La necesitó

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La necesito, era lo único en lo que podía pensar acostado mirando el techo después de tratar con el miserable de Orochimaru. Necesito a Hinata, los días con Orochimaru eran un verdadero suplicio. Tenía que reconocer que me había vuelto muy poderoso, sentía el poder recoger por mis venas.

Los entrenamientos de Orochimaru, hacia como sus misiones me daban poder pero también me enseñaban sobre estrategias y técnicas de combate. Me volvía fuerte tanto como física, como mental. Mi personalidad se volvió más fría y violenta. No me importa nada, ni nadie. Solo me concentraria en mi venganza contra Itachi, para luego volver a verla.

Pero aún así, la necesitaba, estás ansia de matar que tenía me consumía. Era una maldición y solo Orochimaru me ayudaba a sasiarla. Necesitaba a Hinata, necesitaba su dulce calidez, su cariñosa voz, esa forma en la que me miraba.

Me levante de mi cama y salí del escondite. Deseaba salir y no sentir el asqueroso olor a laboratorio. De los múltiples escondites, este era el más cercano a Konoha. No sabía porque pero fui al sitio don Hinata y yo nos encontrábamos no cuando éramos niños. Al llegar la encontré casi dormida en la hierba.

Su respiración pausada y calmada trasmitía tranquilidad, sus labios entreabierta tomaba pequeñas bocadas de aire. Sus labios rosados me tentaban a besarlos. Me acerqué más a ella está que sentí que sus ojos de luna se habrían. Seguí acercándome un poco más y posee mis labios sobre su pequeña barbilla.

- Sasuke-kun - digo en casi un susurro.

- Hinata - respondí mientras nos levantamos. Fue entonces cuando ví su larga cabellera caer sobre su espalda - cumpliste tú promesa.

Hinata se sonrojó mientras asentía. Era tan hermosa que dolía. Ella definitivamente no era humana, ningún ser humano podía ser tan perfecto como lo era ella. Tomó un mechón de su largo pelo y lo acaricié.

- Es hermoso, me encanta - comente - Que haces aquí Hime?.

- Necesitaba un lugar para descansar, y no se porque pero terminé viniendo aquí - susurró.

- Ya veo, la guardia de Orochimaru está cerca de aquí, vine con la vaga esperanza de encontrarte.

- Oh, cierto. El equipo de Kakashi-sensei tiene pista sobre dónde estás.

- No te preocupes, no los dejaré - le acaricié su cabeza.

Las dos próximas horas nos la pasamos en silencio, sin mediar palabra, era un silencio cómo y relajante. Nos quedamos mirando la apuesta de sol. Cuándo me volte a ver, ella estaba semidormida mientras trataba de dormir. Sonreí internamente y sin pensarlo mucho recoste su cabeza en mi hombro.

Más tarde en la noche Hinata despertó con delicado bostezo. Sonriente mi dio las buenas noches, aún medio dormida.

- Dormiste bien? - pregunté, cuando de momento se me ocurrió una pequeña travesura, y acelerado me la voz - Hinata, dime ¿Con que estabas soñando que no dejabas de gemir y repetir mi nombre.

Su cara se volvió y tomate, el tomate que tanto me gusta.

- Pe-pero que dices? - balbuceo - yo... yo no tuve ningún sueño.

- Si, ahora finge que no recuerdas, pervertida.

- M-me tengo que ir - se levantó con una rapidez impresionante.

- Eh, no huyas - tomé su mano y la oblige a colocarse entre mis piernas - Era broma, tonta - me abrase a su cintura.

- Sa-sasuke-kun.

- Solo quédate así, solo un rato.

Solo a ella le permitía verme débil o derrotado. Solo ella podía entender lo que le decían en mi frío silencio y sin preguntar se arrecostó en mi pecho mientras trazaba distraídamente círculos en mi brazos.

- Te hecho menos Sasuke-kun - la escuché susurrar.

- Cada luna nueva - le dije.

- Eh? - me miró con su carita de interrogación.

- Quiero verte cada luna nueva.

                         • • •

Tres días después de mi dulce encuentro con Hinata apareció el dobe de Naruto, la molesta de Sakura, el pervertido de Kakashi y un tipo malditamente raro. Mi sustituto. Pero nosotros ya estábamos preparados para su llegada gracias a Hinata.

Estaba en la nueva guarida, mientras me instalaba apareció Orochimaru y su perro faldero de Kabuto.

- Sasuke-kun - dijo con su voz espeluznante de serpiente - Me gustaría saber cómo fue que obtuviste la información sobre que nos atacaría.

- No es asunto tuyo - dije simple. No le contaría lo de Hinata aún si me ponía en una maldita cámara de tortura.

- Karin está hecha una verdadera fiera por qué dice que tienes un olor diferentes, que huele en ti otro chakra - dice Kabuto

- Con que tienes tú propio informante en la aldea? - confirmó el maldito de Orochimaru y...

Mierda.

Una Razón Para Volver.Where stories live. Discover now