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— ¡Mami! ¡Mami, las chicas y mamá no quieren dejar pasar a Minho!
Shuhua suspiró con fuerza y se asomó por la sala, topándose con sus hijas y esposa gruñiendole al noviecito de su bebé. Pensó que la etapa de gruñirle como perro rabioso al chico había quedado superada, pero parece que volvieron a ella.
Supone que es por la marca que desde hace una semana Jisung muestra con orgullo.
— ¡Dios mío! Yuqi, chicas... ¡Dejen al muchacho pasar, sino se las verán conmigo y mi zapato!
No fueron necesarios más alardeos, las alfas y beta se alejaron lentamente de la puerta, fulminando de paso a Minho con sus miradas.
Minho sonrió cuando Jisung se lanzó a sus brazos una vez que su camino estuvo libre. Le envolvió en sus brazos con cariño y besó sus cabellos cenizos.
Desde hace una semana que oficialmente Jisung podía llamar a Minho su alfa y Minho a Jisung su omega.
Era más que obvio la reacción que tendrían las hermanas al enterarse de tal noticia. La de Miyeon fue la favorita de Lee, ya que la chica gritó histérica y tomó a Jisung entre sus brazos "protegiéndolo" de él y luego de una media hora encontró a Jisung encerrado en el cuarto del conserje con una nota pegada al pecho. Esta era una vaga amenaza que le causó más ternura que risa.
La de Soyeon también fue su favorita debido a que la beta fue la única que no acudió a la violencia. Todo lo contrario a las tres restantes hermanas.
— Te extrañé mucho, ¿por qué viniste tan tarde? Quiero mimos.
Al parecer los síntomas del celo no han abandonado al omega de Jisung.
— Bebé, vine tres horas antes de la que acordamos con tu madre Shuhua.
— ¡Hubieras venido cuatro horas antes entonces! No quiero discutir contigo ahora, mejor dame mimos —Jisung se apegó más al alfa, restregando su mejilla en el hombro del mismo.
— Bien, vamos a tu habitación, ¿sí?
— De acuerdo, pero... ¡Cárgame, Minhonnie!
Y Minho, como buen alfa, cargó a su novio hasta la habitación de este, claro que bajo la atenta mirada de todas la mujeres que habitan en la casa, siendo mamá Shuhua la única que los veía completamente con cariño.
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— Minho, ¿quieres quedarte a dormir por hoy? El celo no se ha ido del todo y no me gusta tenerte lejos —puchereó.
— Sunggie, mañana es el cumpleaños de mi abuela y debo ir a Gimpo por la tarde, también debo ayudar a papá con muchas cosas y...
Jisung besó tímidamente los labios de Minho, no quería escuchar más.
— Puedo ir contigo, sabes... No sería mala idea del que por fin conozca a tu familia, digo, somos una pareja ahora... Alfa y omega...
—Bien, bien. Tu ganas —bufó—. Me quedaré a dormir y me acompañarás mañana, todos felices.
Bueno, las alfas que oían detrás de la puerta no lo estaban... O por lo menos no del todo.
A pesar de todo lo que le han hecho pasar al pobre alfa, tanto madre como hijas, están felices por su pequeño. Minho era la persona indicada para Jisung, ellas lo agradecían y mucho.
Pero a veces los celos eran más fuertes que cualquier otro sentimiento.
— ¡Chismosas! ¡Aléjense de esa puerta ahora mismo! —la puntería de mamá Shuhua era mejor que la de cualquier francotirador y la cabeza de Minnie está de testigo.
