Capitulo 26

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Se escuchaba el constante sonido de un bip de la maquina de las constantes vitales del adolescente que se encontraba acostado en aquella cama de hospital.

A Shiro le dolía su parte baja y el vientre y temía que aquel dolor le hiciese quedarse en aquel lugar durante bastante tiempo. Tampoco quería abrir los ojos. Tenia miedo que tras el cristal de aquella habitación, hubiese agentes de policía fuera de ella a la espera del la recuperación de su consciencia.

No recordaba nada de lo que había pasado cuando se desmayó encima de Akaashi. Pensaba que no saldría de allí con vida. Lo único que recordaba, eran las mentiras que salían de la boca del tipo que más abusó de él y le dejó un recuerdo de ello.

Negó con la cabeza, y se dijo que tenia que enfrentar lo que estaba por venir.

Con lentitud y dificultad abrió los ojos al sentir la blanca luz impactar contra ellos. Cuando acostumbró su vista a la luz empezó a mover los ojos por todos lados. Al girar la cabeza hacia su derecha vio a Bokuto durmiendo en una posición incómoda encima de la cama a la altura de sus piernas.

Sus ojos se anegaron de lágrimas y quiso largarse a llorar como un niño pequeño al verle allí.

—P-papá.- su voz sonó rota y ronca, casi sin fuerza.

Pero aquello bastó para que Bokuto levantase la cabeza como un resorte al igual que todo el cuerpo y se acercó hasta él.

Le agarró con fuerza su mano derecha, y con la mano libre le acaricio el pelo.

Sus ojos se volvieron a llenar de muchas más lagrimas haciéndole ver borroso y su labio inferior empezaba a temblar con fuerza.

—P-papi...- su voz volvió a sonar quebrada y Bokuto le sonrió de lado.

—Hola cielo.- le susurró.— Akaashi se pondrá muy feliz de verte despierto. Yo también lo estoy.

Shiro sonrió también y se dejó acariciar. Había dejado de sentir caricias desde que tenia seis años y esto le hacia sentir como un pequeño bebé.

—Voy a llamar al médico, ¿vale?

Shiro agarró con fuerza la mano de Bokuto.— No te vayas... P-por favor.

El de ojos dorados suspiró y asintió.

Se acercó hasta la silla y la jaló más cerca. Se sentó en ella y apoyó su brazo derecho en la cama y con su mano izquierda acarició la mano de Shiro.

Ninguno dijo nada y se quedaron viendo a los ojos. Cada uno aunque se mirasen, estaban pensando en sus propias cosas.

Shiro pensaba que tuvo que pasar por algo doloroso para llamar a Bokuto papá. Principalmente, nunca pensó que alguna vez llegase a tener un padre. Tampoco pensó que tendría hermanos, pero los tenia. Cuidó a Sora desde que nació y le dio todo el amor que su madre a veces le daba. Luego cuando supieron de Ryo, le dijo a Sora que aunque el nuevo bebé llegase, no lo dejaría de querer como lo hacia. Pero nunca se esperó quedar huérfano a cargo de dos hermanos. Agradeció a la familia Bokuto que los adoptasen, a los tres. Pero esta sobrecarga de amor que ambos les daban... No sabia como manejarla cuando nunca la recibió.

Aunque se esta acostumbrando.

Y Bokuto por su parte, estaba realmente feliz. Quería gritar, saltar, correr por todos lados. Decirle a todo el mundo, que su bebé más grande le había dicho papá. Nunca se imaginó que una simple palabra le llenaría de felicidad.

La puerta de la habitación fue abierta y ambos dirigieron su mirada hacia el lugar.

Akaashi entraba por ella y al ver al castaño despierto se llevó las manos a la boca y jadeó. Corrió hacia el adolescente y le abrazó con fuerza pero con cuidado y cariño.

Siempre fuiste tu (AtsuHina) EDITANDOWhere stories live. Discover now