Muerte petrificante

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Un desastre natural a ocasionado una desgracia. Muchos seres queridos y conocidos cayeron. Eso provocó la desconfianza entre la gente del pueblo. Gracias a un caleidoscopio se vió venir la avalancha pero pocos consiguieron sobrevivir. Yo era el vigía que sostenía el artilugio, un objeto metálico y de tela, que se convertía en altavoz y el encargado de avisar del peligro.

Tras el susto y las secuelas, empezaron a reunirse y apoyarse los pocos que quedaban.

Logré salvar la vida de un bebé y un chico.

Pero no todo había terminado y la siguiente desgracia no tardó en aparecer...

Gritaron y corrieron. Como si de un tsunami se tratara, la ola de dolor y muerte arrasó lo poco que quedaba de nosotros. Conseguí sobrevivir al entrar en una casa. Al parecer, sólo era necesario no tocar ese vaho arenoso... aún así vi morir a mucha más gente.

Tras unos minutos, mientras pasaba el susto, intenté buscar a alguien por aquella casa. Hallé a dos chicos asustados como yo. En ese momento creí que me atacarían pero se alegraron de verme.

Al poco, se prepararon con algunas herramientas y decidimos salir. El paisaje había cambiado bastante... las calles estaban cubiertas por una especie de lodo muy oscuro, y figuras de lo que antes había tenido vida, se alzaban amenazantes. Personas y animales por igual. Sin embargo, no nos habíamos percatado de lo verdaderamente acontecido. Esas figuras no estaban del todo inertes. Como si las ansias de vivir no hubiesen abandonado sus cuerpos, estos al notar una presencia se movían de manera tétrica y macabra. Creo que no soportaban que ellos cayeran y nosotros no, quién sabe.

Navegando por mis sueñosWhere stories live. Discover now