25. Lágrimas De Sinceridad

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Su cuerpo se sentía menos adolorido que el dos días atrás, sin embargo, las heridas más grande como la de su espalda y mejilla seguía delicadas como para arriesgarse a ir a clase de esa manera, su instinto se mantenía demasiado alerta y el cambio era difícil de contener por lo que pasaba la mayor parte del día de esa manera encerrada en su habitación, su madre había salido de casa por la mañana para poder cumplir con su trabajo en el hospital al igual que Vincent, por lo que llevaba varias horas sola en casa.

El aroma de la sangre parecía no dejar su cuerpo desde la pelea, por lo que sus movimientos eran más que suaves para que las heridas que se encontraban sanando no se fuesen a abrir nuevamente, a pesar de esto se había duchado para poder librarse aunque fuese un poco de aquel aroma tan desagradable que resultaba la sangre, lo más difícil era secar su cuerpo, por lo que prefería no hacerlo y simplemente vestirse.

Se encontraba secando su cabello con una toalla mientras observaba su reflejo con algo de desgano cuando unos golpes en la puerta principal la hicieron dejar de lado su labor, girando su cuerpo hacia la salida de su habitación con algo de confusión, por lo general nadie iba a su casa y si se tratara de algún servicio sus padres le habrían avisado que alguien iría.

Bajo las escaleras del segundo piso y fue hacia la puerta para abrir esta un poco, sintiendo el aroma a café llegar a sus fosas nasales antes de que fuese capaz de ver de quien se trataba, antes de que pudiese decir algo, Lian ya se encontraba abrazándola con más fuerza de la que realmente debería, sin embargo, no lo aparto, no porque le agradara la idea de que él la idea de tenerlo así de cerca, sino que sabia que Lian lo necesitaba, sentir lo mismo que ella y no poder verla o hacer algo debe haber sido difícil durante esos días, pero no podía estar allí. 

—¿Qué haces aquí?

—Necesitaba verte, lo siento por llegar así, la irbis y la venenosa dijeron que podía verte cuando fueras a clase, pero no haz ido y quería saber como estabas —Murmuró el mayor mientras soltaba un suspiro, alejándose apenas unos centímetros para poder ver su rostro, notando la herida que había en la mejilla de la castaña—. ¿Qué fue lo que paso?

—Eso no importa, es mejor que te vayas, si mi madre llega y te ve aquí...

—Lo sé y es lo que menos quiero, pero necesito hablar contigo —Dijo él con algo de súplica en su voz—. Estos días han sido horribles...

—No tenemos nada de que hablar —Intervino ella bajando la mirada por unos segundos antes de negar mientras se cruzaba de brazos, mirando al mayo con seriedad—. Tampoco tengo ganas de hacerlo, Lian

—Solo tienes que escucharme —Pidió él tomando la mano de la menor con cuidado.

Arleth sostuvo la mirada del alfa por unos segundos antes de finalmente asentir mientras le permitía entrar al mayor, ambos subieron las escaleras y fueron a la habitación de la castaña, para poder hablar con calma, aunque el alfa no dejaba de mirar el lugar, era la primera vez que esta allí, y sentir el aroma a cítricos de la joven por todas partes era realmente agradable.

—¿Qué querías decirme? —Quiso saber ella mientras tomaba asiento a los pies de su cama, el alfa se limitó a observarla de pie a unos pasos de ella.

—Quiero hablar de nosotros, sé que no merezco que me perdones, ya es demasiado tarde y te lastimé bastante, pero todo lo que hice no fue por placer de humillarte todo este tiempo, jamás te quise lastimar, pero tenía que alejarte de mi de alguna manera...

—Basta, otra vez intentas burlarte, creo que definitivamente debes irte, Lian —Dijo ella levantándose de la cama, pero él la sostuvo y la volvió a sentar mientras se arrodillaba en el suelo cerca de ella.

Arleth #Depredadores1 [En Edición]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें