{Segunda parte de: TE ARRASTRARÉ A MI INFIERNO}
Sigo de pie, sigo viva y mas hija de puta que nunca.
Supongo que por enviarme a matar creyeron haber ganado, sigan creyendo, porque me levanté desde lo más profundo en donde me dejaron y volví a nacer...
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No estoy jugando a tu lado, estoy jugando contigo.
-Venus L.
29.
—No iré, si veo a grey lo golpearé.
—No seas ridícula venus, tú y el no son nada. —Dice ámbar, mi hermana siempre tan amable voltea sus ojos al cielo—Además, ¿Por qué tendría el que serte fiel? Cuando tu planeas matarlo.
Hice una mueca y asentí.
De igual manera me dieron celos, que jodedera conmigo, aun no me creo que esto me esté pasando a mí, aun no me creo que después de tres años aun siga sintiendo cosas por la persona que me mandó a asesinar, no puedo creer que le quiera y que por si fuese poco folle con él.
A veces quisiera dormirme y que cuando me despierte, sean tres años atrás, estar en la casa de Washington, que todos estén a mi alrededor, Alaska mordiendo la alfombra, mi padre haciéndonos de cenar, ámbar y Chad discutiendo sobre que música debería estar sonando, alec y megan en el sofá, Karla intentando calmar a mis hermanos, crystha y annabeth simplemente observando el desorden, y que este el, rodeando mi cintura mientras su rostro este hundido en mi cuello y que cuando me gire me esté mirando, y que me sonría de lado como siempre solía hacer...
Pero la realidad es otra y esas cosas no pasan, el decidió dañarme luego de jurarme amor, así que lo destruiré, le daré en donde más le duele y sufrirá tanto o más que yo, cada lagrima, cada suspiro de desaliento, cada vez que lloré sola en una cama mientras acariciaba mi barriga porque mi bebé ya no estaba y todo por tu culpa.
Si tan solo jamás hubiese vuelto a Washington, nunca en la vida lo hubiese conocido, jamás hubiese descubierto que era un infiltrado y nuestra estúpida historia hubiese sido distinta, maldición, jamás me hubiese enamorado del hombre que aplastó mi vida.
—¡Venus! —Grita ámbar sacándome de mis pensamientos—Me iré con jonah, ¿segura que te llevaras a Inna luego de lo que pasó? —Pregunta.
Asentí.
En casa hubo un percance, cassidy y las gemelas se fueron a Washington por una semana, así que inna no podía quedarse sola, simplemente a pesar de lo que pasó siento que debo cuidarla.
—No puedo dejarla sola en casa, tiene siete meses de embarazo. —Hablé, encogiéndome de hombros.
—¿Le preguntaste a Ariadna si la podías llevar?
—Dijo que sí.
—Perfecto, a empacar entonces.
Ámbar es muy insistente y Ariadna me hizo unas treinta llamadas en toda la mañana, a eso de las once de la mañana saldríamos para llegar más o menos a eso de las nueve u ocho de la noche a nuestro destino, diez o casi diez horas de viaje, pudimos habernos ido en avión pero Ariadna insistió en que sería mejor conducir, ver la naturaleza y demás, lo cual fue una pendejes porque a mi auto se le ponchó una llanta y eso fue un jodido problema, fue en mitad de la nada, así que todos los demás tuvieron que parar para ayudarme, fue una cagada porque tuve que ver a grey, en conclusión el viaje fue una mierda, eso sin contar que inna está embarazada y cada cinco minutos tuve que parar para que ella fuese al baño.
