𝘋𝘦𝘴𝘵𝘳𝘶𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯 ¡! 𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇 ₁

CINCUENTA Y NUEVE.

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Jeon Jungkook

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Tres meses después.

El aire fresco de la primavera choca contra mi cara, haciéndome cerrar los ojos y disfrutar del ambiente cálido y silencioso desde lo alto de la base.

Son las tres de la tarde en punto, y el sol está más brillante qué nunca.

Vuelvo a abrir mis ojos cuando oigo unas pequeñas risas que provienen de abajo, por lo que volteo hacia donde está el patio trasero; Ahí está Jin con un chico de nombre Max, regando las verduras de su huerto. A su lado, está Drago con los niños, jugando y corriendo detrás de una pelota.

Sonrío, pues estos tres meses han sido más tranquilos que otros. Por alguna razón, los infectados comenzaron a disminuir sus hordas, que incluso ahora sólo hemos matado al menos veinte este mes. Nuestras guardias han dejado de ser menos pesadas, y gracias a la gente de aquí todo se ha vuelto un poco más fácil; Desde cuidar las entradas, hasta ir por provisiones a la ciudad.

Y, conforme pasaron los meses, Jimin y yo nos unimos cada vez más. A pesar de que la noche en la que estuvimos juntos fue la única hasta ahora, era muy raro que él y yo estuviésemos separados y la mayoría de las veces nos tocaba hacer guardia juntos.

Poco a poco todos se fueron enterando que Jimin y yo estábamos en un tipo de "relación" y para nuestra buena suerte, todos parecían estar de acuerdo.

Al menos la homofobia se había alejado un poco gracias al virus.

—Kookie, ya te dije que no me gusta que estés arriba de la base de guardia, te puedes caer —La voz de Jimin hace que me distraiga por completo del paisaje que estaba admirando a mis lados, para después mirarlo y sonreír.

—No pasa nada, lo he hecho últimamente y me gusta estar aquí arriba, ¿Por qué no vienes aquí? —Pregunto, sentándome en la posición de flor de loto, para después extenderle la mano a Jimin con una sonrisa.

—No, me da miedo caerme. ¿No quieres bajar a comer algo? La señora Abby y su hijo Dan, están preparando un estofado de zanahoria que huele demasiado bien.

—Bajaré en unos minutos, mi guardia aún no termina. Recuerda que le dije a Jin que haría guardia en la tarde para poder descansar en la noche, ¿Sí, amor? —Le digo, y puedo notar que sus mejillas se encienden rápidamente —, ¿Qué sucede?

—Me dijiste amor... —Sonríe, tapándose las mejillas.

—¿No te gusta que te diga así? —Pregunto tomándome fuertemente del techo de madera, para después tomar impulso y poder bajar sin lastimarme. Una vez que estoy a unos metros de Jimin, sacudo mi ropa y lo miro de nuevo.

—Sí, sí me gusta —Contesta acercándose, para después tomar mis codos con suavidad —. Te diría igual, pero me da un poco de pena todavía.

—Todo a su tiempo, Jiminie. Algún día te saldrá decírmelo de corazón, y estaré muy feliz cuando suceda.

Jimin asiente, y segundos después puedo sentir sus labios contra los míos, besándolos con suavidad y ternura, que no puedo rechazárselo y tomarlo de la cintura para acercarlo más a mí.

Cada vez Jimin besa mejor. Temo algún día no poder separarme de sus labios.

—¡Chicos! ¿¡Pueden dejar de comerse las bocas y bajar a comer? —Grita Jin desde abajo, por lo que Jimin y yo nos separamos rápidamente riendo, para después mirar hacia abajo. Jin, Namjoon y Yoongi están mirándonos, dos con una enorme sonrisa y Yoongi dando pequeños brinquitos de emoción mientras aplaude.