Capítulo II.

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Un día antes de que comenzaran las clases, decidí ir al supermercado a realizar compras para mi cuidado personal, así como una pequeña despensa para mí.

Llevo casi un mes viviendo en Bangkok, y parece que nunca terminaré de recorrer toda la ciudad. Ya no me pierdo tan seguido, eso es un hecho, pero aún lo hago cuando decido ir más allá de los límites que conozco.

Llegué a la puerta del supermercado, tomé un carrito y entré.

Percibí las miradas extrañas fijas en mí. Por un momento llegué a pensar que tenía la playera al revés o que quizás no combinaban los colores de mi atuendo. Llevaba una bermuda azul pastel con una playera color palo de rosa y unas converses en botines de color blanco.

Decidí ignorar las miradas y seguí caminando entre los pasillos. No entendía absolutamente nada, ya que todo estaba en tailandés. Así, que comencé a tomar fotos a los productos que agarraba, subía las fotos al traductor del móvil para poder saber qué demonios estaba agarrando en ese momento. Debo admitir que tomé cientos de fotos, pero resultó. Salí con los productos que necesitaba y mi pequeña despensa. Lo más difícil fue pagar, porque... ni la cajera ni yo nos entendíamos. Así que, fastidiada de mí, decidió mostrarme la pantalla para que yo pudiera ver la cantidad a pagar, fue realmente gracioso lo juro, y pagué.

Se supone debo aprender a moverme en el transporte público, pero no me siento seguro. Me sentiría demasiado observado, así que gracias a mi temor por subirme al transporte público, conocí Grab, que básicamente es el Uber tailandés, pero puedes solicitar a través de la app, un taxi, un vehículo privado o una motocicleta.

Solicité mi Grab, y esperé a las afueras del supermercado.

Cuando llegó, el señor me ayudó a subir las compras y me llevó a mi destino.

Básicamente fui un turista más durante todo ese mes, ya que acudí mucho a algunos sitios de interés y museos.


Entré al departamento con mis compras y ahí estaba él, sentado en el living, leyendo el periódico. Me quité las converses y comencé a llevar las bolsas de poco en poco. Ya que mis brazos estaban cansado de subirlas juntas.

- No pensé que te gustara leer el periódico - interrumpí su lectura.

No dijo nada. Sólo agarro el periódico, lo doblo y lo lanzó al sofá.

-¿Por que compraste tantas cosas? El refrigerador está casi lleno - se puso de pie y caminó hacia mí para ayudarme con las bolsas del super.

-Necesitaba algunas cosas, además... - dudé - lo del refrigerador es tuyo y también tengo qué comer algo. - me encogí de hombros.

Ahora que lo pienso, era raro verlo en el depa tan temprano, pues no eran más de las 2 de la tarde.

-¿En verdad crees que me gastaré toda la comida dentro del refrigerador yo solo? - me ayudó cargando cuatro bolsas al mismo tiempo.

No dije nada inmediatamente. Extrañamente me intimidaba su gruesa voz.

-Supongo que... no - murmullé - pero pues... no quiero ser aprovechado - levanté la mirada y le sonreí.

No obtuve respuesta.

Me ayudó a acomodar la despensa en la alacena y se fue para su habitación.

Terminé de acomodar algunas cosas en el refrigerador, que no estaba tan lleno como él dijo, y guardé las bolsas de plástico en una gaveta

My Thai boyfriend, a superstar.Where stories live. Discover now