Una Razón Para Volver.

Uchiha

Mi mente a duras penas podía procesar las imágenes que mis ojos le enviaba. El Clan Uchiha, mi Clan, estaba allí a pocos pasos de mi estaban todos incluso mi hermano, Itachi, al que supuestamente había matado. Sabía que no era una ilusión, sabía identificarlas.

No me atrevía dar un paso. Hasta que sentí la suave y pequeña mano de Hinata tomando la mía. Cuando la apretó fue más que suficiente para darme impulso que necesitaba. Nos acercamos de forma lenta y solo me detuve hasta que estuve en frente de mis padres y hermanos.

Mis padres estaban casi iguales, se les notaba apenas el paso de los años, reconocí a varias de las personas a casi todas. La mirada de mi padre no había cambiado seguía siendo fría y distante, solo que ha no le intimidaba como antes. En cambio mamá, su mirada tierna y acogedora era acompañada con la soda y el temor.

- Hijo - musitó mi madre.

- No me interesa - le corté - me vale una..., me vale poco lo que tenga que decir. Si estoy aquí es porque de cierta forma aún confiaba en que mi vida había dejado de ser una mentira, pero tengan por seguro que si hubiera sabido esto no habría pasado por aquí ni por asomo.

- ¡Sasuke! - grito mi padre - ¿Comó te atreves a hablarle hacia a tu familia?

- Y cómo te atreves tú siquiera a levantarme la voz - le aplaste con la mirada - Cuando me abandonaste como perro pulgoso que no merece una mierda.

- Sasuke!! - jadeó escandalizada mi madre - esa no fue la crianza que te dimos.

- Crianza? Por favor, los columpios o el campo de entrenamiento tienen más derecho a la crianza que tú.

Después de pronunciar esas palabras me arrepentí de decirlas al ver a mi madre con lágrimas en los ojos. Pero no podía tener otro sentimiento que no fuera rabia, irá y deseó de venganza. Era inédito su actitud. Los amaba, no dudaba de ello, pero ahora mis emociones eran nublada por una neblina roja. Sharingan.

- Sasuke-kun, creo que deberíamos calmar un poco el ambiente. - dijo Hinata mirándome a los como si a través de ellos pudiera infundarme tranquilidad y lo logró.

- Tienes razón, nos vamos de aquí. - me gire dispuesto de largamente.

- Sasuke, espera - suplicó mi madre - déjanos explicarnos.

- No me interesa - los mire sobre el hombro - haré como si nada de esto hubiera sucedido.