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HuaiSang se encontraba en la balcón, usando una camisa de su hermano, sentado en la silla y en sus manos estaba un vaso lleno de jugo. Admirando el paisaje que desde su sitio le brindaba. 

—Buenos días.—Le saludó el mayor sentándose a su lado y tomó una manzana que estaba en la mesa.—¿Dormiste bien?

—Sí, apenas llegamos, me dormí.

—Está bien. Yo dormí después. Además, no estamos acostumbrados al diferente horario.

Explicó antes de dar un mordisco a la fruta, el menor dejó de mirar las olas y centró su vista hacia el mayor. Ni siquiera se entendía a sí mismo, tenía ganas de lanzarse a él y rogarle que le tomará de una, claro con una preparación para menos dolor, pero sabía lo que su hermano pensaba, además de los 8 años los diferenciaba. 

Sabía que MingJue ya se había acostado y estaba seguro de que GuangYao no era su primera vez, pero sí era la primera pareja que le presentó a HuaISang. 

—¿Pasa algo?

—Nada... ¿Podemos ir a la playa después?—Preguntó. 

—Claro, podemos ir a dónde quieras. Después de todo, estamos de vacaciones... Puedes dibujar a quién quieras.

HuaiSang sonrió y se acercó para darle un corto beso. 


*


La brisa era tan fresca, casi no había nadie en la playa, tal vez porque era temprano, pero eso relajó al menor que tenía su brazo entrelazado con el mayor. Se sentía tan diferente y le hubiera encantado quedarse, pero tenía una vida en China.

—Me encanta...—Susurró.—No sólo porque es tan relajado... En realidad aquí nadie nos conocen.

—Sí, nadie nos conoce.—Concordó.

—Y no nos van a juzgar... Además de que somos hombres y todos aquí... En su mayoría son de mente abierta.—Quitó su brazo, pero en vez de alejarse tomó la mano y se puso frente a él antes de mirarlo.—De repente quiero dibujar todo el lugar, aquí puedo sentir libertad... 

—Me siento igual...—Lo abrazó y dejó un beso en la sien del menor.—En China, pocos conocen lo nuestro y no puedo decirle a todos.

—Lo sé... —Susurró escondiendo su rostro en el pecho ajeno.—Hay veces que quiero gritarle a esa zorra que tú eres mío.

—Pero él está en Inglaterra.

—Cuando lo vuelva a ver...

MingJue soltó una leve risa y se alejó un poco para mirarlo antes de acercar su rostro, el menor entendiendo las intenciones del otro, acortó la distancia uniendo sus labios con los ajenos. Un beso diferente a la primera vez que se besaron, era uno de esos que te hacía enloquecer y dar un paso más. 

De pronto, HuaiSang se alejó un poco nervioso por el calor que azotó por su cuerpo y cuando cruzó su mirada una vez más con el mayor, se relajó. Esta vez, fue el menor quién tomó la iniciativa en besarlo, abrazándolo por el cuello. 

Era una clara señal de que siempre estará listo para él. 


*


Jadeos y suspiros invadieron en la habitación, ambos estaban sumergidos en el deseo, no uno pasajero, estaban seguros de que no sería la única vez. Caricias traviesas que se daban mutuamente, lenguas entrelazadas creando una danza ardiente. 

Parecía que ambos se conocían tanto que sabían que estaban usando, se quitaron toda la ropa quedando sólo en boxers. Ambos estaban cegados por el placer y cuando MingJue se separó del beso, HuaiSang no pudo evitar quejarse volviendo a acercarse para darle otro beso, pero el mayor lo detuvo con una sonrisa divertida. 

—Eso no es justo, estás duro.—Dijo el menor sin pudor.—¿Me vas a dejar así de nuevo?

—No, no es eso...—Soltó una pequeña risa por la reacción ajena.—Es tu primera vez, por lo que...

—Oh... Compré lubricante...

Silencio. Una pequeña risa brotó del mayor y fue ese momento que HuaiSang se dio cuenta que habló de más, se sonrojó y trató de decir algo más, pero MingJue lo calló con un beso, después le preguntó dónde estaba el lubricante y el menor señaló a la maleta que estaba al lado del armario. 

MingJue se dirigió hacia la maleta y se puso en cuclillas mientras abría, buscó el frasco. Cuando encontró el lubricante, y lo dejó en la mesita de luz antes de volver a la cama, esta vez sentado con las piernas estiradas. 

—HuaiSang.—Le llamó.—Quítate el bóxer y siéntate aquí.—Palmeó suavemente su muslo.

El menor soltó un jadeo e hizo lo que el mayor pidió, se quitó la única prenda que quedaba y se sentó en el regazo. Ahogó un grito cuando el otro elevó su trasero y se estremeció al sentir algo frío recorrer en la parte de atrás, cerró los ojos mientras inclinaba su cabeza escondiendo su rostro en el cuello ajeno, soltó pequeños gemidos mezclados de dolor y placer por los intrusos dedos en su entrada. 

—Relájate...—Se escuchó la voz ronca del mayor.—Todo está bien...

—S-Sí...—Respondió con la voz quebrada y no se sabía el porqué, pero ya se estaba acostumbrando después de un buen tiempo.—C-Creo que estoy listo.

Un jadeo escapó de sus labios del menor cuando fue rodado y quedándose por debajo del mayor. Su corazón latió al ver la sonrisa del otro, no una cualquiera, si no de un depredador ansioso por devorar a su presa. 

HuaiSang no se quejaba de ser la presa, es más se dejará comer por MingJue. Se ofrecería mientras fuera él. 

Se besaron una vez más, entrelazando lenguas y al separarse, los unía un hilo de saliva, ambos jadeaban en busca de aire, un gemido escapó de los labios de ambos al sentir sus partes bajas rozarse, el ambiente se volvió más caluroso y el menor se dio cuenta que MingJue ya se había quitado la única prenda que quedaba. 

Lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de HuaiSang, dolía y en realidad había visto lo grande que era, pero no pensaba en que si cabía en él, ahora que lo estaba sintiendo, era doloroso. Pronto, el dolor se mezcló con placer cuando sintió que la punta del pene rozaba a la zona que le estremeció. 

MingJue lo encontró hermoso al verlo con los ojos llorosos, era una expresión lasciva, sí, todo él era un arte. Dejó besos en el rostro del menor, susurrándole que se relajará. Finalmente entró todo y se maravilló por el gemido que salió de los labios del adverso. 

Finalmente era suyo y viceversa. 

Poco después la habitación se lleno de gemidos, jadeos, susurros y ruidos de la cama. 

¿Fue sólo una ronda? No, fue más de una vez. 


*-*-*


Me llevó mas de dos semanas, no estoy satisfecha con el lemon, perdí el toque. —Llorar—Espero no decepcionar a nadie, tendré que practicar de nuevo uwu, como sea. Ahí está. 

The forbidden [Niecest]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora