PERAYA ONE SHOTS & SHORT STORIES

5 (SPANISH)

Singto sonrió y, con rapidez, marcó el número de Krist. 

Hacía apenas unas pocas horas que había recibido los resultados de su tesis y, tal y como su nong le había estado diciendo desde que la presentara, había sido finalmente aceptada dando así por finalizados sus estudios en la universidad.

Había terminado...

Había finalmente terminado...

- "Aún no me lo creo..." - susurró mientras sonreía como un loco.

Y es que no podía sentirse más feliz, especialmente después de todo el trabajo que le había llevado prepararse para los exámenes y para la defensa del proyecto, a la vez que continuaba con sus obligaciones con la compañía.

"Si no llega a ser por Krist yo no se qué hubiera hecho...", se dijo mientras recordaba sus frases de ánimo, todas esas horas que el joven había dedicado a ayudarle con sus trabajos, incluso cuando no entendía nada de lo que estaba leyendo...

Una leve sonrisa asomó a sus labios mientras que sus mejillas, levemente sonrojadas, se sentían arder bajo sus dedos. 

Lo cierto era que Krist lo había apoyado en todo, incluso durante esos meses en los que, desesperado con todo, incluso había pensado en abandonar..en dejar de estudiar, al menos hasta que hubiera terminado con las grabaciones de sus series. 

Pero Kit estuvo allí, con su sonrisa, con su forma de ser..tan loca.. que hacía que siempre se olvidara de sus problemas, al menos por un rato. La verdad era que no sabía cómo iba a hacer cuando estuviera en el extranjero y no pudiera verle.. no creía que pudiera soportarlo.

Y sin embargo... sin embargo su nong no había hecho otra cosa más que animarle a cumplir su sueño, incluso si eso implicaba estar varios meses separados.

Singto suspiró y, bajando la mirada hacia su móvil, cortó la comunicación mientras se preguntaba dónde podía estar Krist y porqué no le respondía al teléfono. Él no era así, siempre le contestaba... incluso cuando estaba en el plató de grabación lo hacía, diciendo a todos que las llamadas de su Singtuan no podían esperar.

"Ni siquiera por un minuto ...", Krist siempre decía mientras sonreía a todas las personas que estaban allí solo para buscar un lugar donde pudiera responder a la llamada sin que nadie los escuchara.

- "Kit... me dijiste que cuando salieran los resultados, lo celebrarías conmigo, ¿dónde estás?" - susurró con expresión triste.

DING DONG 

El timbre de la puerta hizo que Singto, con el ceño fruncido, se levantara de su sillón y que, con expresión curiosa, se dirigiera hacia la entrada de su apartamento.

Segundos después se encontraba ante el cartero que, sudando bajo su gorra y mascarilla, aguardaba en el rellano con su lector de firmas en la mano. A su lado se encontraba una enorme caja envuelta con un lazo rojo y de la que sobresalían varios globos con felicitaciones en diversos colores.

Singto se quedó en blanco.

De hecho, cuando recobró el conocimiento, se encontró en el interior de su casa y con el enorme paquete en mitad de su sala de estar. Ni siquiera recordaba haber firmado la entrega o lo que le había dicho el cartero sobre quién se lo enviaba.

- "¿Pero quién puede haberme mandado ésto?" - se preguntó, en voz baja, mientras daba vueltas alrededor del regalo.

"Tal vez sea de un fan...", se dijo mientras pensaba en si sería buena idea avisar a su mánager de lo que estaba pasando.

De repente, y sin que lo esperara, el paquete comenzó a moverse haciendo que Singto dejara escapar un leve grito de sorpresa. Instantes después, y para su asombro, dos brazos salieron de la caja y, sensualmente, comenzaron a tirar del enorme lazo rojo que estaba sobre la tapa. Los globos, con rapidez, se elevaron en el aire hasta quedar pegados al techo de la sala mientras que una leve canción comenzó a sonar en la estancia...

"Gift..."

Singto, con la boca abierta, no podía creer lo que tenía delante.

Y es que, nada más deshacerse el nudo, el paquete se abrió dejando ante su vista a un joven que, envuelto en cinta de regalo y nada más, le sonreía mientras señalaba hacia un letrero que tenía colocado sobre su pecho desnudo.

¡¡¡¡Felicidades Singtuan!!!

¿Listo para abrir tu regalo?

Singto tragó con dificultad y, con manos temblorosas se acercó a Krist y comenzó a apartar de su cuerpo la cinta que lo cubría.

- "Kit..."

- "P'Sing....¿vas a abrir tu regalo o... o piensas rechazarlo?" - preguntó Krist, haciendo un leve puchero con sus labios.

Singto levantó la vista de las piernas de Krist y, con una sonrisa ladina, miró al joven a los ojos.

- "¿Tu que crees?"

Tras lo cual, sin avisar, pasó sus brazos por debajo de las piernas de Krist y lo levantó, llevándolo hasta el sofá de la sala.

Krist dejó escapar una risilla y, con los brazos finalmente libres, le abrazó por la cintura atrayéndolo hacia él.

- "Sabes.. no pensé que la idea de P'Jane de cómo celebrar tus notas fuera a gustarte tanto..." - murmuró mientras palpaba con una mano el bulto que Singto tenía entre las piernas.

Éste gruñó y, depositando un breve beso en sus labios, siguió arrancando las cintas que rodeaban el cuerpo de su novio.

- "No me ha gustado...¡me ha encantado!" - exclamó - "y te prometo que cuando acabe de quitarte todo ésto, voy a demostrarte exactamente cuánto..."

Krist sonrió, aguardando pacientemente a que su Singtuan cumpliera, como siempre hacía, su promesa.

FIN