あ┊ Chapter 20.

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❝ Escúchame bien, muñequito. Mientras yo siga jodiendo con mi existencia nadie se atreverá a tocarte ni un cabello, ni siquiera pondrán sus ojos en ti, primero se los arranco de las cuencas. ❞

Y Ji Han ahora se encontraba apuntando hacia a ellos, directo a hacia Jeongguk quien mantenía su dura mirada negándose a soltar a su chiquillo para ser exactos

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Y Ji Han ahora se encontraba apuntando hacia a ellos, directo a hacia Jeongguk quien mantenía su dura mirada negándose a soltar a su chiquillo para ser exactos.

—¡Es mentira, Jiminnie! ¡Está mintiendo!—Negó frenéticamente el castaño con la arma temblando entre sus manos, Abraham estaba paralizado mientras observaba la escandalosa escena.

El rubio le miró con sus ojos cristalizados por el miedo aún en los brazos de Jeongguk, el tatuado notó la acción y trató de controlar el ataque de ira que probablemente vendría.

—¡Y-Yo no quería, Jimin! No sabía que Chanyeol estaba en la red..y cuando lo supe yo creí que sería mejor que estuvieras con Jeongguk que con los otros dementes.

—Preferiste abandonarlo antes de decirle a la policía, no querías que te delataran. —Añadió el mercenario sin importarle que estuviera apuntando a su cabeza.

—Ji Han...—Trató de acercarse Abraham al muchacho, éste se alteró moviéndose rápidamente para apuntarle también.

—¡Quédate ahí! ¡V-Voy a dispararte si te mueves! No me importa si eres mi amigo, hice que Jeongguk asesinara a Chanyeol.

Jimin abrió sus ojos con impresión cuando escuchó las palabras de su compañero de clases, Jeongguk le miró inexpresivo.

—¡E-Eres un mentiroso, Ji Han! Confíe en ti, ¡Siempre supiste todo! ¡Te dije que tenía miedo de S-Seokjin!—Le gritó el rubio entre pequeños sollozos, sus brazos se aferraban al cuello del tatuado con fuerza. Estaba confundido, está claro que Jeongguk no era muy diferente a los demás, él era un asesino pero no podía evitar sentirse protegido cerca suyo.

Definitivamente podría elegir a Jeongguk entre todos los dementes, ¡No quería a Seokjin, ni a Taehyung, ni a Ji Han! Todos eran unos sádicos, unos enfermos que querían hacerle daño. Comenzaba a creer que Jeongguk era su protector, el instinto de confianza que le brindaba lo hacía sentir seguro.

—¡No, no, no! ¡No sabía que Seokjin era de la red oscura! ¡No lo sabía, Jiminnie!—Gritó alterado mientras se acercaba a ambos, Jimin escondió su rostro nuevamente en el cuello de Jeongguk aterrado.

—No te atrevas a dar un jodido paso más. —Advirtió el mercenario mirándolo con ese destello sádico en sus ojos, estaba más que furioso y Abraham sabía que no vendría nada bueno.

—¡Cállate, mierda! ¡Entrégame a Jiminnie!

Ji Han le quitó el seguro al arma acercándose aún más a ambos chicos, Jeongguk se tenso apretando su mandíbula con demasiada fuerza.

—Ven aquí, Jiminnie. ¡T-Te llevaré con tu mamá!—Balbuceó nerviosamente extendiendo su mano para que la tomara, con la otra mano libre seguía apuntando directo a su cabeza.

El chiquillo rubio negó soltando sollozos en el cuello de Jeongguk, las manos del azabache lo rodeaban con fuerza aferrándose a su cuerpo.

—¡D-Déjame, Ji Han!

—¡Ji Han, ya basta!—Gritó Abraham desde su lugar, observó a todos lados en busca de algo que pudiera golpear al muchacho. Ji Han lo ignoró, su mirada estaba clavada en Jimin con tanta insistencia.

Abraham tomó una de las rocas y Jeongguk le miró con una pequeña sonrisa en sus labios. Ambos sabían que hacer y no tenían problema en hacerlo.

—¡Maldición, ven aquí ahora!—Le ordenó alterado el castaño tomándolo del brazo, Jeongguk le dedicó una mirada furiosa y hizo el amago de moverse pero Ji Han le apuntó directo al rostro mientras quitaba a Jimin de su cuerpo.

—¡Basta, Ji Han! ¡Ggukie!—El miedo se reflejaba en los ojos del rubio que se negaba a soltarlo pero Ji Han ya lo tenía, el rostro del mercenario era la misma definición de Satanás.

—¡Cállate!

La gota que colmó el vaso o más bien el ángel perteneciente del diablo que Ji Han tocó fue el detonante para que Jeongguk presumiera sus más mounstruosos instintos.

En un hábil movimiento Jeongguk colérico le tomó del brazo, pateó con fuerza su rodilla logrando desestabilizarlo para así poder arrebatarle el arma de las manos. Abraham se acercó corriendo con la roca en manos y lo comenzó a golpear con fuerza en la nuca, Ji Han en el suelo intentaba defenderse de los golpes.

—G-Gguk..—Susurró Jimin mirando la escena con temor y retrocedió inconscientemente.

El tatuado mercenario empujó a Abraham con fuerza alejándolo de Ji Han, tomó la arma en el suelo y sin rechistar le disparó directo al rostro al menos cinco veces haciendo una escena totalmente llena de sangre.

—¡Maldito hijo de perra! Púdrete en el infierno.

—No veas, Minnie. —Le dijo Abraham antes de taparle los ojos al rubio impidiendo la horrorosa visión de lo que hacía Jeongguk.

La respiración errática del mercenario y su expresión eran aterradoras, seguía acabándose las balas del arma con Ji Han aunque ya estuviera muerto, aunque hubiera un desastre de sangre por todo el lugar. 

—Todo está bien, Minnie. —Susurró el rubio intentando tranquilizar al menor, Gguk se limpió las manchas de sangre de su rostro y soltó el arma agotado.

Sus roncas risas hicieron eco por el lugar mientas se limpiaba con fuerza cada mancha de sangre sobre su rostro y cuerpo.

—Jeongguk, ya basta. —Expresó Abraham aún tapando los ojos de Jimin, el mercenario le dedicó una gélida mirada antes de acercarse a ambos.

Jeongguk jaló el brazo de Jimin abrazándolo con ansiedad, las manos de Jimin se aferraron a su cintura sintiéndose protegido.

—¿Estás bien? El hijo de puta te golpeó en la mejilla. —Soltó con dureza tocando con sus manos ensangrentadas las mejillitas rellenitas de Jimin, el chiquillo asintió con temor. —Escúchame bien, muñequito. Mientras yo siga jodiendo con mi existencia nadie se atreverá a tocarte ni un cabello, ni siquiera pondrán sus ojos en ti, primero se los arranco de las cuencas.

—Gracias, Gguk. —Le dijo aguantando las terribles ganas de llorar por lo que sucedía, el azabache imposible de resistirse estampó su labios con los de él en un beso desesperado. Su boquita se sentía cálida, pura, virgen. Jeongguk quería comerle la boca de mil maneras diferentes y lo estaba haciendo, Jimin jadeó cuando la húmeda lengua del hombre exploró su boca con experiencia. El chasquido del beso se escuchaba de una manera obscena pero eso no importaba, Jeongguk disfrutaba de sentir cada detalle de él.

Y estaba dispuesto a hacerlo por la eternidad.

Y estaba dispuesto a hacerlo por la eternidad

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Deep Web あ GgukMin/Jimharem Donde viven las historias. Descúbrelo ahora