Capítulo XLIV.

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Saúl POV.

Estamos en la entrada del hotel.

Hay grandes muros blancos donde se puede ver el nombre del hotel y también hay un lago. La fachada es realmente elegante.

Son las 9 de la mañana. Bright ha decidido dormir casi todo el camino hacia el hotel. Supongo no durmió bien anoche. Literal tuvimos qué dejar la habitación a las 4 de la mañana, ya que el transporte nos estaba esperando desde esa hora.

Prácticamente dormí unas 5 horas, estaba realmente cansado de tanto caminar en las zonas arqueológicas de Yucatán.

— Despierta bebé — le digo acariciando su cabello — ya llegamos al hotel.

— ¿Por fin? — pregunta sin abrir los ojos y sonriendo.

— Así es — lo despeino.

Se despabila en lo que llegamos a la entrada de la recepción.

El chofer que nos ha traído, baja y abre la puerta corrediza de la van.

— Bienvenidos — nos dice con una gran sonrisa.

— Gracias — decimos al unísono cuando descendemos.

Nos recibe un señor alto, con cierto atractivo debido a su madurez.

— Bienvenidos, chicos — sonríe y nos entrega dos toallas faciales frescas con olor a lavanda — espero que su viaje haya sido de su agrado. Soy Emanuel, seré su Concierge durante toda su estancia. Cualquier cosa que necesiten pueden pedírmelo sin ningún problema.

— Muchas gracias — responde Bright.

— Bueno, adelante chicos — nos hace una señal con la mano para que entremos — ¿De dónde nos visitan? — pregunta antes de tomar asiento en un escritorio.

— Yo soy de la Ciudad de México — sonrío — y él — señalo al chico sentado a mi lado — es de Bangkok.

— ¡Oh vaya! — exclama con sorpresa — ¿qué hace perdido en este lado del mundo joven? — le sonríe.

— Vine de visita — responde con serenidad — él fue a visitarme a Bangkok hace unos dos años y creo que ya me tocaba visitarlo a él. — sonríe.

— Qué bonito gesto — sonríe — ¿tienen sus identificaciones, chicos? 

— ¡Claro! — respondemos al mismo tiempo.

Entregamos nuestras respectivas ID's.

Después de una breve charla, nos pide que lo sigamos.

El complejo hotelero no es muy grande, pero es totalmente precioso y lujoso.

Llegamos a nuestra habitación y Emanuel abre la puerta.

— Bienvenidos a su suite, chicos — nos deja pasar primero — les entrego sus llaves — nos da una tarjeta a cada uno — recuerden que estoy a su disposición las 24 horas del día. Con permiso — sonríe y se retira.

Bright recorre la suite y lo primero que hace es abrir la botella de champaña que estaba en uno de los burós.

— Toma — me dice con una gran sonrisa mientras me entrega una copa llena hasta la mitad.

— Gracias, caballero — le respondo y le doy un beso rápido.

— Por un merecido descanso — sonríe y levanta su copa.

— Salud — choco nuestras copas en el aire.


Nos gastamos la botella de champaña y nos metemos a duchar. Bright se ve realmente cansado, así que decide acostarse a dormir por un par de horas.

My Thai boyfriend, a superstar.Where stories live. Discover now