C a p í t u l o 5 - Mundo nocturno

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Deslizo las medias por mis piernas con nervios. Me ajusto bien la cintura y me pongo un vestido de satín burdeos. Es de tirantes, tiene una abertura lateral y me llega justo por debajo de la rodilla. Me miro al espejo del baño y me aplico un poco de máscara de pestañas y un pintalabios rojo. No sé hasta qué punto debo arreglarme para la fiesta, qué es lo adecuado y lo óptimo. Aquella sería diferente, no me sentaría en el suelo de cualquier habitación llena de humo y suciedad, iríamos a una discoteca de lujo que había sido reservada.

Me calzo unos botines de tacón y me pongo la chaqueta de pelo blanco que compré con mis padres cuando vinieron a visitarme el semestre pasado. Cojo mi cartera, mis llaves, un paquete de pañuelos, el pintalabios y una caja de tabaco. Me arreglo el pelo en el espejo y me aplico perfume. No me suele gustar vestirme así, me siento expuesta e insegura, además de no ser yo misma; nada auténtica. Pero, de todos modos, como bien había dicho Hayley ayer, estando con Jota y aquel grupo tampoco lo estaba siendo.

Me dirijo hacia la habitación de Aiden. No sé cómo sería la fiesta, qué gente iría y qué cosas se harían. Mis amigas me han dicho que acudirían alumnos de otros institutos, y bandas de gente más mayor. Me pregunto si entre ellas estarán las personas que causaron mi accidente en la pasada fiesta de diciembre. Recuerdo sus caras, sus toques característicos: la chica cínica de pelo morado y el chico ruso mazado. Tengo miedo de que pretendieran hacer algo: al final yo me estoy adentrando en su territorio, uno al que no pertenezco y que es desconocido para mí. Jota me había dicho que no me separara de él en toda la noche. Todos me prestarían especial atención, estarían atentos a mi apariencia y las cosas que hiciera, y algunos se me acercarían a curiosear. Al final, era la nueva, y rara vez había gente nueva en las bandas de los últimos cursos. Al final la orden de Megan no había sido por capricho: tenía que arreglarme, mostrar mi mejor versión y dar una buena impresión de la banda.

Las puertas del ascensor se abren, pero no está vacío: Cassandra, la chica rubia callada, se encuentra dentro. Lleva unos pendientes y collares impresionantes a juego, un vestido rojo de palabra de honor y, encima de este, una elegante gabardina negra.

-Hola, Elenna. ¿Ya vas al cuarto de Aiden?- su voz es grave y me saca un palmo de altura. Asiento-. Bien, vamos juntas. Oye, me encanta tu chaqueta- me sonríe amablemente mientras pasa la mano por la espalda peluda.

-Oh, gracias. A mí me encantan tus pendientes.

-Vaya, gracias. Fueron un regalo- se recolocarse el pelo detrás de la oreja-. Sé que no hemos hablado nunca, y que esto debe de ser extraño para ti- alza la mano, la cual exhibe una perfecta manicura francesa-. Para nosotros también lo es, nos pilló desprevenidos vuestra relación. No sé cómo te llevas con el resto del grupo, pero si alguna vez necesitas algo que sepas que puedes contar conmigo.

Aquellas palabras me pillan desprevenida. No sé cómo tomármelas. Por una parte no me da mucha confianza que sea amiga de Megan, pero por otra tampoco parece que esté siendo deshonesta.

-Muchas gracias, me alegra oír eso- le sonrío.

Llegamos a la 291, donde todos nos esperan vestidos de punta en blanco. No puedo evitar desviar mi mirada hacia Jota, quien está enfundado en un elegante traje negro. Me había despertado esta mañana llamando a mi puerta, diciendo que había visto mi nota, y disculpándose por su desaparición. Rápidamente me explicó un par de cosas, y me aseguró que entraría más en detalle aquella noche. Ahora lo tenía en frente, mirándome como quien mira algo desconocido por primera vez, con la detención y el asombro pertinentes.

Rápidamente Megan se acerca a mí y me tiende un bolso de cuero negro. Tiene una cadena corta como asa y luce una insignia triangular que reza el nombre de la marca. Le doy las gracias y meto mis cosas, las cuales había guardado en los bolsillos. Ella responde con un breve encogimiento de hombro, y se dirige al resto, moviendo el pie con impaciencia:

Internados: Desvelando los secretosWhere stories live. Discover now