拉屎 ; instinto suicida

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Tomar un baño suele ser más complejo de lo que parece.
Una bañera no es más que un océano inmenso, que tiene delimitaciones físicas, pero que aún así, permite que la mente vaya más allá.

Estados Unidos mira el agua caer por el grifo, esperando a que se llene lo más posible, sin importar que el agua desborde. Quiere relajar el ritmo de su respiración, la cual no es para nada calma. Una vez tuvo agua suficiente, o su ansiedad no soporto más, solo se adentró en ella.

El agua caliente tocó si piel fría y no tardó en estremecer su cuerpo. No importó que el suelo de este mojando, se niega a cerrar el grifo. Al menos no es prioridad.
Su principal prioridad es ser capaz de regular el aire que ingresa a su cuerpo. Ser mínimamente capaz de sentir que tiene aire.
Una vez dentro y cómodo, decidió cerrar la canilla. No esperaba que las gotas de residuo cayeran cada vez tan rápido.

Se niega a creer que su delirio es tan grande como para ver cosas que no son.
Probablemente, si sea su delirio nervioso.

Por primera vez y tomando conciencia del espacio donde se encuentra, afirmó sus manos al borde. Respiró profundo y no tardó en hundirse. No es que quiera morir, para nada, pero necesita el control y no sabe cómo recuperarlo.

Sus ojos se mantienen en el techo blanco, por más que parezca sucio a causa de la iluminación cálida del baño.

Prefiere ver aquello, antes que seguir entrando en pánico al notar las marcas de mordidas en sus manos, o los arañazos sobre sus brazos.

Cómo cualquiera al estar en una bañera, sus pensamientos lo alejan de la realidad. Tanto, que su "meditación" confunde el porque sus sentidos se adormecen y extremidades relajan. Sus dedos resbalan y sueltan la cerámica para bajar, queriendo experimentar la calidez del agua dónde pretende desmayarse.

Aunque en el último momento salió de ahí.
Tomó una bocanada de aire y una de sus manos se encargó de mover los cabellos pegados a su rostro. Ahora sentado en la bañera, con un poco de frío, una respiración tranquila y conciencia; se sorprende de su estupidez.

O elige creer que es una tendencia suicida innata.

Innata porque no haría diferencia alguna en él. Estaría muerto, es imposible que lo note. Francia podría sufrir o Zelanda, no está seguro.

Pero como todos dicen... Eso creo: morir es egoísta y en vano si alguien lloraría por ti.
Quizás es al revés. No importa. Necesita aferrarse a eso para no morir.

Al salir de su, casi, escena de crimen no hizo más que vestirse.
No usa cremas, no se siente con ánimos de peinarse, no hay nada que lo obligue a estar fuera de cama.

Más que su antojo por una hamburguesa o un helado, comidas poco habituales en su hogar. Tampoco tiene con quien salir a buscarlas en la calle y no hará el ridículo sentado solo en un sitio de comidas rápidas.
Hace cuánto no las prueba... Podrían ser meses o años.

Su única certeza es que quiere dejar la ensalada, proteína y carbohidratos.
Por Dios, cada vez que le ponen un plato de comida en frente siente que se vuelve anoréxico.

Suspiró y antes de poder abrazar su almohada para dormir e ignorar el transtorno alimenticio imaginario que tiene. Sin embargo, su celular vibró.
Lo ignoró a sabiendas de que no habla con muchas personas y en este momento, no le interesa seguir un escándalo mediático.

Habría dormido su siesta, de no ser porque los mensajes siguen llegando y está vez desbloqueó su celular, recibiendo la sorpresa de dos mensajes provenientes de un número desconocido.

Sin preocupación alguna apretó la notificación y lo único que consiguió fue asco. Esperaba todo excepto encontrarse con la foto de una erección, acompañada de un "¿Que te parece?".

─Eiugh.

Se expresó. Y bloqueo a la persona.

Dejó su celular a un costado y decidió mirar el techo. Por primera vez le interesa ver las luces del mismo. Entre detalle y detalle del plástico que cubre los fotos, notó un papel asomándose. Su mirada expresó fastidio al teorizar que seguro Zelanda entró a jugar en su habitación y dejó un avión allí arriba. Una vez parado en la cama comenzó a saltar para tratar de quitarlo.

Casi se rinde.
No lo habría bajado de nos ser porque usó un peluche conmigo ayuda y consiguió el avión.

Al tenerlo en sus manos y examinarlo, sus pupilas se dilataron al leer su costado.

"S.S maple Express."

──Canadá, el "S.S" es para barcos, idiota.

──callate, cerebrito.

El recuerdo repentino, que ni siquiera sabía que tenía, despertó su curiosidad e instinto. Estados Unidos sucumbió a estas sensaciones y deshizo el avión.
En la hoja se ve una caligrafía perfecta, con tinta corrida con lo que parecen ser gotas y manchones de tierra.

Pronto comenzó a leer, sin detener las lágrimas que bajan de su rostro a gran velocidad y tampoco preocuparse por el temblor que se apodera de su cuerpo.

Solo tiene una idea en la cabeza mientras lee una y otra vez.

Es imposible. Ella no podría haber hecho algo malo o cruel. Se niega a creer que la maldad existe en su hermana.

Ella se dejó caer por una sola razón. Presión. No puede ser que...

No puede ser que la corriente del rio, además de su cuerpo, haya arrastrado los secretos de su hermana.

Pero más importante...

¿De quién debe cuidarse?

──────────

Eussie, cómo estás.

Soy pésima iniciando cartas, lo sabes. Por eso mismo, creo que seré directa y ya.

No nos veremos por un tiempo.
Es duro, lo sé, no quiero que te pongas triste. Prometo volver y sabes que nunca te dejaría, me tienes contigo siempre.

Siempre estaré contigo, no lo olvides.

Es una basura que deba escribir una carta en lugar de hablar contigo, no te enojes please. En serio no tengo tiempo para buscarte, consolarte y decirte todo esto.

Además, el papel me permite ser cobarde para ser sincera.
Hice algo que estuvo mal, así que me siento en posición de darte una clase de moral o cuidado

Estaría bien que tengas amigos, no es tan malo. En serio.
Pero si vas a tenerlos, ten presente esto.

Alma, mente y corazón.

No seas soberbio. Nadie se come el mundo.
Sé tranquilo y pacífico, no hace falta que llames la atención. No te juntes con malas personas, no dejes que te obliguen y siempre asegúrate de estar cómodo con lo que haces.

Va a sonar raro como la mierda, pero si alguien grita tu nombre en la calle y no conoces la voz, solo sigue.
Midete, no quiero errores graves.

No te pido perfección, puberto. Solo que arregles los errores pequeños y en poco tiempo sin decisiones apresuradas.

Ten la mente fría. No actitudes enojado, no decretes triste y no prometas feliz. Piensa.

Y sobre todo, no dejes que una chica de rizos y pecas te vea. No preguntes porque. No la busques. Ya la conoces, es instinto.

Todo estará bien cuando estemos juntos de nuevo, ¿Si?

Te amo, mucho.

─Cannie

拉屎 ; UsArgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora