Cap.1.

4.6K 101 7
                                    

Salgo del baño público intentando pisar lo menos posible el suelo pegajoso y característico de todos los pubs a los que había ido. Creo que esa es la parte que más odio de la fiesta: los baños públicos.

Sin embargo ahí estaba, otra noche más, mirándome al espejo intentando enfocar mi vista nublada bajo los efectos del alcohol  para poder examinar el estado de mi maquillaje. Me rindo cuando siento mi móvil vibrar dentro de mi bolso y por un momento el pánico inunda mi cuerpo haciéndome volver a la realidad. Mi madre, no la he avisado de dónde estoy.
Pero tan rápido como llega esa sensación, se va, dejando pasar al alivio...y es que a veces olvido que hace años que dejé de vivir con mi familia en Valencia para venir a Salamanca en un intento de buscarme un futuro prometedor.
Al comprobar que sólo era una notificación más de instagram, me hecho un último vistazo en el espejo, me autoconvenzo de que todavía puedo con un cubata más y giro el pomo de la puerta dejando que el reggeton me recorra todo mi cuerpo.

Enseguida, no muy a lo lejos, visualizo a mi grupo de amigas. A las cuatro nos une justo lo mismo: la soledad.
Todas y casa una de nosotras dejamos en su momento nuestras ciudades natales para acabar en una residencia en el centro universitario de Salamanca y al final sin quererlo hemos encontramos en nosotras casi que una hermandad. La risa de Elena se me contagia nada más acercarme y justo cuando el DJ cambia de canción puedo visualizar la adrenalina que domina la sala. Definitivamente esta noche promete.

- Tia, necesitamos otro cubata. Os estáis decayendo y no lo pienso consentir.- Ahí tenéis a Elena, siempre borracha, pero buena muchacha.

- No tengo dinero, cállete y baila que no necesitas más alcohol en el cuerpo.- Andrea podemos decir que es la mami del grupo y la que nos para los pies pero yo hoy estoy motivadisima y no voy a decajar que la noche se hunda.

- Para mi que Elena tiene razón, un chupito al menos. Invito si hace falta.

- Sam a veces me quiero casar contigo.- Me dice María agarrándome del culo, esta chica es mi hermana pequeña y a la vez mi hermana mayor. Creo que no podría vivir sin ella.

Ahí vamos cuatro chicas de veinticinco años que no tienen el valor de reconocer que ya no son aquellas crias de diecinueve años que coincidieron de casualidad en un comedor universitario; vamos todas decidas a tentar a la suerte de una pálida, pero no pasa nada. Dejo que Elena pida los chupitos mientras hago una putivuelta visual con María a mi lado; cuando siento que me agarra fuerte del brazo.

- ¿Qué haces tonta? Que duele.

- Esta aquí Pablo. Pablo, Pablo.

Conocí a Pablo en mi último año de carrera, era el típico tío con el que te lias una vez y repites porque no tienes nada mejor. Habíamos quedado como amigos, ninguno tenía intención de tener nada serio con el otro y simplemente nos caíamos genial.

- ¿Que dices? Tu vas fatal eh, que risa la borrachera que me llevas...

-       Que no. Mira, al lado de la cristalera, en el fondo.

-       María, no llevo las gafas, no veo.

- Ponte lentillas idiota porque si que es.- Casi no había acabado de hablar María cuando Andrea se cuela de lleno en la conversación.

- Ostras, Sam que no te está mintiendo.

- A ver revisa instagram, por si ha subido algo digo.

Veo como Andrea desbloquea el movil como una loca y busca su perfil de instagram, mientras pago resignada los chupitos. Con toda esta gilipollez se me ha bajado todo el alcohol y voy a necesitar más que un chupito para animarme.

Canción Rota   //flamantha//Where stories live. Discover now