lo prometo.

Ella no pareció muy convencida de que eso fuese cierto. A Lauren no le gustaba presionarla,pero sabía que era esto o permitir que ella siguiera igual.

―¿Qué estás buscando? ―Ahora empezó a adoptar una expresión severa que esperaba que la animara a responder, sin matarla del susto.

Ella tiró nerviosamente del canesú de su camisón, gesto que hizo que Lauren dejara de mirarle la cara y centrara toda la atención en su pecho. Ante la visión que apareció frente a sus ojos,apretó los dientes y enseguida volvió a dirigir la mirada hacia su rostro. De modo sorprendente,ella no pareció darse cuenta de que su centro de atención se había desviado por un instante.Después de lo que Chris le había hecho, a ella le parecía que su ingenuidad era algo más que increíble. Pero la verdad era que estaba viendo las cosas desde su punto de vista, no desde el de Camila. Era evidente que la violenta agresión de Chris contra ella había sido sólo eso: violencia.

Camila's Song loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora