VIII. Octavo

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Día #8 de abstinencia

Son la 1 am y Esenio aún no logra dormir, fui a traer vasos con agua.. dice que me hará soplarle toda la noche hasta que no pueda más, a ver si de ésta manera tomo 'consciencia' en comprarle un ventilador.

"¿Porqué siempre tienes que buscar un culpable para todo?, si la casa está tensa es culpa de Enrique o Adolfo, si el cuarto está tenso es culpa mía pero nunca nada es tu culpa, ¿qué estás ganando?" pregunté molesta.

"Te juro por Dios que ya no sé que hacer contigo.. me tienes al borde siempre, buscando pelear en lugar de buscar soluciones para mí. Haciéndome cometer errores, definitivamente eres lo peor, y aparte de eso eres inútil, sin dinero y puta... bueno al menos las putas cobran" contestó.

"Y tú no eres ni mitad hombre de lo que decías ser, golpeando a la madre de tu hijo, y ahora desquitando conmigo tu enojo y tus problemas" reclamé.

Fueron segundos que tardó en levantarme del pelo y tirarme de nuevo, gritando e insultándome. Podía olerlo transpirar.. agarró su faja y me ha pegado en las costillas, empecé a gritar y forcejear con él. Adolfo de nuevo, toca la puerta y Esenio baja furioso a la cocina..

Me he quedado en el cuarto llorando y no sé qué hacer, puedo escuchar a los chicos hablando abajo..

"¿Le estás pegando de nuevo a esa muchacha" grita Adolfo.

"¿Qué le estás haciendo, Esenio!?" grita Enrique.

No logro escuchar claro lo que hablan porque han dejado de gritar, pero sé que Adolfo dijo que no se metería más y ha subido a su habitación. Se han quedado Enrique y Esenio hablando, solo puedo escuchar a Esenio reír muy fuerte y servir algo en un vaso, mientras repite varías veces "me las va a pagar" y sube de nuevo al cuarto.
Estoy en la cama llorando mientras Esenio entra y me agarra del pelo de nuevo.

"Te traje dos opciones, arroz o frijoles, ¿cuál prefieres?" preguntó.

"¿Para qué?" pregunté.

"Me has desvelado y has despertado a todos en la casa con tu drama de estúpida. Mínimo te quedarás dos horas hincada, así que elige tú, sino elegiré yo; y yo escogería hincada mientras saco mi faja de nuevo" contestó.

Son las 4 am y yo sigo hincada en arroz, pero por alguna razón no siento dolor. He pasado todo éste rato pensando en cómo es posible que mis papás jamás me castigaron de ésta manera, y a mis 21 años obligada a verme en ésta situación. Al pasar las dos horas Esenio me pide acostarme con él y finalmente, descansar.

Son las 7 am y me levanto con un poco de dolor en las costillas, Esenio está despierto y dice que no logró dormir, pero que es algo bueno ya que dejará salir todo su infierno porque a "llegado la hora para mí". Se ha levantado al baño, y me siento confundida por su comentario porque lo veo tranquilo, no enojado.

"Te lo juro por mi hijo que te llegó la hora, solo dame un momento.. voy a dejar salir toda mi ira y al fin me conocerás" dijo.

"¿Porqué seguirás creando caos en la casa? Suficiente tuvieron los chicos con escuchar tus gritos en la madrugada" contesté.

"¿Mis gritos? Si la única que grita para pedir ayuda eres tú, pero ya lo resolveré" dijo sonriendo mientras sacaba una camisa y la enrollaba.

Ha bajado a traer una cuerda dice que ahora me amarrará para que no huya de sus golpes y me enrollará su camisa en la boca para que no pueda gritar. Cuando ha bajado aproveché a esconder una faja bajo las sabanas y mandarle a Susana la letra Z, tengo un mal presentimiento.

Nueve años en quince díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora