Capitulo 2 MALOS HÁBITOS

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Pov. Jennie

El amanecer no se hizo esperar pero Lisa ya no estaba, revisé la habitación y al parecer se había marchado al trabajo, más temprano de lo usual

Me sentía hecha un revoltijo, el mal humor me invadía, por supuesto amo a Lisa pero sus rabietas infantiles ya eran demasiado, me siento triste de que casi ya nada sea como antes, todas las palabras bonitas las caricias.... Y demás cosas

Ya nada es igual

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Por ahora lo único que sigue igual es que Jennie maneja 60% del dinero lo cuál es casi la mayoría

hace tiempo que el dinero le  da igual

pero hoy quizá vaya a un buen Spà, y si Lisa aún sigue ignorandola —por lo menos que le duela el sueldo— chillo.

—Por primera vez en tanto tiempo invertiré en algo especial para mí, me siento tan tensa y también duele demasiado la espalda, tal vez fue "por dormir en el sofa, no lo volveré a hacer—

Entonces Jennie puso manos a la obra y busco en sitios de internet de algún Spà bien recomendado que fuera de su agrado, además de lujoso

SPÀ SOUL OF WATER un spà lujoso que costaba igual que una moto nueva, pero a Jennie apenas le hacía cosquillas a su monedero,  pero para poder acceder al lugar al cuál asistiría tenía que agendar una cita primero

El problema solo era que su cita sería agendada para mañana

Jennie quería su masaje hoy así que no escatimo en gastos para agendarlo hoy

pronto un correo electrónico llegó avisándole la dirección el número de habitación y el horario, las cosas eran tan modernas que tan solo con internet y un simple correo electrónico podías saber tanta información sobre un sitió

Jennie salió unos 20 minutos antes de su residencia para no llegar impuntual y no perderse en el camino, sabía que Lisa llegaría al anochecer por lo que supuso que ella no notaría su ausencia y el dinero que sería gastado

2:00 PM Jennie llegó al gran edificio puntual como siempre, paso con la encargada del módulo, mostró su código QR y aquella procedió a escanearlo, la recepción le entrego la llave de la habitación unas toallas una bata púrpura que no ocupaba botones solo un listón adèrido para amarrarse a la cintura y el nombre de la masajista que la atendería

O bien si quería, podía estar sola en la habitación en el baño de vapor

Jennie estaba acostumbrada al lujo pero aquella habitación que le otorgaron era más de lo que podía esperar, el aspecto de una gran habitación cerrada con cortinas de seda blanca que formaban cómo una especie de gran casa de campaña dentro el gigante cuarto, múltiples decoraciones, el nivelador de luces el nivelador de el clima una cabina de vapor privada de caoba y arreglos de bambú. Pero por muchas cosas que hubieran solo se dejó guiar por su fetiche de encender todas las velas que rodeaban en forma de arco la cama de masajes que se encontraba dentro de las sedas blancas y después apagar ligeramente la intensidad de la luz

Pronto decidió cambiarse, y por alguna razón la forma para quitarse la ropa era desquiciantemente lenta, al terminar de desnudarse se puso su bata con la misma lentitud y su piel brillaba ligero sudor por el calor que había afuera antes de que llegara

Quién pensaría que la masajista había precenciado todo el acto, pero decidió esperar en silencio a qué Jennie terminase de cambiarse

La espiaba desde unos pasadisos que solo ella sabía que existían

Jennie pensando que la masajista acababa de llegar le hablo sin pena alguna —disculpe señorita, puede empezar ahora— dijo mientras se recostaba boca abajo —me duele mucho la parte del cuello y los hombros, creo que mis tendones estan muy tensos— mencionó entre quejidos bajos —así que puede comenzar por allí—

Entonces la chica rubia se acercó observando a su clienta de una manera particular
—me temo que tendrá que quitarse la bata, es para poder untarle las cremas relajantes— dijo algo nerviosa

—Esta bien— respondió Jennie conectando un poco su mirada con la chica —¿Pero entonces para que se supone que ponen la bata?—

—es para cuándo el masaje termine y guarde reposo ya sea en la cabina de vapor o la mini piscina de su habitación— dijo la rubia aliviada de su buena escusa

Jennie estaba avergonzada de que alguien más aparte de Lisa la viese semidesnuda, entonces se quitó la bata y de nuevo se acostó boca abajo sobre la cama ancha, la masajista cubrió el trasero de Jennie con una de las toallas
y procedió a subirse sobre la espalda de Jennie para comenzar el masaje, al primer toque por alguna razón Jennie sintió un escalofrío, su piel quedó erizada por unos segundos, la rubia al notarlo comenzó masajeando con un poco de más presión sobre la piel de la morena

—Usted tiene razón, sus hombros están muy tensos— dijo Chaeyoung para romper el hielo

—me dijeron tu nombre en recepción pero no lo recuerdo— musito apenada —¿podrias decirlo de nuevo?—

—Mi nombre es Chaeyoung pero puede llamarme Rosé— respondió la rubia

—Bueno Rosé, por favor aprieta un poco más el medio de mi espalda— dijo Jennie mientras disfrutaba de las manos grandes de la rubia

Rose hizo lo que le ordenó y fue apretando su espalda, en realidad Rose no tenía mucha experiencia como masajista pero Jennie ni siquiera lo noto

—mas fuerte porfavor— ordenó Jennie de nuevo

Y Rose de nuevo obedeció pero algo cambio

Un pequeño gemido se estaba escapando de los labios de jennie sin darse cuenta

La rubia se estaba volviendo adicta a los toques de la piel de Jennie ya que está era muy suave y sus manos de repente fueron subiendo hasta su cuello, masajeando este en círculos

Después de dos horas de masajes, la chica se marchó por privacidad del cliente dejando sola a Jennie reposar con su bata en la cabina de vapor, pero había algo diferente hubo una chispa desconsertante sobre las dos

Suspiro tras suspiro salían de la boca de la pelinegra, su cuerpo estaba agitado pero al menos su cuello y espalda ya no dolían

Y pronto la relajación se hacía notar poco a poco, su sesión había terminado

Pago a recepción. Regresó a casa y para sorpresa Lisa estaba ahí

"¿No se supone que iba a regresar hasta la seis PM? Apenas son las 4:30 PM, me siento como si hubiera hecho algo malo pero solo fui al Spà

—¿Donde estabas?— cuestiono Lisa de manera indignada al verla llegar tan renovada y con el cabello humedo

MI DESORDEN SECRETOWhere stories live. Discover now