El hijo del Hokage

Nueva Vida

No podía dejar de llorar pensando en que jamás volvería a ver a su madre y por lo que le deparaba el futuro. Su padre lo llevaba de la mano, a cada paso que daban la casa se hacía más y más grande, nunca había vivido en un espacio tan grande y eso, ciertamente, le incomodaba.

Cuando llegaron a las escaleras, una señora con aspecto pulcro estaba en el quinto escalón y tomaba la mano de una niña no más pequeña de Naruto.

-Hana, él es Naruto mi primer hijo.

-Dijiste que ya no tenías nada que ver con esa mujer de pelo rojo y ahora resulta que después de siete años, tuvo un hijo tuyo. No puedo negar que es tuyo, es exactamente igual a ti. Pero eso no significa que lo voy a aceptar, tu única heredera debería de ser Ino.

Aquella mujer miraba a Naruto como si fuera un insecto o peor. El niño por instinto se ocultó detrás de su padre, no quería enfrentar más discusiones ya había sido un día bastante largo para él.

-Si reconoces que es mi hijo entonces cállate. Jamás dije que le quitaría el derecho a Ino, pero sabes perfectamente que no tiene las cualidades para ser la próxima Hokage. Mañana probaré a Naruto y él defenderá a esta familia y por supuesto que a su hermana. De esa manera él me probará su valor, o lo regresaré con su madre y que la loca de Mei haga lo que quiera con él.

Un escalofrío recorrió la espalda de Naruto, ahora tenía más miedo que nunca, si no cumplía las expectativas de su padre estaría a merced de aquella mujer que no paraba de fastidiarlo.

-Bien, son tus deseos pero no me pidas que me haga cargo de criarlo. -La mujer de su padre giró su cuerpo para subir al segundo piso y con ella La niña rubia, quien Naruto ahora entendía que era su hermana, siempre quiso a alguien con quien jugar y eso le daba esperanzas.

-No necesito que lo hagas, yo lo criaré. -Nuevamente Minato tomó de la mano a Naruto y caminaron otro tramo de la casa para llegar a otras escaleras. Llegaron a un enorme pasillo con 5 puertas y un gran ventanal. Minato abrió la primera puerta y él niño quedó asombrado, pues juraría que esa habitación era más grande que la casa donde vivía con su madre. -Siéntete cómodo y tómate la libertad de arreglarla como gustes, pues será tuya de ahora en adelante. Se que la casa es muy amplia, pero no te preocupes a un lado está tu hermana. Te aseguro que se llevarán bien. -Le acarició la cabeza y revolvió sus hebras doradas. -Mañana el desayuno se sirve a las 9:00 AM, mandaré a alguien por ti y después de eso te presentare a tu equipo de entrenamiento. No me decepciones.

Y así Minato cerró la puerta de la habitación, dejándolo completamente solo en esa inmenso cuarto. Corrió hasta la cama y no hizo más que llorar, ahogar sus gritos y lágrimas en su almohada. Sentía que lo había perdido todo y perdería aún más si no sabía como sobrevivir a un mundo como el de su padre. Tenía claro que no perdería ante Minato y ni ante nadie, las palabras de su padre de clavaron muy bien en su mente y sólo procuraría su bienestar.

-No llores por favor.

Esa voz hizo que detuviera su llanto. La puerta del cuarto estaba entreabierta y ahí estaba la niña que había visto hace poco y le sonreía.

-Te veias muy triste y me preocupe. Tranquilo mamá y papá no saben que estoy aquí. -Cerró la puerta con cuidado y de un par de saltos se metió a la cama con él- No llores por favor. ¿Cómo te llamas?

-Naruto. -Se limpiaba las lágrimas, le daba gusto ver a La Niña ahí con él. Lo hacía sentir menos solo.

-Es un bonito nombre. Yo me llamo Ino. ¿Eres mi hermano mayor cierto?

-Supongo que ahora lo soy. ¿No me odias por eso? Hoy no han parado de decir cosas feas de mi. -Más lágrimas volvían a salir de sus ojitos.

-Yo no te odio. Siempre quise un hermano pero mis papás no querían y ahora lo tengo -Le dio un abrazo- No te asustes por lo que dijo, papá no es tan malo como parece solo es muy estricto por su trabajo. Él quiere que tu lo ayudes y parece que confía mucho en ti y me alegra porque no entiendo que es lo que hace. -Hacía muecas de asco. -A mi me gusta mucho el ballet ¿Y a ti?