Capitulo 24

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Había caído la noche y hacía un brisa cálida para ser el mes de mayo. Era luna llena y se reflejaba perfectamente en el agua del lago del parque en donde estaba.

Miraba al cielo oscuro con algunas pintitas en él, pero que en realidad eran diminutas estrellas.

Sus ojos le dolían por lo abiertos que los había estado teniendo desde lo ocurrido en el gimnasio. La práctica se había dado por finalizada y cada quien se iba para sus casa. Con la mente y el cuerpo en otro sitio, le murmuró a Ushijima que se llevase a Nao a su casa.

No estaba mentalmente preparado para ver a su hijo sin pensar que Soichi es su medio hermano. Tampoco quería decirle algo hiriente por descubrir tal verdad.

Cogió sus cosas y las guardó en su coche. Condujo hasta llegar a ese parque y se quedó sentado toda esa tarde en una banca frente al lago hasta que llegó la noche.

—¿Como pasó?- murmuró.

Los grillos sonaban y habían algunas luciérnagas volando por el lugar mostrando una vista realmente hermosa, incluso romántica.

Pero el no estaba pendiente de las vistas.

—Sé más especifico.- habló en el mismo tono.

Kageyama suspiró pero no quitó la mirada del cielo.

Atsumu le había seguido hasta el parque. Seguramente por el sentimiento de culpa por decirle que Hinata y él tienen un hijo en común. Otra posibilidad que ronda su cabeza era que el rubio temía que hiciese alguna tontería. Bueno, al menos las tonterías graves las dejó hace tiempo después de ese accidente.

Inconscientemente se tocó una de sus muñecas unos segundos.

—Hinata y tu.

Juntó sus manos y estiró las piernas. Esperó por una respuesta durante largos minutos que parecía no llegar

Quería saber la verdadera historia tras toda la mentira en la que había estado viviendo. Estaba completamente seguro que saber la verdad le dolería tanto o más como el día en el que se despertó y no vio al pelinaranja a su lado.

Su mente no dejaba de repasar que era lo que había hecho mal. Ambos se amaban y se daban besos furtivos cada vez que andaban por los pasillos de la escuela. Hablaban del futuro juntos, pero nunca pensaron en hijos. Creía que eran demasiado jóvenes para tener un hijo. Tampoco habían hablado de la posibilidad que el equipo nacional los reclutase, o algún equipo importante. Simplemente... hablaban de ellos dos juntos. De lo que les gustaría hacer una vez graduados...

Pero todo eso se había acabado.

En esa semana, había culpado al equipo nacional por la decisión de Hinata. Si ellos no le hubiesen querido reclutar, Hinata nunca se habría ido. Pero luego también se culpaba a sí mismo.

Si hubiese hablado con el pelinaranja... O se hubiese decidido con más antelación, quizás Hinata y él habrían criado a Soichi como la familia feliz y amorosa que deseó tener desde que su abuelo falleció.

Pero volvía y recordaba que si Hinata no se hubiese ido, su pequeño Nao, su bebé, a quien crió y amó con todo su corazón, nunca habría nacido.

—Cuando conocí a Hinata, fue en nuestro último año de secundaria. Nuestras escuelas se enfrentaban y le ganamos con bastante diferencia. Por ese entonces, era realmente malo jugando pero tenia buenos reflejos.- rió amargo.— Lo volví a ver cuando entramos en preparatoria y pensé que era una mala jugada que nos había hecho el destino.

Atsumu se giró en la banca y prestó atención a las repentinas palabras del menor.

—Nos hicimos amigos y creía que el cosquilleo que sentía en mi estómago era por tener mi primera amistad. Luego me di cuenta que me gustaba.- suspiró— Cuando perdimos en la Inter High, me echaba la culpa de nuestra derrota, pero él vino y se me confesó. Mi frustración y tristeza desapareció al saber que ambos sentíamos lo mismo. Después de eso quisimos mantenerlo en secreto del resto del equipo. Nuestra...- rió ante el recuerdo.— Nuestra primera cita fue en el cine. Estábamos tan nerviosos que no nos dimos cuenta que elegimos una película de miedo.

Siempre fuiste tu (AtsuHina) EDITANDOWhere stories live. Discover now