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Narrador:

24 de diciembre, 1915

Tres semanas habían pasado desde el tan esperado debut de Talise Darling, la querida _________ Winston Andrew.
La joven en ese tiempo recorrido había hecho cinco presentaciones más, en fiestas de personas importantes, en las cuales había conquistado los oídos de sus seguidores.
Neil y _________ habían ido formando poco a poco una buena relación familiar. Neil era una nueva persona, había cambiado mucho. Y es que si no nos transformamos, nos extinguimos.

El día de la tan esperada gran fiesta de noche buena había llegado. Sería por la noche en la mansión de Lakewood, que se encontraba a una hora de chicago.

Los padres de __________, Marco Antonio y Anahí igual asistirían, ya que viajaban a resolver unos asuntos del Zar en Chicago, y más tarde irían a la fiesta.

Mientras, en la mansión Andrew en Chicago, Albert organizaba todos los pendientes en su despacho, y _________ estaba en uno de los grandes salones pintando un cuadro, había descubierto que tenía talento para la pintura también.

- Buenos días __________ ¿Puedo? - le saludó Neil parado en la puerta.

- Buen día, claro pasa - respondió la castaña dejando la paleta y el pincel sobre una mesa de madera.

- No sabía que existiera esta habitación - dijo Neil. Era un gran salón que parecía galería. Habían muchas esculturas cubiertas con sábanas blancas y enormes ventanales que daban paso a la luz del sol. - ¿Por qué estás vestida como un hombre?

__________ traía puesto un pantalón holgado café claro con tirantes de cuero del mismo color, una gran blusa de seda blanca y una boina roja.

- ¿Ropa de hombre? ¡Va! Ustedes los hombres usan faldas escocesas y nadie dice nada, y yo uso pantalón y reclaman. - respondió con ironía.

- Tienes razón. Sabes prima, eres muy innovadora. Me gusta tu manera de pensar.

- A mi me gusta que eso te guste, en vez de molestarte - dijo y ambos sonrieron.

- ¿Irás a ver a tus padres antes de la fiesta? - Preguntó Neil.

- Mi padre debe estar muy ocupado y mi madre, ya sabes cómo es mi madre. Prefiero esperar.

Mientras, en la mansión Winston en Chicago:

- Señora Anahí el joven Grandchester ya está aquí. - dijo una mucama.

- Hazlo pasar - respondió con desdén, como siempre, mientras depositaba al pequeño Dániel en su cuna.

- ¿Para que me hiciste venir? - saludó Terry molesto, sabía que cualquiera fueran las intenciones de Anahí, no eran buenas.

- Hasta que nos volvemos a ver querido. Quiero cerciorarme que no has vuelto a tener roces con mi hija. Vas a ir a la fiesta de esta noche en la mansión de los Andrew.

- No fui invitado...

- No te estoy preguntando, y eso no es problema que todo Chicago está invitado. Ya sé que estás viviendo aquí con tu mamita Eleanor. - cada palabra que decía la mujer se acercaba más y más a Terry hasta que sólo centímetros los separaron.

- Tu secreto está a salvo, y no lo hago por ti sino por _________. - éstas últimas palabras de Terry hicieron que Anahí ardiera de coraje. No soportaba ninguna buena acción hacia __________.

Pudo haberle golpeado o simplemente alejado, extrañamente sonrió de oreja a oreja con una sonrisa maliciosa. Eliminó la poca distancia que había y besó los labios del inglés, Terry rápidamente la empujó.

Enredos De Amor (Terry Y Tú)Where stories live. Discover now