Capitolo 36

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Mi plan había funcionado.

Jaemin había llegado a las siete y media jueves y viernes, gracias a Jisung; por lo tanto, el tiempo con Jeno se reducía a la mitad. Eso, pese a no gustarme mucho, facilitaba la resistencia. Sin embargo, no por ello dejaba de ser dura.

Miré la hora cuando el timbre sonó, sólo dos minutos tarde había llegado Donghyuck.

Apagué el televisor y me encaminé hasta la puerta.

—Bonito departamento— musitó haciendo un recorrido general con su vista—. Aunque el edificio es... un poco melancólico.

Sonreí.

—Gracias por venir— le dije.

—Para mi es un honor que me hayas invitado a tu casa... bueno, departamento— rió.

—Eres el único con el que puedo hablar de esto— fui hasta mi habitación e hice que me siguiera.

—Sabes que siempre podrás contar conmigo, Renjunnie— me sonrió dándome confianza.

—Soy un caso perdido— me puse en cuclillas y rebusqué entre los cajones de mi buró, del inferior saqué mi gran tesoro. Un sobre amarillo en tamaño carta y de un grosor considerable que aventé sobre la cama haciendo que rebotase un par de veces.

Le hice una seña a Donghyuck para que abriera aquel sobre y él se acercó tomándolo entre sus manos.

—Vaya, sí que pesa— bromeó alzando sus delicadas cejas.

Deshizo el pequeño hilo rojo y abrió el sobre. Sacó el montón de fotografías que estuvieron apunto de caérsele.

—¡Wow!— exclamó sorprendido cuando notó cuántas fotos eran y, sobre todo, de quién eran—. Este tipo podría trabajar de modelo— musitó, y pese a decirlo para hacerme reír, no pude hacerlo—. Esto es como un libro— hizo referencia al grosor— o como una exposición de algún museo.

—O un manual de lo prohibido— musité.

—Eso suena interesante— rió.

El timbre apagó la risa de ambos. Apenas eran las seis y poco, ¿quién sería?

Ambos nos miramos extrañados.

—¿Esperas a alguien?— me preguntó Donghyuck.

—No que yo sepa— negué con la cabeza y luego salí de mi habitación para abrir la puerta.

Donghyuck me siguió y cuando la abrí me llevé una gran sorpresa al ver a Jeno al otro lado. Los ojos casi se me salen de las órbitas.

—¿Jeno?— articulé claramente sorprendido.

—Ay, yo pensé que ya habíamos dejado las formalidades— bromeó y luego miró por encima de mi hombro a Donghyuck, quien lo miraba embobado.

Entró sin que le ofreciese que lo hiciera y le sonrió.

—Holaz Soy Lee Jeno— le extendió la mano.

—El novio de Jaemin— recalqué cerrando la puerta de mala gana. ¿Por qué nunca dejaba en claro quién era?

—Hola...— musitó mi amigo tendiéndole la mano también— ...Donghyuck— se presentó.

—No, yo soy Jeno— repitió este .

Donghyuck rió.

—No, no, digo que yo me llamo Donghyuck.

—¡Oh! ¡Donghyuck, claro! He oído hablar tanto de ti— dijo—. Es un gusto conocerte al fin.

Manual de lo prohibido   {Norenmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora