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Diciembre 2, 2003 

La semana para Mayte había corrido con suma lentitud, las imágenes de la entrevista dada por Manuel y Lucero se habían estado repitiendo todas las noches cuando intentaba dormir, el insomnio se había convertido en su mejor amigo al igual que las copas de vino. <<Me estoy volviendo loca>> se decía mientras veía la tarde caer desde su balcón, había desconectado el teléfono de su casa y apagado su celular con toda la intensión de que nadie la molestara, necesitaba pensar y llorar amargamente mientras sus copas de vino se vaciaban y se reprochaba el hecho de haberse dejado envolver por las dulces mentiras de Manuel, porque si, para ella solo eran un montón de mentiras que le dijo por el calor del momento.

-¿Cuando dejaré de ser tu estúpida, Manuel? -se preguntó al salir de una relajante madrugada de jacuzzi. Para su desgracia aquel 2 de diciembre Pandora tenía que asistir a las instalaciones de Televisa para grabar el programa de fin de año y lo que menos tenía en ese momento eran ganas de salir de su refugio para convivir con el resto de la civilización. A las diez con veintisiete minutos Isabel estaba afuera del departamento de Mayte lista para llamar al timbre pero su hermana se adelantó siendo ella quien se llevó una sorpresa- Hola

-Mayte, estaba muy preocupada por ti -se lanzó a sus brazos abrazándola fuertemente y soltando algunas lagrimas- Bueno ¿pero que te haz hecho? He estado toda la semana llamándote a la casa y a tu celular y nadie me contesta -se separaron- ¿Estas bien?

-Si -susurro y desvió la mirada, no quería que su hermana la viera llorar pues comenzaría con un amplio cuestionario que no iba a terminar nunca-

-¿Segura? Si no te sientes bien llamo a Televisa y les digo que no podemos grabar hoy

-Estoy bien, solo necesito una botella de tequila y un mariachi

-Mayte -la miró sorprendida y esta rápidamente le mostró una media sonrisa

-Estoy bien, Isa, vámonos -cerró su puerta y se dirigió al ascensor sin darle tiempo a Isabel de hacer una pregunta más



El sonido de las llaves abriendo la puerta le avisaba a Lucero que su aún esposo ya había llegado, sonrió y continuó dándole el desayuno a su hijo el cual salió corriendo apenas escuchó a su padre llamarlo. Todavía Manuel no entraba al comedor así que ella aprovechó para desabotonar un par de botines de su camisón de dormir, quería provocar a Manuel, estaba dispuesta a volver a ser la señora Mijares a toda costa.

-Hola -saludó Manuel entrando al comedor con su hijo en brazos

-Hola spaw, perdón Manuel -le sonrió- ¿Te sirvo un poco de jugo?

-No, ya desayune, vengo de ver a mi mamá

-¿Si? ¡Que bueno! ¿Cómo está mi suegra?

A Manuel le extrañó la manera tan amable en que estaba Lucero puesto que hacia apenas dos días habían mantenido una fuerte discusión- Bien, preguntando por su nieto porque hace varias semanas que no lo ve

-Hay que ir a verla, es mas, ¿por que no nos vamos a Acapulco todos este fin y la pasamos todos muy bien? Estoy segura que a mi suegra le va a encantar el mar

-¿Por que estas tan de buenas? -le preguntó dejando a José en el suelo

-Ay -volteó los ojos- Una ya no puede ser amable porque inmediatamente se lo echan en cara

-No es eso, es solo que hace mucho no estabas tan de buen humor -se rió mientras se servía el jugo

El ambiente se pinto silencioso entre ambos, Lucero siguió comiendo su fruta -Hoy voy a grabar, ¿te puedes quedar con el niño?

-Si, de hecho venia a preguntarte si me lo puedo llevar unos dias a mi departamento

-No lo sé, es que Antonio se lo quiere llevar unos días para que conviva con sus hijos, se lo va a llevar junto con mi mamá, se van a San Luis

-Tu hermano -respondió furioso- No puede ser que siendo mi hijo ni siquiera pueda tener autorización sobre él

-Lo siento, señor soldado, pero si usted viviera aquí le hubiera dicho "Oye amor, ¿te late que nuestro hijo se vaya con sus tíos y su abuela unos días de vacaciones?" Pero no, el señor ha decidido vivir en otro lado -respondió sarcástica- Sólo dime si lo puedes cuidar o le hablo a Juan de las pitas para ver si él puede cuidarlo -aventó la servilleta a la mesa y se levantó enfurecida- Al final del día eres tú quien se esta perdiendo los momentos con su hijo, no yo 




-Me acaba de decir la productora que tendremos exactamente diez minutos -dijo Isabel entrando al camerino con un café en la manos, sus compañeras ya estaban siendo maquilladas para el programa, Fernanda tenía la mano de Mayte sostenida en símbolo de apoyo, no había hablado con ella pero la conocía tanto que sabía que lo que le pasaba tenía que ver con el amor

-Entonces cantaremos el popurrí de Emmanuel que dura casi cuatro minutos -sugirió la morena sin soltar a Mayte de su agarre

-Aja -bebió un poco de su café- ¿Qué les parece si cantamos Gotitas de miel? Hace mucho que no la cantamos y me fascina -Fernanda asintió y celebró la idea de su amiga- Y para cerrar podemos cantar... -un golpeteo a la puerta de su camerino interrumpió el habla de Isabel- ADELANTE

La puerta se abrió dejando ver a Lucero con la sonrisa dulce que tanto la caracterizaba, Mayte se puso mas blanca de lo normal y unas enormes ganas de vomitar la invadieron. La mujer se adentró al camerino saludando amablemente a sus compañeras, Mayte dejó de escuchar lo que decían puesto que su corazón se aceleró y su mente dejó de procesar la conversación que estaban manteniendo.

-¿Ah? -Mayte salió un momento de su trance y miró a Lucero por el espejo- Perdón Lucero estaba pensando en las canciones

-No te preocupes, May -rió un poco- Me habían dicho que Daniela Romo estaba aquí, perdón por haberlas interrumpido

-No te preocupes, Lucerito, solo hablábamos de lo que vamos a cantar en un momento -respondió Isabel dejando su café en el tocador y posando su mirada a la novia de América- ¿Cómo esta el gordo? Tenemos ya un rato que no lo vemos

-Mi marido esta perfecto, guapísimo como siempre -soltó una carcajada que únicamente dos de las pandoras imitaron- Justo ahorita esta cuidando a José porque yo tenia que venir a grabar el programa

-¿Cómo los está tratando la eternidad, eh?

-¿Me puedo sentar? -Fernanda asintió- Bien, normal, digo. Estamos tan encantados siendo papás que ya estamos buscando la parejita -se sentó en el enorme sofá blanco que ahí había- No digo que pronto pero si es un propósito de año nuevo

-Pues muchas felicidades -le dijo Isabel- Conociendo a Manuel debe estar fascinado con la idea de ser papá nuevamente

-No sabes, eh. Es un amor -les sonrió- Sí como marido es una delicia, bueno, cómo papá es el doble, o sea es cien por ciento consentidor y un barcazo total. No pude escoger mejor padre y esposo, la verdad.

-Si -al fin habló Mayte, s nerviosismo se había convertido en una furia enorme, las palabras de Lucero estaban siendo picones en su orgullo y Mayte al final del día era escorpión- Escogiste uno de los hombres mujeriegos que conozco, Lucerito -le respondió mirándola fijamente por el espejo con una sonrisa y mirada de altanería

-Si, quizá Manuel fue un mujeriego en su juventud pero lo fue... -se levantó del sofá sin quitar la mirada de encima de la rubia- Porque no había llegado la mujer que lo enamorara perdidamente al punto de querer hacerla su esposa -levantó su mano izquierda mostrando su argolla de matrimonio- Y esa mujer soy yo

-No te creas Lucero, ese tipo de hombres nunca cambia

-Yo creo que si y MI spaw es la prueba de ello

Mayte soltó una carcajada burlona y se levantó de su asiento- Si, tienes razón, Manuel es la prueba de que los milagros existen -se dio la media vuelta retándola con la mirada- Chicas, voy a ver si Alesita pudo conseguir nuestro vestuario -dijo sin quitar su mirada de Lucero- Con permiso y felicidades, Lucero 

Tanto AmorWhere stories live. Discover now