Cap.10.

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Habían pasado solo dos semanas desde que Samantha y Flavio habían dando con la fórmula perfecta para mantener aquello especial que creyeron crear en tan solo cuatro días. Durante el día en realidad, no hablaban mucho; pero recuperaban todo el tiempo perdido por las noches. Si no era Flavio el que, a la vuelta del conservatorio, pasaba la noche en el apartamento de la valenciana; era ella la que lo visitaba con una cena express e improvisada. Las video llamadas se habían convertido ahora en una necesidad en la vida de ambos y los findes de semana apenas se separaban. Como aquel.

Flavio estaba en la cama de la rubia, todavía dormido a las 12:30 de la mañana de aquel sábado; mientras que Samantha hablaba por teléfono sentada en el otro lado de la cama con María.

-      Entonces, ¿vais a venir?- escucho al otro lado del teléfono mientras acaricio la espalda desnuda de Flavio.

-        Que no lo sé- digo bajito para no despertar al chico que esta apoyado sobre mis piernas.- Estoy esperando a que se despierte para preguntarle.

-          Pues despiértalo ya.- me dice María desesperada por una respuesta.

-            Es que está muy mono mientras duerme, me da pena.- le digo avergonzada tras mi confesión. La escucho reirse y me cuelga diciéndome un simple adiós.

Sigo mirando la carita del moreno aplastada contra mis piernas y me inclino para dejarle un pequeño beso en la cabeza, para dejarle después otro en la mejilla y así, acabo dejando miles de besos que le recorren cada rincón de su cara. Cuando escucho que algunos ronroneos se escapan de sus labios, no espero más y le doy mis más buenos días.

-            Oye, despierta.- le digo cuando separo mis labios de los suyos.

-             No.- es lo único que dice mientras estira sus brazos sobre su cabeza para abrazar mi cintura y hundir su cabeza contra mi barriga.

-              Bebe, es tarde, hay cosas que hacer.- le aclaro para que se levante.

-             ¿Qué cosas?- dice girándose para quedarse boca arriba sobre mis piernas y así poder mirarme.

-             Me ha llamado María, es su cumple. Va a celebrarlo hoy.- le explico.

-              Pero son las 12 y media, para eso todavía queda mucho.- acaba la frase con un pucherito que no tardo de atrapar entre mis labios.

-             Bueno pero hay que prepararnos, levanta.- sentencio al terminar de besarlo y me levanto para escapar de mi habitación y de sus brazos.

Cuando me creo fuera de peligro me meto en la ducha pensando en que se supone que voy a ponerme para el almuerzo que mi amiga ha preparado. Pero mis pensamientos se ven interrumpidos por el sonido de lo que parecer ser música. Acabo rápido mi ducha y salgo curiosa por saber de dónde viene la melodía. Lo que menos me esperaba yo, era encontrarme a un Flavio sonriente haciendo la cama al ritmo de música que sale por los altavoces de su teléfono.

Se asusta cuando me escucha reirme apoyada en el marco de la puerta, y para sus pequeño bailoteo para mirarme avergonzado.

-         Pero no pares.- me quejo.- lo haces muy, estas muy sexy cuando bailas.

-         Que va, es que sino me pongo música no me motiva hacer la cama.- me dice colorado por las palabras que le acabo de dedicar.

-          Bueno, te dejo que sigas disfrutando del placer de hacer la cama.- paso por su lado en dirección al armario para buscar algo que ponerme pero la mano de Flavio sobre mi muñeca me frena.

Canción Rota   //flamantha//Where stories live. Discover now