CAPÍTULO 22.

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Las imágenes de la noche anterior pasaron por su mente, Hermione enterró la cara en la almohada, todo sobre su conversación, los toques, los besos y las manos de Harry sobre ella habían sido surrealistas. No podía creer lo relajada que se sentía, y no podía creer que Harry la hubiera tocado de esa manera y le hubiera dicho que la amaba.

Podía sentir su sonrojo intensificarse mientras mantenía su rostro firmemente plantado en la almohada. Ella nunca había sido tocada por nadie más que a sí misma. Había sido increíblemente intenso y emocionante, realmente no tenía palabras para describirlo. No se parecía a nada que hubiera sentido o experimentado antes. Se sentía tan bien, ella gimió levemente mientras sacudía la cabeza contra la almohada y su estómago se retorcía de emoción y vergüenza al pensar en eso.

Harry salió del baño con una nube de vapor, frotando su cabello mojado, para ver a Hermione caminando en círculos en la tienda.

—¿Te sientes un poco reprimido? —preguntó Harry sonriendo a sabiendas que la castaña era como un animal enjaulado.

—Sí, se podría decir eso —gimió exasperada y dejó de caminar para mirarlo.

—Solo necesito algo de ejercicio, una buena carrera y quizá un duelo, para controlar mis ansias.

—Sí, háblame de eso —murmuró Harry con un suspiro de frustración, caminó hacia la entrada de la tienda y miró hacia afuera. —No está tan mal el clima, ¿quieres ir a practicar algunos hechizos?

Hermione sonrió y agarró su abrigo de inmediato.

—Absolutamente, sécate el cabello para que no se congele. —Ella caminó hacia él con una amplia sonrisa y le tocó el costado suavemente al pasar. —Estaré afuera calentando.

Harry sonrió y tomó su chaqueta, secando su cabello con un hechizo de secado rápido como Hermione había sugerido.

Usaron hechizos repelentes al agua para ayudar a mantenerse secos y pasaron la siguiente hora entre los suaves copos de nieve esponjosos lanzando y esquivando hechizos.

Se sintió genial y el corazón de Hermione se llenó de alegría cuando esquivó uno de hechizos de Harry en un giro rápido, ignorando la frescura de la nieve que cayó por la parte trasera de su chaqueta y rápidamente lanzó un hechizo desarmador. Harry se lanzó hacia la derecha y salió del camino con facilidad. Hermione rodó los hombros antes de lanzar dos más mientras Harry continuaba esquivando, la sonrisa en su rostro era contagiosa y Harry no pudo evitar sonreír después de que tuvo que zambullirse en una pequeña pila de nieve para escapar de su implacable ataque.

Ambos habían estado practicando su magia no verbal durante el último mes y podían lanzar la mayoría de los hechizos sin pronunciar un encantamiento. Todavía los necesitaban para curación y hechizos más complejos, pero su progreso era innegable. Hermione no pudo evitar sentir que se habían convertido en personas completamente diferentes de lo que eran el día en que se conocieron y se deleitó en cómo trabajaron mejor de lo que ella podría haber esperado. Ella podía leer a Harry y él podía leerla. Estaban sincronizados, estaban unidos, eran socios, y ambos se maravillaron del poder que podía emanar de ellos.

Después de que se agotó el límite de tiempo establecido, ambos volvieron a la entrada de la tienda para tomar un trago de agua, y Harry se volvió hacia Hermione con un brillo en los ojos.

—Harry, has mejorado mucho, esto es fantástico —lo miró optimista.

—Gracias, Hermione —dijo con una sonrisa. —No hubiera podido hacer esto sin tu ayuda. Gracias por creer que podría hacer esto.

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