Capítulo 33

11.2K 613 186
                                    

   Los días siguientes al ataque rebelde pasaron sin apenas notarse. Mi vida en palacio se había convertido en una rutina. Por la mañana, bailaba, desayunaba y, dependiendo el día, volvía a bailar o bajaba a la Sala de las Mujeres. Por la tarde, tras la comida, lo pasaba en la Sala de las Mujeres para después, sobre las cinco, subir a mi habitación para bailar. De vez en cuando, mi rutina se rompía ante la aparición de Eric y sus citas, cosa que eran muy habituales.

   Tras el ataque rebelde, dos de las chicas de la Selección se marcharon, acobardadas. Estas chicas eran Melanie y Mía, y se habían ido sin hacer mucho ruido. 

   Dediqué mucho tiempo en mi proyecto filantrópico. Trabajé duro, metí muchas horas, incluidas horas de sueño, para tenerlo acabado una semana después del ataque rebelde. En efecto, soy asquerosamente lista y empollona.

   Durante estos días mi relación con Marlee y Carter había ido creciendo. Cada vez estaban más interesados en mí, lo que carecía de sentido. Si estaban buscando a su hija, que supuestamente se encontraba en el Moonlight, ¿por qué estaban tan interesados en saber cosas sobre mí? Sin embargo, me gustaba su compañía. Estaba muy cómoda con ellos.

   Como iba diciendo, había pasado una semana. ¡Mañana sería navidad! Hoy por la mañana vendrían nuestros familiares a pasar las navidades a palacio. 

   No obstante, hacía dos días que la familia de la reina había venido para quedarse durante las fiestas navideñas. En el palacio estaban la madre de la reina (una señora con mucho carácter que nos saludó a todas con mucha emoción) y sus hermanos Kenna (quien era muy amable con nosotras), May (una chica muy enérgica que no paraba de hacernos preguntas, ilusionada; todo lo opuesto a la reina, pese a que eran idénticas físicamente) y Gerad (quien me había caído muy bien desde el principio). Junto con sus hermanos también habían venido sus hijos.

   El caso es que esa mañana, la mañana anterior a navidad, me encontraba de los nervios. Tenía muchas ganas de ver a todos los del Moonlight, los añoraba muchísimo. 

   Tras el desayuno, todas fuimos a la Sala de las Mujeres para preparar la pequeña recepción que habíamos estado organizando durante toda esta semana. Una vez todo a punto, ya con la reina y todo, nos permitimos relajarnos. Faltaba poco más de media hora para que llegaran.

   —Me encanta lo que te has hecho en el cabello —observó Andrea.

   —Andrea, siempre llevo el cabello así, suelto y liso.

   —¿Y esas mechas rubias qué son? —dijo ella señalando unos cuantos puntos de mi cabello.

   —Bueno… —empecé a decir, ruborizándome—. A decir verdad, siempre las he tenido. Pero últimamente han aparecido más.

   —¿Quieres decir que son naturales?

   —Cien por cien naturales, sin nada de amoniaco —bromeé.

   Ambas nos reímos. Nos encontrábamos sentadas en uno de los sofás de la estancia. La reina se encontraba en su esquina de siempre, a unos cuantos metros de nosotras. Si hubiésemos reído con más ganas, nos habría oído.

   —Me das mucha envidia, Maddie —dijo Andrea.

   —¿Por qué te doy envidia?

   —Porque siempre he deseado tener mechas. ¡Y tú las tienes naturales! No solo eso. Maddie, eres hermosa. No te hablo solo del exterior; te hablo también del interior. Ojala las demás fueran como tú.

   Después nuestro tema de conversación cambió a nuestras familias. Ambas estábamos nerviosas e ilusionadas por verlos. Andrea había resaltado la suerte que tuve en el Moonlight porque había podido estar con mis seres queridos. Iba a objetar algo, pero no pude ya que una doncella entró en la estancia y se dirigió hacia donde se encontraba la reina. Una vez allí, le susurró algo al oído.

Fan fic de la SelecciónWhere stories live. Discover now