7.4 (SPANISH)

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Kongpob dejó la carta del menú sobre la mesa y se volvió hacia su novio. 

Habían pasado menos de cinco minutos desde que habían llegado al restaurante y, tal y como había pedido,  les habían reservado la mesa que estaba en el otro extremo del jardín. 

El joven suspiró recordando lo mucho que les había gustado el lugar la primera vez que habían estado allí y cómo Arthit había comentado que le habría gustado haber estado en uno de los reservados del jardín

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El joven suspiró recordando lo mucho que les había gustado el lugar la primera vez que habían estado allí y cómo Arthit había comentado que le habría gustado haber estado en uno de los reservados del jardín. Un deseo que, en un principio, había pensado que podría cumplirle  sin problemas hasta que descubrió la larga lista de espera que tenían.

"Pero eso no me va a detener...lograré una mesa en ese jardín o dejo de llamarme Kongpob Suttiluk", se había prometido mientras pedía una tarjeta al camarero que los había atendido.

Así había comenzado su periplo de llamadas al restaurante, cuyo número ya se sabía de memoria.

De eso habían pasado varios meses y finalmente, tras varias intentos, había logrado lo que quería. Una mesa para Arthit y para él en el rincón más romántico de todo el jardín. Un sitio que, sin duda, era perfecto para pasar una velada íntima con tu pareja........salvo que a tu hermana y a tu amigo de la infancia se les ocurriera presentarse de la nada y auto invitarse a la cena.

No los había rechazado por el hecho de que Tay se lo había suplicado que si no....

Fue así como se había encontrado fuera del edificio de oficinas donde trabajaba Arthit junto a Emma y a Tay, esperando por su novio mientras llamaba al restaurante para informarles del cambio de planes.

Lo cierto era que por unos minutos había temido que fuera a haber algún problema siendo cuatro, ya que había pedido mesa para dos ... sin embargo los camareros no podían haber sido más amables, arreglando todo para que pudieran cenar cómodamente y sin problemas.

"Les debo una buena propina ...", se dijo mientras observaba la expresión absorta de Arthit que, sentado a su lado, parecía encantado con el sitio. 

Una sonrisa asomó a sus labios.

- "¿Te gusta?" - preguntó, sintiéndose algo nervioso y sin apartar la mirada del rostro del joven.

Y es que esa noche no sólo tenía la intención de pasar una velada romántica con su novio sino que, ya de paso, quería ver si lograba sonsacarle qué había ocurrido para que acabara con ese ojo morado.

Quería oírlo de sus labios aunque su amigo, ese que nunca se metía en líos, prácticamente se lo había contado todo. Y es que no lo entendía, no lo podía comprender.

Su novio debería haber confiado en él.

Arthit podría haberle dicho lo que había ocurrido sin problemas, al fin y al cabo él no era el único que hubiera intervenido si veía a un extraño golpear a su amigo de la forma en la que Bright se lo había contado. Y sin embargo... 

PERAYA ONE SHOTS & SHORT STORIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora