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La cena estuvo pronto y Mayte como la buena ayudante de cocina que era se ofreció a poner la mesa.

-Oye pero, podemos cenar aquí en la barra de tu cocina

-¿No prefieres el comedor? -lo miró extrañada- Como gustes, entonces

Mayte colocó los platos en la barra de la cocina, uno frente al otro, relleno las copas y tomó su lugar. Manuel sirvió la cena y tomó su lugar, en silencio empezaron a cenar, la rubia no despegaba su mirada de su plato para evitar la mirada del soldado, sabia que la estaba observando y detallando, Manuel tenia la costumbre de hacerlo en cada cena que compartían.

-A esta cena le hace falta algo -mencionó él

-¿Qué cosa? -levantó la mirada para encontrarse con la suya

-Música, un poco de música

Manuel se levantó de su asiento y salió de la cocina dejando a la rubia con la mirada llena de confusión. Al instante se escuchó la música sonar, había descubierto su reproductor de música, se sonrió y continuó comiendo y bebiendo hasta que volvió a ver a Ñauen entrar.

-Así esta mejor -se sentó nuevamente frente a ella- Veo que eres muy fan de Marco Antonio

-Es un excelente cantautor

-Y persona

-¿Lo conoces?

-Si -bebió- Es muy buen amigo de Lucero y ha estado en cumpleaños de ella así como nosotros en los suyos

-Ah -miró a otro lado

-¿Sabes cual es mi canción favorita de él?

-¿Tu cárcel?

-No -río- Justo esa no es

-¿Entonces? -volvió a mirarlo frunciendo el ceño

Al fondo comenzaban a escucharse los primeros acordes de "Amor en silencio".

-Esa, justo esa -se metió un poco de comida a la boca

-¿Amor en silencio? -arqueó la ceja arrancándole una carcajada al hombre

-asintió- Es maravillosa

El silencio volvió a reinar entre ellos haciéndolos seguir comiendo y bebiendo hasta que a Manuel se les salieron sus dotes de cantante y comenzó a cantar la canción antes mencionada.

-Hoy es mi primer despertar -cantó atrapando la atención de la rubia- Todo es tan grande y pequeño, descubro que hay sueños -comenzó a mover su cuerpo y le extendió la mano en símbolo de que la tomase para bailar

-No no no, estás loco -río

-Siempre hay una semilla de amor -tomó su mano y a la rubia no le quedó de otra mas que levantarse para concederle aquella pieza – Amor en silencio es vivir un momento a tiempo -le susurró cuando la tuvo cerca de su cuerpo

-Amor en silencio es en un beso amar o dar...

-la interrumpió- Perdón sin explicar solo un alma desnuda -le acarició las mejillas- esa dicha puede lograr

Siguieron moviendo sus cuerpos al ritmo de la música, no dejaron de mirarse en ningún momento, estaban disfrutando se la cercanía que tenían en aquel momento. Fue tan mágico y perfecto el momento vivido que las ganas de llorar invadieron por completo a la rubia.

-Amor en silencio -volvió a decir él acercándose peligrosamente a los labios de Mayte, pero esta reaccionó rápidamente y se alejó de él volviendo su lugar y sin mirarlo continuó cenando- Mi May...

-Se te va a calentar el vino




-¿Te sientes bien, gordita?

-Si

El español se levantó de la cama y fue hasta ella quien estaba mirando la noche por la ventana. La tomó de las caderas abrazándola para luego depositarle un beso en la mejilla.

-¿Qué tienes?

-Es May, ha estado muy rara las ultimas semanas -se recargó en su esposo- La separación con Fernando no le ha venido muy bien que digamos

-Una separación siempre es difícil, tu no lo sabes porque aun no te divorcias

-Y espero nunca lo hagamos -se dio la media vuelta para encararlo

-Nunca -le dio un suave beso en los labios- Pero volviendo al tema de la bajita -le dio un pequeño golpecito en la nariz- Quizás lo único que necesita es tiempo para analizar las cosas, tiempo a solas. Cuando Mayte este lista para hablar de lo que le sucede vendrá a ti, sin necesidad de presionarla

-Es que no me entiendes, esposo

-Si, si lo hago. Entiendo que quieras ayudarla y arrancarle su dolor de ser posible, pero la bajita tiene que vivir su duelo. Ya luego te contara que le pasa -le dio otro beso- Ahora ven, vamos a dormir

 


En silencio habían terminado de cenar, ninguno de los dos pudo dirigirse la mirada luego de aquel momento compartido. La rubia levantó los platos y metió al refrigerador lo que sobró de comida. El soldado se dedicó a observarla en una esquina de la cocina, la detallo por completo nada había cambiado en ella, al menos no físicamente, seguía siendo la mujer bajita con quien en el pasado compartió miles de aventuras. 

-May... Yo quería disculparme por... Haberte querido besar, no sé que me pasó, solo me entraron unas ganas cabronas de volver a probar tus labios, de volver a saber tus secretos

-Manuel por favor -lo miró con los ojos aguados- Por favor, hagamos como que no pasó nada

-Esta bien -le estiró la mano- ¿Amigos?

-Siempre, gordo -tomó su mano y el la jalo pegándola a su cuerpo para después abrazarla

-No sé que haría sin ti. Gracias por ser mi amiga 

Tanto AmorWhere stories live. Discover now