Capítulo XXV.

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Saúl POV.


— Sí llegué — dice Óscar agitado — a tiempo — toma aire.

— No tenías porqué correr — río — el vuelo sale en 4 horas, pero sabes que me gusta llegar antes por eso del check-in, si llegas con el tiempo justo, te encontrarás con una fila inmensa de personas que quieren documentar su equipaje. 

— Qué astuto — suelta una risa — ¿no te acompañaron tus padres? — enarca una ceja.

— Sí, pero no pudieron quedarse. Ambos tienen asuntos por resolver en la oficina — me encojo de hombros.

— Al menos ya no estás solo — me sonríe — estaré aquí hasta que tu avión despegue. Lo prometo. — su comentario me hace reír.

— Te creo — le digo sonriente — muchas gracias.

— No agradezcas — sonríe — lo hago con gusto.

Le invito a comer en un restaurante de hamburguesas y malteadas que hay dentro del aeropuerto.

Me sentí tan bien con la compañía de Óscar, que el tiempo ha pasado muy rápido.

Han anunciado que debemos comenzar a abordar el avión. 

— Supongo que ya es hora de despedirnos — murmura Óscar.

— Así es — le sonrío — pero regresaré en unos meses. 

— Ya sé — comienza a reír — sólo quería ser dramático.

— Eres un tonto — río con él. 

— Ten un buen viaje — me abraza fuertemente — cuídate mucho.

— Muchas gracias, Óscar — le devuelvo el abrazo — tú también cuídate mucho.

— Siempre — sonríe — por favor, avísame cuando llegues al aeropuerto, ¿ok? 

— Te avisaré cuando llegue — comienzo a reír. 

Nos abrazamos una vez más. Cuando nos soltamos, tomo mi equipaje de mano y me dirijo hacia la sala en la que se encuentra la puerta de abordaje.

Doy un último vistazo al chico moreno que sigue ahí de pie. Me despido con la mano, levantándola, y él copia mi acción.


Después de casi día y medio de viaje, al fin llego al Aeropuerto Internacional Suvarnabhumi.  Como bien le dije a Óscar, saco el móvil y le mando un mensaje de texto informándole que ya estoy en Bangkok, y me responde con un mensaje con aparente sorpresa, por el tiempo que me ha tomado llegar a mi destino.

La misma noche en la Óscar me besó en su auto, decidí rentar un departamento lo más cercano a la universidad. Literalmente está a unas 3 calles y  todo mediante Airbnb. Lo renté por 7 meses y pagué por adelantado. Tomo un taxi que me deja en la puerta de mi nuevo edificio, y en la puerta se encuentra mi nueva arrendadora. Es una señora muy dulce y tierna, me recuerda mucho a la mamá de Bright.

Me enseña el departamento, y si bien no es tan grande como el departamento de Bright, es lo suficientemente grande para mí. Me da la bienvenida al departamento, me entrega las llaves y se retira.

Acomodo mis cosas en el closet de la habitación y separo los regalos que he comprado.

Tomo una larga ducha y me arreglo para salir. 

Agarro el alebrije y el llavero antes de salir y pido un taxi para ir al Starbucks en el que conocí a Ratree.

— Estoy teniendo un déjà vu ahora mismo — dice y comenzamos a reír mientras toma su asiento.

My Thai boyfriend, a superstar.Where stories live. Discover now