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¿Minho había aceptado, o no?
La gran incógnita viajaba en la mente de Jisung, estaba tan ensimismado en eso que se quedó sentado en la mesa aún cuando su familia ya se había levantado, lavado los platos y ahora alistado para salir.
El omega de Jisung ponía mucho más nervioso al chico, pensaba que Minho no sería capaz de negarle la cita, pero... ¿Y si ya se había cansado del maltrato de sus hermanas? Sus ojos se aguaron, Minho ha sido el único en quedarse por tanto tiempo, y a pesar de no conocer más que su nombre y grado, se sentía atraído por el alfa.
— Sunggie, bebé, ¿qué pasa?
— Uhm... ¿Mami?
— Estás llorando, Sunggie, respóndeme.
— ¿Minho ya se cansó de mis hermanas? ¡Seguro se desmayó de miedo! —ocultó su rostro en sus manos, dejando más confundida a su madre.
— Jisung, ¿de qué estás hablando?
— ¡Estoy hablando del único alfa que ha tenido el orgullo suficiente para acercarse a mí e intentar cortejarme a pesar de que tengo cuatro hermanas locas que lo lastiman sólo para que no esté cerca de mí! ¡Eso pasa, mamá!
Al mismo tiempo que terminaba su berrinche cubrió su boca y el sentimiento de miedo se instaló en su cuerpo, nunca en su vida le había alzado la voz a alguna de sus madres, aquel brilló en los ojos de la alfa Yuqi preocupó al rubio que ahora temblaba nervioso.
Bueno, al parecer mamá Shuhua no era la única que podía dar miedo cuando se enoja.
Escuchó como su madre suspiraba fuerte, entreabrió su ojo y notó los puños en las manos de la mayor:— Han Jisung, ellas sólo querían tú bien, pero veo que debí haber puesto algún límite, lo siento. Si ese alfa, en verdad gusta de ti, no se rendirá. Puede haberse desmayado tanto de miedo como de felicidad, no lo sabes, así que cállate.
Jisung estaba esperando el regaño de su vida, no esa confesión, mucho menos el discursito del final.
— Ahora escucha atentamente; iras a tu habitación, te vestirás con el aburrido uniforme, luego irás a mi habitación y te haré ver mucho más bello de lo que eres normalmente. Minho caerá mucho más por ti, ¡ve, niño!
Y siguió al pie de la letra todas las indicaciones dadas, los nervios y la sorpresa en todo su ser. Debería comenzar a pasar más tiempo con mamá Yuqi.— ¿Sabes? Estoy muy orgullosa de ti, mi alfa Song Yuqi.
Mamá Shuhua -quien había estado escuchando todo- se acercó a su amada y depositó un besito en la mejillas de la misma, las mismas destellaron en un rosa leve. A pesar de que ya hayan pasado unos años desde que marcó a su omega, el amor seguía igual de vivo.
Mamá Yuqi amaba con locura a mami Shuhua, y esperaba que todos sus cachorros lograran encontrar un amor tan sincero como el suyo... En especial su pequeño, Jisung.
𖤐
El cometido de la alfa Yuqi había funcionado, Jisung se veía el doble de bello, por lo que atraía muchas miradas curiosas. Pero no la de cierto alfa.
En este momento Jisung necesitaba de la sobreprotección de sus hermanas, pero no lograba ver a alguna por algún lugar. ¿Acaso su único objetivo en la mira era Minho? Bufó ante eso.
A lo lejos divisó a Hyunjin, corrió hacia él y se refugió en su espalda. No quería la mirada de esos alfas y betas sobre sí, no.
Hyunjin al instante entendió la situación, con un ceño fruncido se giró a Jisung para decir:— Jisung, pensé que tus hermanas sólo eran locas, no idiotas.
— ¿Por qué dice eso, Hyung?
— Bueno, hace un rato hablaban del regaño que recibieron y que debían dejar a Minho y a ti en paz, pero veo que entendieron mal y ahora están ocultas por allá —señaló una fila de casilleros a su izquierda—, aguantándose las ganas de gritarles a todos esos hormonales.
Jisung rió bajito, su hyung tenía razón. Mirando a sus hermanas les guiñó y con un ademán de cabeza les dio el pase para atacar.
Junto a Hyunjin carcajeó por las caras de miedo de "los hormonales", aunque también recordó el porque estaba tan arreglado.
— Hyunjin Hyung, ¿ha visto a Minho-ah?
𖤐
La primera jornada estaba acabando y Jisung no ha encontrado rastro del alfa. Estaba con los nervios a flor de piel, pensando que Minho no vino a clases sólo para evitarlo.
Por otro lado, Minho corría lo más rápido que sus piernas le permitían.
Cuando despertó en la enfermería volvió a su casa para ducharse, no estaba en sus planes el caer dormido en el sofá de la sala, tampoco el despertarse veinte minutos antes de que la primera jornada acabara, por eso ahora se encontraba corriendo como loco.
Para cuando llegó a su destino sentía como las gotas de sudor bajaban por todo su cuerpo, no sabía si acercarse así a Jisung sería buena idea. Además, estaba soltando feromonas, tal vez sería incómodo para el omega y... y no pudo seguir imaginando escenarios raros, ya que Jisung estaba justo enfrente suyo.
— ¡Minho! ¡Pensé que no vendrías hoy! —y sin ser muy consiente, Jisung estaba abrazando a Minho por el cuello. Apenas cayó en cuenta, se separó— Oh, yo, yo lo siento.
— ¡No te preocupes! —casi gritó— Yo desperté tarde, no debías preocuparte.
— Claro que sí debía, no me respondiste ayer y pensé que no habías venido porque no querías salir conmigo porque ya te habías cansado de mis hermanas y yo lloré, también le grité a mi mami Yuqi, entonces me arregló así y muchos locos me veían, pero yo no quiero que ellos me vean, yo quiero que sólo tú me veas... y y-ya me puse nervioso —puchereó.
— Juro que te podría besar ahora mismo, Dios mío.
Las mejillas de Jisung se prendieron fuego, si Minho quería besarle significaba que aún lo quería, y, ¡santo cielo!
