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Había algo que atraía a México hacia la muerte. Tal vez el aura de misterio que rodeaba a aquel concepto o quizás las anécdotas que contaban personas que estuvieron apunto de irse con ella. No lo sabía. Pero aquel sentimiento llevaba con ella desde que tenía memoria.

No era el impulso de matar cosas, eso no. Era...observar, mirar como la vida se desvanecía de un cuerpo hasta llegar al descanso eterno. Al principio se conformaba con leer libros, pero a medida que los años pasaban y su cerebro maduraba: ya el papel dejó de satisfacerla y la necesidad de explorar esas sensaciones en carne propia fue más fuerte.

Por esa razón empezó a participar en las peleas de los humanos, donde la muerte y la guerra danzaban y hablaban como viejas amigas. Pero no fue suficiente, no sentía ninguna de las sensaciones que la tinta describía, solo vacío.

Hasta que un día decidió quedarse junto a los caídos y escuchar. Simplemente oírles contar la forma en que querían ser enterrados, qué debía decirle a sus familias, librarles de sus pecados para que pudiera entrar al paraíso. No importaba el bando, México les escuchaba a todos.

A veces pedían que les agarrase la mano, no queriendo enfrentar la partida definitiva en soledad, otras veces ella intentaba consolar a quienes no querían marcharse aún con promesas que no sabía si eran ciertas o no.

Pero el final siempre era el mismo: todos acababan por abandonar el mundo de los vivos.

Durante aquellos años México aprendió muchas lecciones que se llevaría a la tumba, recordó nombres que se grabaron a fuego en su mente y vio a hombres llorar, maldecir o aceptar su destino con una sonrisa. Entendió que las palabras eran ilusiones de una realidad mucho más amarga, de que la muerte no siempre era un hecho honorable o bello.

Y pese a ello, esa conexión que sentía hacia ella no se desvaneció. Porque negarse a la muerte sería negar a una verdad de que nada duraba para siempre...y nunca sabes cuando puede ser tu turno.

México solo esperaba que cuando le tocase a ella viajar al otro lado, alguien esté ahí para escuchar sus últimas palabras.

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Me apetecía escribir este oneshot para representar un lado un poco más oscuro de México. Y como detrás de esa chica tan extrovertida y cariñosa hay otra cara de la moneda.

Todo por culpa de este comentario:

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Féminas (Fem!Countryhumans)Where stories live. Discover now