拉屎 ; tenedores y cuchillos

1.9K 244 313
                                    


Se supone que se separaron.
Se supone.

Estados Unidos está parado frente a cuero amigo suyo, quién está sentado sobre una banca y usa su campera de siempre, pero a diferencia de lo diario, está mojada.
Empapada.

Pasaron dos horas desde que se retiraron del café, si bien Estados Unidos estaba yendo a su hogar, antes tenía que comprar unas cosas para Francia. Dió un par de vueltas por esa zona, recorriendo algunas tiendas y al volver para abandonar esa zona de la ciudad, pasó por una plaza.

Si fuera por él hubiera continuado su rumbo con normalidad, de no ser porque una mochila anaranjada fluorescente llamó su atención y no tardó en saber quién es el dueño. Lo caracteriza demasiado. Podría saber que se trata de Argentina en un estadio con miles de personas, solo con ver esa mochila.

Es decir ¿quién usa una mochila anaranjada fluorescente?
Por Dios, le duelen los ojos de tan sólo verla.

──Maldito huérfano. ──No sabe si lo está llamando o dándole un mal augurio. Colocó su mano en el hombro contrario, para comenzar a moverlo intentando que se despierte, pero este no lo hacía.

Le sorprende que aún no le robaron.

──Argentina, despierta idiota.

De por medio, puede notar que levantó la vista queriendo ser disimulado y continúo fingiendo que duerme. Esa actitud descarada acabó por molestar al estadounidense, quién siente una perdida de tiempo lo que está haciendo. No, no solo eso, sino también el hecho de hacerlo bajo una lluvia torrencial con un paraguas que pretende volar por los aires.

Lo mira, sin expresión, mientras por dentro muere de "odio".

No es conocido por ser una persona de mucha paciencia, por lo tanto lo tomó por el brazo y tiró de el para levantarlo.

──¡¿Qué te pasa gil?! ──Respondió al instante, haciendo varios pasos torpes para evitar caer.

──Ugh, aprende a hablar eso debería preguntar yo. ──Necesita ser despectivo antes de plantear su duda. ──Estás como estúpido en un asiento bajo la lluvia, sabía que eras lamentable pero no creí que tanto.

Argentina rodó los ojos y aprovechó que está de pie, para comenzar a caminar. No entiende porqué el estadounidense se molestó en preguntar por su presencia en ese lugar. Además, sus ganas de lidiar con esa presencia excéntrica (por ser respetuosos) en ese momento.

──Que te importa.

Caminó poco, quizá menos de dos metros para sentarse en otro banco. Escondió su rostro en sus piernas una vez más, aprovechando su posición para limpiar lágrimas casi secas en sus rodillas. Las quiere eliminar para que no sean visibles.

No porque llorar le parezca malo o débil, solo prefiere no ser visto de ese modo. Su mente no se siente lista para pensar como puede reaccionar Estados Unidos a su sensibilidad.

Uno nunca sabe la reacción de las personas ante emociones demostradas; a veces miran con pena y otras con asco. Otras, ni miran.

América por otro lado, al ver su tan mala actitud ante su "amabilidad", decidió que haría su acto de bondad del día, una oferta que de seguro no rechazaría.

No es creyente ni nada de eso y aún así, Jesús le cae bien por alguna extraña razón. Tiene encanto en la manera de predicar, no tenía porque tomar todo lo de la Biblia de forma literal. Quien sabe, tal vez resucitó porque todos empezaron a creer en lo que decía y no porque estaba vivo.

Después de todo "sólo muere quien es olvidado", admitía que había sacado esa frase de una serie, pero robaba descaradamente su autoría.

Cosas de personas astutas, o al menos así lo definiría él.

拉屎 ; UsArgWhere stories live. Discover now