Capítulo 14

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Abigail Brown.

Desperté encontrándome muy desorientada, pero la cabellera de Sam a mi lado me trajo de vuelta a la realidad, tuve un sueño esplendido, no recuerdo lo que era, pero me siento feliz.

-Vaya, Sam tenía razón, ese té sí que es efectivo.

Los recuerdos de la noche de ayer me bombardean, todo fue un caos, me siento muy apenada por mi reacción, pero más que nada me siento temerosa por la amenaza de Tadeo, no todo puede ser tan bueno.

La puerta de la habitación es abierta, Lucía asoma su cabeza y al notar que me encuentro despierta, me una seña con su mano para que me ponga de pie y la siga.

Camino tras ella y veo como abre una de las tantas puertas para dejarme pasar primero, cuando ella se encuentra también dentro la cierra, me fijo que es un estudio gigante, con estante de libros, muebles un tanto antiguos y un candelabro en el centro.

- ¿Cómo te sientes hoy Abigail?

-Sra. Lucía quiero disculparme por cómo me comporte ayer, no fue nada correcta mi reacción, solo querían ayudarme y yo...

-¡Oh cariño!, no te tortures por eso, todos comprendemos lo que sucedió, ya hable con Tadeo y él también lo entendió. – Me hace saber mientras se sienta en el sofá más grande.

Me quedo de pie meditando lo que ha dicho, sin comprender mucho, Tadeo ayer exploto así como yo lo hice y su reacción me genero pánico, ahora ella me dice que él lo ¿entendió?, imposible, él me declaro sentencia.

-Ven cariño toma asiento, debo comentar unos asuntos contigo – Me acerco con lentitud y todo asiento a su lado. –Verás nuestro modo de trabajar es un tanto diferente y por esta razón tu madre deberá quedarse unos días en criadero, nosotros rotamos a los trabajadores cada tres días y ella deberá aprender todos los oficios, el último que aprenderá será la cocina.

-Mamá es una excelente cocinera, no hará falta que aprenda – Le hago saber.
Lucía frunce el ceño al escuchar lo que le digo, pero en un instante me vuelve a regalar su ya usual sonrisa.

-Si hará falta Abigail, nuestro cerdos debemos alimentarlos de tal manera que su carne se mantenga tan deliciosa como hasta ahora.

-Pero ellos solo comen sobras y restos, ¿no?

-Sí, les damos sobras, casi basura, pero nos encargamos de que les resulte nutritiva y deliciosa.

El tono de voz le cambió, ya no era dulce y casi arrullador, era agrio y muy frio.

-Hoy se hará un baile para su bienvenida, será a las nueve de la noche, todo Sisterdale vendrá; quiero que te prepares y te pongas muy guapa.

A pesar de no agradarme nada la idea, me fuerzo a darle una gran sonrisa, estas personas se han portado muy bien conmigo y lo último que quiero es que sientan que no estoy agradecida.

-Es estupendo, me iré a preparar – Me levando del sofá y me dirijo a la salida del estudio con rapidez.

-Dile a Sam que te ayude, sé que lo hará gustosa.

-Si señora.

Salgo del estudio y me encuentro a Tadeo de pie frente a la puerta, mis nervios afloran y las ganas de desaparecer mi invaden, esto no es bueno.

El FestínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora