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—¿Pasa algo?—Preguntó MingJue ya cansado de los suspiros que soltaba el menor durante una hora.

Ambos se encontraban en la cama, con pijamas puestas. HuaiSang ha estado pensativo y su pareja fue paciente, pero al ver que ni siquiera hablaba, decidió que era lo mejor dar un paso.

—Me encontré con GuangYao... Él no iba solo.—El mayor se volvió hacia él para escucharlo.—Estaba con XiChen... 

—¿Y qué pasó?

HuaiSang dejó de mirar el techo y se volvió hacia su pareja, se acercó más al otro, acomodándose en el pecho ajeno. Quería morder todo el cuerpo de MingJue, para que GuangYao no le siguiera visitándolo. 

—Algo me dice que esa zorra todavía te quiere para él o usarte para tener el poder en la empresa.

—Ya hemos hablado de eso, HuaiSang, no te preocupes por eso. No permitiré que eso suceda, además ¿Por qué volvería con él si todo lo que tengo está aquí frente mío?

—... Espero que sea así o me iré para siempre.—Amenazó mientras pasaba sus brazos por el cuello ajeno.—Ahora quiero que me des leche, me prometiste~

El mayor soltó una pequeña risa mientras giraba al menor, quedando ahora encima de HuaiSang, repartió besos en el rostro y finalmente en el cuello, dejando mordidas, sintiendo el cálido aliento ajeno y los gemidos que salían de la boca del otro. 

—Te lo daré.—Respondió antes de pasar sus manos por debajo de la pijama del menor y se deleitó al escuchar el gemido.—Veo que disfrutas.

—Es porque eres tú. 

MingJue sonrió y volvió a tomar los labios ajenos, mordisqueandolos mientras que el otro gemía levemente y pasaba sus manos por la espalda del mayor. 


*


Pasaron días y finalmente llegó la fiesta de bienvenida. HuaiSang no parecía emocionado, pero de todo modos asistió junto al mayor, había personas importantes que buscaban conexiones o hacer que sus hijos se conozcan para un futuro matrimonio y todo lo que sucedía en ocasiones como ese. Afortunadamente, estaban sus amigos que odiaban estar rodeados de esa clase de gente, pero los toleraban por el bien de sus familias. 

—No pongas esa cara, bebé.—Le susurró MingJue.

—Pero es que es aburrido.—Se quejó en voz baja.—Yo sólo quiero irme y hacerlo de nuevo contigo. 

—En dos horas nos iremos, por ahora sopórtalo. 

HuaiSang hizo una mueca, algo que hizo soltar una leve risa al mayor y rápidamente su rostro cambió a uno serio antes de encarar a un empresario que se acercó hacia MingJue. El menor, al ver de lejos a su amigo Cheng junto a la señorita Wen, le avisó a su hermano que irá por sus amigos. 

—Hacen una linda pareja~—Canturreó lo último haciendo que Qing se riera mientras que el otro se sonrojaba un poco.—¡Oh~! ¡Estás sonrojado! 

—¿Quieres morir?

—No, gracias. Quiero vivir más teniendo sexo. 

—¡Tú...! 

—Paren.—Intervino la mujer, aunque quería reírse por como le molestaban a su pareja.—Estamos en una fiesta, nos pueden escuchar... Además, yo también lo hago con Cheng ¿Cierto?

—Qing... 

—Uy, que interesante~—Soltó una leve risa al recibir una mirada amenazante de Cheng.—Como sea, ¿Dónde está Wei Ying?

—Este idiota se metió con Lan Zhan, esos conejos.—Se quejó Cheng. 

—Ellos tienen suerte, quisiera hacerlo con mi... —Entonces se calló al darse cuenta que Qing ni siquiera sabía de su relación. 

—¿Tu qué? 

El menor dirigió su mirada hacia Cheng, pero éste miraba su copa como si fuera la cosa más interesante. Eso le dejó que no le ayudaría, soltó un bufido antes de responder a la señorita.

—Amante, algún día lo conocerás.

—Oh~ No sabía que tenías pareja... Te lo tenías bien guardado, eh. 

Una risa nerviosa salió de sus labios y notó el ligero temblor en el cuerpo del mayor, entonces comprendió que el maldito que tenía como amigo se estaba conteniendo para no reírse. Afortunadamente, Qing no se dio cuenta de algo extraño por estar mirando a los demás. 

—Bueno, saldré a tomar un poco de aire. 

—Ten cuidado en no cruzarte con los conejos.—Se burló Cheng. 

HuaiSang decidió ignorarlo, pero lo que no vio fue Qing darle un codazo a su pareja para que se controle y se paró frente al otro para mirarlo con una sonrisa. Aquella que pedía explicaciones y Cheng sintió que no tenía escapatoria.

—Qing... Es decisión de HuaiSang decir quién es su pareja. 

—Así que sabes quién es.

—... Es complicado.—Tomó la mano ajena.—No fue fácil para él contarme eso, así que dale tiempo.

—De acuerdo...—Accedió y miró a todos los lados.—A-Ning se está tardando mucho, ¿Vamos a buscarlo? 

—Está bien. 


*


Quizás debió pedirle a alguien que lo acompañará, por ejemplo su hermano, pero él estaba ocupado, tampoco quería ser el mal tercio de sus amigos, le preguntará a Qing si Ning también estaba con ellos. 

Bueno, estaba bien ir solo a respirar aire.

Sin embargo, sintió que algo andaba mal mientras caminaba, alejándose de la fiesta y al doblar el pasillo, supo el porqué. 

Había una persona inconsciente en el suelo, sólo alcanzó a distinguir algo rojo en su sien, esperaba que no fuera sangre, así que se acerco. Cada paso sentía que la figura le era familiar y descubrió quién era. 

—¡A-Ning!—Se lanzó al suelo y zarandeó al hombre, pero este ni se inmutaba, así que tocó el pulso y se alivió al saber que todavía seguía vivo.—¡A-Ning! 

Su cuerpo se tensó al sentir un aura peligrosa acercarse y los pasos no ayudaban del todo, eran como si fuera silencioso. Por un momento se olvidó de respirar cuando escuchó el chasquido, quizás era de alguna arma. 

—¿HuaiSang?—Dijo una voz masculina. 

Esa voz...

Sólo pudo alcanzar a ver un hombre encapuchado, con el arma directo al menor. Todo fue rápido y ni siquiera vio el rostro de aquel joven ya que lo siguiente que pasó fue una bala enterrar a su torso, fue doloroso que jadeó y se cayó al suelo. 

Trató, de verdad que trató detener el sangrado, pero dolía demasiado, no podía respirar y de repente escupió sangre, el líquido carmesí seguía brotando de sus labios manchando el piso y parte de su cuello de camisa. 


*-*-*


Decidí subir ese capítulo para avisar que estamos cerca del final~ Así que subiré la siguiente actualización como maratón cuando terminé toda la historia. 

Suspenso~



The forbidden [Niecest]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora