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Four Seasons Hotel Mexico City

12:37am

El soldado del amor arribaba a la suite que ocuparía aquella noche, en silencio se dirigió al baño dejando sus cosas en la pequeña sala que ahí había. Se echó un poco de agua en el rostro y se miró al espejo, el cual no reflejaba la felicidad que años antes lo embargaba, ahora reflejaba un rostro cansado y harto, un par de ojeras bajo sus ojos y un corazón roto.

Le fue completamente imposible no derramar algunas lágrimas, aquella noche estaba dejando una vida al lado de la que creía era su amor para siempre, una mujer con la cual compartiría el resto de sus días y se convertiría en la madre de sus hijos. Ahora solo serian un par de desconocidos con un pequeño en común.

-Se nos rompió el amor, Lucero -susurró y se soltó en un llanto estremecedor que lo hizo querer romper cosas, mas se contuvo, si era el momento mas no era el lugar 


Eran las nueva y cuarto de la mañana cuando la señora Lucero León entraba a la casa de su hija con pasos rápidos y periódico en mano. Lucero tomaba el desayuno en el jardín junto a su pequeño hijo con el que luchaba por verlo terminar sus verduras.

-LUCERO -la llamó su madre apenas ingresó al jardín- ¿Me puedes explicar que están haciendo Manuel y tú? -camino hacia ella

-Hola mamá, amanecí muy bien, por si te interesa saberlo -rodó los ojos y volvió la mirada a su hijo- José Manuel acábate esto -el niño negó

-Mary, llévate a mi nieto y que se termine su desayuno, necesito hablar con mi hija -se sentó frente a ella

-¿Qué quieres hablar? -la miró dejando la cuchara, al parecer ninguna de las dos Luceros se había levantado de buen humor aquel día

-De esto -le aventó el periódico a la mesa- Esta en todos lados, en radio, televisión, revistas. No sé que es lo que traman ustedes dos, pero quiero que lo arreglen en este momento.

Lucero tomó el periódico en sus manos, y mientras su madre la regañaba leía el titulo de la nota: "Lucero y Mijares, ¿separados?" adjuntando algunas fotos de él la noche anterior entrando al hotel.

-No puede ser -susurró

-Exacto, no puede ser

-¿Cómo es que se enteraron tan rápido?

-Ay por Dios, Lucero. No te vengas a hacer la tonta, la prensa siempre esta encima de ustedes, cualquier paso de ambos es digno de una portada ya sea bueno o malo. No te vas a divorciar

-Tranquila -aventó nuevamente el periódico a la mesa- No lo haremos, solo nos hemos dado un tiempo. La verdad es que la situación en la casa estaba cada vez más insoportable -se pasó las manos por el rostro y finalmente se recargó en el respaldo de la silla cerrando los ojos- Tengo que hablar con Manuel

-Me tomé la libertad de hacerlo -comió una uva

-¡¿Qué?! -rápidamente volteó la mirada hasta ella- Mamá eso es pasarse en serio, esto es un problema que solo nos incumbe a él y a mí, como la pareja que somos

-Ay Lucero, por favor -una sonrisa burlona se dibujo en sus labios- Ustedes de pareja no tienen ni la p. Y si te sirve de consuelo -comió otra uva- A quien realmente llame fue a su manager

-¿A Lluvia?

-Si, que sirva de algo la zorra esa. No solo para dar ideas estúpidas de no dejar que le tomen fotos a mi nieto, que salió bastante precioso, ¡como tú! Y que bueno, porque Manuel es... No quisiera decir feo, pero si incomodo de mirar

-Ay mamá -negó con la cabeza- Igual voy a llamarlo, no tardo 



Mérida, Yucatán

-¿Qué diablos quieres, Isabel? -le abrió la puerta de muy mala gana

-Uy, parece que alguien no amaneció de muy buen humor hoy -pasando a la habitación- ¿Ya estas lista?

Mayte había podido conciliar el sueño cerca de las cinco de la mañana, ¿el motivo? Ya todos lo sabemos, la soledad. Aquella madrugada a su mente le había dado por recordar sus momentos de mujer casada, su vida al lado de Fernando le había resultado fácil, pues él la manejaba y no solo en el escenario, en la vida de casados era igual, él hacía, él daba órdenes, él, todo se resumía a él y a su eterno mandato y poder sobre ella. La rubia no podía dar un paso sin autorización de su ex marido, pues se sentía incapaz de ello.

-¿Qué no la habitación se vence hasta las doce? -se volvió a acostar en la cama cerrando los ojos e ignorando por completo la presencia de su hermana.

-Pensé que quizás podíamos ir a comer algo por ahí -se sentó a su lado- ¿No te apetece la idea?

-No

-Si lo prefieres, podemos pedir algo a la habitación y desayunar aquí mientras vemos la televisión

-Isabel -protestó aun con los ojos cerrados, ella en verdad deseaba dormir

-Ay bueno, me quedaré aquí hasta que te quieras levantar a comer -la castaña se levantó de la cama buscando el control remoto de la televisión- Solo te aviso que ya casi son las diez de la mañana

-Si si si, ya cállate y déjame dormir 

Cuando Isabel encontró el control remoto, se sentó en un taburete frente a ella. Pasó los canales buscando algo entretenido que ver aquella mañana de lunes, poco después se encontró con la transmisión del programa matutino titulado HOY, se quedó viéndolo un rato, pues estaban dando una receta que a la castaña le parecía deliciosa. Luego de que acabaron con las indicaciones de la receta, una de las conductoras mandó a una capsula con las ultimas noticias de los famosos, donde, inevitablemente salió el soldado del amor.

-Todo parece indicar que nuestro soldado del amor y la novia de América ahora si andan en temas de divorcio, pues anoche se le vio llegar a un lujoso hotel de la ciudad con maletas en mano, ah, y sin su esposa e hijo

-¡¿Qué?! -la rubia a penas escuchó eso se levantó de golpe de la cama quitándole el control a su hermana y subiéndole el volumen a la televisión

-¿No estabas dormida?

-Ssshhh -volvió su mirada al aparato

-¿Será posible que ahora si se les haya muerto el amor? Por el momento ninguno de los dos a salido a desmentir dichos rumores, pero todo parece indicar que sí, que si hay divorcio. Y pasando a otros te... -la rubia apagó la televisión

-Se va a divorciar el gordo -comentó la castaña rompiendo un poco el hielo

-Eso parece -se sentó en la orilla de la cama pasándose las manos por el rostro- Tengo que hablar con él

-¿Qué? ¿Cómo por qué?

-¿Cómo que por qué? El gordo debe estar destrozado, él... él adora a Lucero, es su vida esa mujer, tengo que hablar con él, preguntarle cómo se siente, tengo que...

-Eeehh STOP. Yo sé que eres su amiga y quieres ayudarlo y apoyarlo, pero ahorita no. Pienso yo que... no estas en condiciones de dar apoyo sobre una separación

-Es mi amigo, Isabel

-Yo sé que lo es -se levantó del taburete para ir hasta ella y colocarse en cuclillas frente a ella- Pero lo mejor es que él se acerque, que él nos busque. Al final del día seguiremos siendo sus amigos, pero no podemos entrometernos en la vida de las personas, así como así, no. Déjalo que se acerque, a parte, aun no esta confirmado, puede ser un rumor como todos los que rodean esa relación

-la rubia soltó un suspiró y se rascó la cabeza, su hermana tenía razón- No pues si

-¿Ves? -Mayte asintió- Bien, ahora vístete que tengo hambre

-Ay Isaaa 

Tanto AmorWhere stories live. Discover now